Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 24 abril 2024.

Solo cinco de cada cien desempleados ha podido realizar un curso de formación en el año 2013

    La evaluación del sistema de formación profesional para el empleo 2012 y 2013 revela muchas deficiencias en el cumplimiento de los objetivos de empleo y formación

    21/01/2016.

    La tercera Evaluación de la calidad, impacto, eficacia y eficiencia del conjunto del subsistema de formación profesional para el empleo, que abarca los años 2012 y 2013, realizada por el Ministerio de Empleo pone de relieve que hay que reorientar la formación a las necesidades productivas, evitar ineficiencias en la programación de acciones por sectores y territorios y atender de forma adecuada y eficaz a las demandas de cualificación de los colectivos más desprotegidos.

    En cuanto a la formación que programan las empresas, la Evaluación insiste en que debe aumentar las competencias específicas de sus trabajadores y se deben alcanzar unas tasas de cobertura suficientes. Para ello, es imprescindible contar con la participación activa y el protagonismo de organizaciones sindicales y empresariales en el diseño, la toma de decisiones, el seguimiento, el control y la evaluación de todos los procesos.

    El estudio analiza las iniciativas de formación dirigidas a trabajadores ocupados y desempleados, a excepción de la formación del personal de las Administraciones Públicas. Los datos y el propio documento ponen de manifiesto que

    - El sistema carece de un marco evaluador de centros de formación. Se sabe qué tipo de formación se realiza pero se desconocen las condiciones materiales y pedagógicas en que se imparte. Por ello, parece conveniente incorporar variables que midan la calidad de la oferta formativa de los centros de formación.

    - Existen desequilibrios tanto sectoriales como territoriales en la cobertura de los centros acreditados para impartir certificados de profesionalidad. La inmensa mayoría de estos centros son empresas privadas que se acreditan en las especialidades formativas más rentables, esto es, las que requieren menos inversión en instalaciones, medios y profesorado. Así, la oferta está muy concentrada en las familias profesionales de servicios en detrimento de las familias de industria o agricultura. Solo 8 de las 26 familias profesionales tienen, al menos, un centro para todos sus certificados y únicamente 4 presentan una oferta aceptable, o suficiente, de centros en todas las comunidades autónomas para todos sus certificados.

    Según indica Javier López, secretario confederal de Formación de CCOO, “La Administración es responsable de corregir estos desequilibrios que impiden un acceso igualitario al conocimiento. Ahora tienen la oportunidad de demostrar que no están interesados únicamente en aumentar el lucro de las empresas, sino que también les importan las personas. Gracias a la insistencia de CCOO, hay veinte millones de euros disponibles en los PGE para impulsar, en centros públicos, una oferta formativa de mayor rango territorial y temático”

    - Resulta sorprendequela formación programada por las empresas, que por antonomasia responde a necesidades muy específicas de sus trabajadores, sea la que se caracterice por una presencia fuerte (61% de las horas de formación) de la formación a distancia, compuesta de cursos poco especializados, sin apoyo alguno de recursos telemáticos o presenciales. Por otra parte, es en las empresas donde se manifiesta una clara discriminación de la mujer, con una diferencia negativa de 12 puntos porcentuales con respecto a la participación de los hombres en formación.

    - Las comunidades autónomas no han gestionado los recursos disponibles. En el año 2013, como media, las comunidades autónomas han aplicado sólo un 60% de los recursos transferidos para la formación de ocupados y un 35% de los destinados a mejorar las oportunidades de empleo de la población desempleada a través de programas formativos.

    En consecuencia, solo cinco de cada cien desempleados ha podido realizar un curso de formación en el año 2013, si bien las desigualdades territoriales son muy marcadas y se da incluso la paradoja de que la mayor inejecución se da en comunidades con altísimas tasas de paro, como Andalucía.

    Además, la mitad de los parados han recibido formación a través de las convocatorias de cursos dirigidos prioritariamente a personas ocupadas, en vez de a través de la iniciativa que les es propia y que gestionan las administraciones autonómicas, dirigida a personas desempleadas. El coste de oportunidad de esta dejadez administrativa y política es muy alto: supone un despilfarro, un lujo injustificable que ninguna administración se puede permitir en un contexto de crisis económica y debilidad del mercado de trabajo.

    - La formación dirigida a jóvenes desempleados y con necesidades de cualificación especiales no está los dando resultados esperados. Los programas de Escuelas Taller, Casas de Oficio, Talleres de Empleo y el Programa Específico para la Cualificación e Inserción de Jóvenes menores de 30 años, presentan tasas de abandono muy por encima de las del resto de las iniciativas del subsistema y peores resultados en términos de inserción profesional. No se logran los objetivos de formación, empleabilidad e inserción perseguidos.

    Para CCOO, esta evaluación, que revela un sistema ineficaz en algunos ámbitos, ha de servir para tomar decisiones que conduzcan a una mejora de las condiciones de vida y trabajo de las personas, de desarrollo y competitividad de las empresas y, suma a una sociedad con un reparto de oportunidades más justa en la que nadie se quede rezagado por falta de acceso a la formación la sociedad en su conjunto.

    Según el propio informe la participación de las organizaciones sindicales constituye una gran oportunidad. Por ello, la negociación colectiva y el diálogo social, con el protagonismo y la intervención de organizaciones sindicales y empresariales, deben convertirse en el marco de discusión y toma de decisiones.

    En él se deben adoptar aquellas medidas que permitan aumentar la cobertura del sistema, corregir desajustes, equilibrar las oportunidades de participación, mejorar el efecto en el empleo, orientar la formación a las necesidades de los trabajadores, evitar ineficiencias en la programación de acciones por sectores y territorios, atender de forma adecuada y eficaz a las necesidades de cualificación de colectivos más desprotegidos.