Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 29 marzo 2024.

CCOO muestra su solidaridad con el pueblo sirio

    Tras la caída de Alepo por las fuerzas gubernamentales del régimen de Bashar Al Asad y las masacres ocurridas en esta ciudad, la Confederación Sindical de Comisiones Obreras expresa su absoluta repulsa y condena por la brutalidad de la represión en la ciudad siria. CCOO seguirá exigiendo la paz en Siria y la necesaria ayuda a su población en el interior y en el exilio sin más demora.

    20/12/2016.

    Siria se ha convertido ya en el símbolo de la muerte y la destrucción y, por otra parte, en la mejor muestra del fracaso indiscutible de la comunidad internacional que se ha mostrado incapaz de frenar una masacre de horribles proporciones que, Al Asad ha pretendido justificar con el pretexto de la lucha contra facciones fundamentalistas, e incapaz de hacer cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU (2139 y2165, únicas resoluciones aprobadas en los últimos cinco años en relación al conflicto sirio) que exigían la libertad de acceso de la ayuda humanitaria a las víctimas y el fin del asedio de las ciudades y de los ataques indiscriminados contra la población civil.

    El conflicto ha provocado ya en cinco años el aniquilamiento indiscriminado y dispersión de la población civil siria sometida a la violación sistemática de las convenciones de Ginebra y el Derecho Internacional (con el uso por parte del régimen sirio y sus aliados de bombas de racimo, barriles bomba, torturas y ataques a instalaciones y objetivos civiles) y la destrucción irreversible de su patrimonio histórico y sus ciudades milenarias.

    Como Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CCOO, ha reiterado, la comunidad internacional es responsable de poner fin a los diversos conflictos armados actuales, entre ellos el de Siria. De la misma manera tiene la responsabilidad de dar respuesta a la situación de las personas refugiadas que huyen para salvar su vida. En ese sentido, Toxo ha afirmado que “los gobiernos deben dar cumplimiento a aquello comprometido en la Convención de Ginebra, la Carta de los Derechos Fundamentales de Naciones Unidas y en las directivas europeas vigentes y, si no quieren hacerlo, que tengan el coraje de decirle al mundo que retiran su firma de esas convenciones”.