Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 29 marzo 2024.

CCOO ante las próximas elecciones generales. Artículo de Fernando Lezcano, secretario confederal de Organización y Comunicación

El trabajo en el centro del debate político

    Para CCOO, las elecciones del 20 de Diciembre son la cita política en la que se va a juzgar (si otros fenómenos no lo impiden) cómo se ha gestionado hasta ahora la crisis y se va a disputar en qué condiciones salimos de ella. Se va a disputar si se impone el cambio de modelo económico, laboral y social que promueve el neoliberalismo o si se consigue un respaldo mayoritario para quienes quieren preservar y recuperar el modelo social europeo.

    25/11/2015.

    La convocatoria de elecciones Generales ofrece la oportunidad de hacer balance de las políticas llevadas a cabo por el Partido en el Gobierno y de contrastar las propuestas que las diferentes opciones políticas plantean para el futuro.

    Estas elecciones se convocan en un nuevo contexto político marcado por el hartazgo de una gran parte de la ciudadanía frente a las políticas antisociales aplicadas, a la manera autoritaria y prepotente de llevarlas a cabo, y a la reiterada aparición de escándalos relacionados con la corrupción. Hartazgo que ha favorecido la aparición nuevas fuerzas políticas que cuestionan la hegemonía del bipartidismo y que ha contribuido a animar un repliegue identitario que explica, en gran medida, el crecimiento de la reivindicación independentista en Catalunya.

    En estas condiciones CCOO se propone emplazar a las formaciones políticas para que se pronuncien respecto a las reivindicaciones que a lo largo de este período ha enarbolado el movimiento sindical con el objeto de “que el trabajo se sitúe en el centro del debate político”.

    Para CCOO la legislatura que ahora se cierra ha sido el período político en el que se han impuesto las medidas de carácter neoliberal que, inspiradas por las instituciones europeas, no se han promovido para salir de la crisis, sino que, con este pretexto, persiguen cambiar el modelo social que ha caracterizado a Europa desde la 2ª guerra mundial.

    El objetivo último de las políticas aplicadas busca equiparar el modelo europeo en materia de derechos laborales y de protección social al de EEUU, en la lógica de "mas mercado y menos Estado" para competir en el concierto internacional sin el lastre que, según quienes promueven estas políticas, supone el Estado del bienestar. Las consecuencias han sido funestas para la economía, el empleo y la cohesión social, en

    España y en el conjunto de Europa.

    Algunos indicadores macroeconómicos han mejorado, pero lo han hecho a pesar de la acción del Gobierno y no gracias a ella (caída del precio del petróleo, la liquidez dispensada por el Banco Central Europeo, el tipo de cambio del euro respecto al dólar). En estas condiciones podemos certificar que hemos salido de la recesión pero estamos muy lejos de salir de la crisis por mucho que el partido en el Gobierno, prisionero de los delirios electorales, la haya decretado.

    Para CCOO “no saldremos de la crisis hasta que recuperemos los estándares de vida que teníamos antes de que empezase”.

    En este sentido, las elecciones del 20 de Diciembre son la cita política en la que se va a juzgar (si otros fenómenos no lo impiden) cómo se ha gestionado hasta ahora la crisis y se va a disputar en qué condiciones salimos de ella. Se va a disputar si se impone el cambio de modelo económico, laboral y social que promueve el neoliberalismo o si se consigue un respaldo mayoritario para quienes quieren preservar y recuperar el modelo social europeo.

    Con la gestión de la crisis se ha promovido una ingente transferencia de rentas del trabajo a rentas del capital. Esta transferencia se ha producido por tres vías: devaluando derechos y condiciones de trabajo (salarios), reduciendo recursos económicos destinados a sostener los servicios públicos y las redes de protección a fin de utilizar los recursos así liberados para apuntalar al sistema financiero y poner más dinero en el mercado, y promoviendo la privatización de prestaciones y sectores públicos para favorecer nuevos campos denegocio del capital.

    En definitiva, tenemos una economía que no acaba de remontar, más personas en el desempleo, lo que supone que todos somos hoy un poco más pobres, tenemos menos derechos, se ha incrementado el riesgo de pobreza severa, rompiendo la cohesión social y aumentando los riesgos de exclusión de cientos de miles de personas y familias.

    Este diagnóstico es el que, desde que empezó la crisis, llevó a CCOO a centrar su actuación en contribuir a una salida de la crisis que tenga como objetivo procurar el bienestar de las personas y la cohesión social. El citado objetivo proponemos alcanzarlo a través de tres grandes ejes de actuación que ahora , con motivo de las próximas elecciones generales, recuperamos para contrastar con las formaciones políticas que concurren a las elecciones y que determinarán nuestra actuación para emplazar a quienes estén en condiciones de formar gobierno después de pasar por las urnas:

    –Favorecer aquellas medidas que aseguren el crecimiento de la actividad económica con el objetivo de crear empleo de calidad y con derechos. Para ello hace falta otra política económica, el incremento de los salarios, empezando por el SMI que en 2016 debe alcanzar los 800 euros, y la reversión de las reformas laborales para recuperar la plena capacidad de la negociación colectiva

    - Restituir y ampliar las redes de protección y el carácter universal y de calidad de los servicios públicos. En este sentido, los partidos que aspiren a gobernar deben comprometerse con la ILP presentada por CCOO y UGT para promover la puesta en marcha de una Prestación de Ingresos Mínimos, a modo de Renta Mínima estatal como una de las primeras medidas de la nueva legislatura. Aprobar, en consecuencia, una reforma fiscal justa y eficiente, porque nuestro país no tiene un problema de exceso en el gasto público, sino de falta de ingresos.

    - Sentar las bases de un cambio del patrón de crecimiento, un nuevo modelo productivo para que nuestra economía sea más estable, esto es, menos vulnerable a los cambios de ciclo, más justa, sostenible y competitiva. Ello exige reorientar la inversión pública; un proyecto integrado de las distintas infraestructuras; una reforma en profundidad del sector energético; aumentar la inversión en I+D+i; un tejido empresarial más sólido y de mayor calidad; y defender la soberanía y la seguridad alimentaria. Todo ello, exige un sistema financiero que garantice el crédito, y una banca pública que lo haga posible.

    Fernando Lezcano

    Secretario confederal de Organización y Comunicación