Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 19 abril 2024.

La irresponsable reforma fiscal de 2015 está provocando una caída de los ingresos tributarios

“Financiar objetivos electorales con las cuentas públicas pasa factura a la economía española”

    CCOO denuncia que la sociedad española debe ahora pagar las consecuencias de jugar con las cuentas públicas de nuestro país para financiar los objetivos electorales de un partido. Además de enfrentarnos a una multa y a la posibilidad de ver congelados los fondos europeos, el déficit público volverá a situarse por encima del 5% este año si no se abandona la política de parches y se toman medidas de calado, como una verdadera reforma tributaria que configure un sistema impositivo suficiente y distribuya de manera más justa las cargas fiscales.

    22/07/2016.

    A pesar de que el crecimiento económico se ha situado en el entorno del 3% durante la primera mitad del año, la irresponsable reforma fiscal de 2015 está provocando una apreciable caída de los ingresos tributarios. Hasta mayo, la recaudación del IRPF se ha recortado en 1.247 millones de euros, pudiendo llegar a los 2.000 millones en todo 2016. La reducción a mayo es aún mayor en el impuesto de sociedades (-2.353 millones) y puede superar los 9.000 millones en el conjunto del año. La reforma fiscal provocó que el déficit público se situara por encima del 5% del PIB en 2015, con un crecimiento económico del 3,2%. Como consecuencia de que se haya jugado con las cuentas públicas del país para financiar los objetivos electorales de un partido, la sociedad española puede ser ahora multada y ver como se congelan millones de euros procedentes de fondos europeos que se destinan a la formación y reinserción de desempleados. Pero, además, la dinámica inducida por la reforma fiscal en las cuentas públicas hará que el déficit vuelva a situarse por encima del 5% también este año, si no se toman medidas de calado.

    Para evitarlo es necesario poner en marcha una verdadera reforma tributaria que apure el margen de la menor presión fiscal española (-7,2 puntos del PIB) para configurar un sistema impositivo suficiente, sencillo (eliminando reducciones y deducciones), y que haga una distribución más justa de las cargas entre capital y trabajo, entre personas de renta alta y menor renta, y entre grandes empresas y PYMES. Recuperar los pagos a cuenta en el impuesto de sociedades planteado por el Gobierno en funciones, supone revertir un error dentro de una reforma fiscal inoportuna y disfuncional, a la vista de sus resultados sobre el déficit público; es sólo un parche, que no aumenta la recaudación en términos netos, limitándose a adelantarla y, con ello, no se solventa una situación más exigente y compleja.

    Por otro lado, adelantar la liquidación del presupuesto a julio, como ha ofrecido el Ministro Guindos a la Comisión Europea, no es sólo una medida para controlar el gasto sino que significa también volver a los recortes, restando crecimiento económico y poniendo en peligro su consolidación. Ni están justificados más recortes para enmendar la aventura electoral de un partido, ni la política de parches nos va a conducir al sistema fiscal que necesita la economía española para solventar sus problemas de fondo, que son: la elevada tasa de desempleo –y, en particular, el paro de larga duración–, la precariedad laboral y el déficit de la Seguridad Social, que además de estar provocado por la crisis y la política de devaluación salarial, está afectado también por el envejecimiento de la población y debe ser corregido con un aumento de la cantidad y calidad del empleo, junto con un cambio impositivo estructural que serviría también para atender los compromisos de rebaja del déficit público.