Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 25 abril 2024.

Artículo de Fernando Lezcano, secretario confederal de Organización y Comunicación de CCOO

El diálogo social que defiende CCOO

    En democracia negociar y movilizar forma parte del mismo proceso y nuestro empeño por llegar a acuerdos será el mismo que pongamos en movilizar para que eso sea posible.

    24/11/2016.
    fernando Lezcano

    fernando Lezcano

    Tenemos Gobierno. No lo calificamos de ‘nuevo’ pues tanto en su composición como en sus planteamientos políticos no deja de ser
    continuista.

    Un Gobierno que, como es conocido, no cuenta con mayoría parlamentaria, lo que le obligará a conseguirla ante cualquier iniciativa que quiera promover. Esta situación, que sí es nueva, ha dado por pensar que desde el Parlamento se pueden fraguar mayorías que fuercen al Gobierno a actuar incluso en contra de lo que serían sus propuestas.

    Esta imagen de mayor necesidad de diálogo y consenso y del juego que puede dar el Parlamento se ha creado por una razón objetiva como es la pluralidad existente en el Congreso, y por otra, podríamos decir que subjetiva, que han sido los llamamientos al diálogo hechos por el propio Presidente del Gobierno.

    Deberemos verificar qué hay de real y qué de operación de imagen en esos llamamientos al diálogo. Esta necesidad de verificación no se debe a que seamos de natural desconfiados; se debe a que el propio Presidente marcó los límites en su último discurso en la sesión de investidura: no revertir aquellas reformas que consideran han tenido un gran éxito, y advertir de un marco presupuestario complicado habida cuenta de los 5.500 millones de ajuste que le exige Bruselas. Todo ello sin olvidar la experiencia de como se han comportado en el pasado.

    La disposición al diálogo también deberemos comprobarla con los representantes de las patronales.

    Tenemos pendiente la revisión salarial para el año 2017 y desde diversos foros nacionales e internacionales, incluidos los empresarios,
    se reconoce la necesidad de abandonar la senda de devaluación salarial para iniciar otra de mejora del poder adquisitivo de los salarios.

    Vamos a tener ocasión de que, tanto el Gobierno como las organizaciones empresariales demuestren la sinceridad de sus declaraciones, porque CCOO, en unidad de acción con UGT, les hemos emplazado a abrir sendos procesos de negociación.

    En el caso del Gobierno estamos dispuestos a inaugurar una nueva etapa de diálogo social sobre las cuestiones que ya plantamos al calor de las sucesivas campañas electorales: salarios, particularmente el incremento del SMI a 800 € en el principio de la legislatura; empleo de calidad; restablecer derechos laborales, como los referidos a la negociación colectiva y de derechos sociales como renta mínima que hemos promovido en forma de Iniciativa Legislativa Popular; garantizar el poder adquisitivo de las pensiones y la sostenibilidad del Sistema Público.

    A la patronal le hemos hecho llegar la propuesta de banda salarial para el próximo año (entre el 1,8 y el 3%) e incluso les hemos
    planteado la posibilidad de negociar un acuerdo con contenidos más amplios y de mayor duración.

    En cualquier caso, CCOO no puede olvidar que la disposición al diálogo y al acuerdo de las contrapartes no responde a la mera
    voluntad de unos u otros, sino a la necesidad de acuerdo que estos tengan, ya que cualquier pacto supone cesiones, y esa necesidad
    viene dada por la relación de fuerzas que se establezca en cada momento.

    Así, como intentamos hacer siempre, al tiempo que promovemos el diálogo sincero y aportamos nuestras reivindicaciones y propuestas, debemos movilizar al sindicato y al conjunto de trabajadores y trabajadoras.

    Y eso empieza por tener un discurso claro, en el que dejemos patente que no participaremos de negociaciones "de cartón piedra"; consiste en tener propuestas, que las tenemos, para resolver problemas concretos de personas concretas; consiste en difundir y hacer pedagogía en los centros de trabajo y en la sociedad con nuestras alternativas y en convocar movilizaciones de forma dilatada en el tiempo y de creciente intensidad. En democracia negociar y movilizar forma parte del mismo proceso y nuestro empeño por llegar a acuerdos será el mismo que pongamos en movilizar para que eso sea posible.