Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 29 marzo 2024.

Un sindicato de hombres y mujeres/ Revista Trabajadora, n. 61 (junio de 2017)

Esquiroles de nuestro género, de Santiago Martínez

    Una reflexión de Santiago Martínez en torno a Un sindicato de hombres y mujeres.

     

     

    27/06/2017.
    Santiago Martínez, fotografía de Helena Ferreras.

    Santiago Martínez, fotografía de Helena Ferreras.

    TENGO mucho que agradecer a las compañeras con las que he tenido la suerte de compartir militancia. Pensaba en mi compañera de vida, que es feminista, en muchas compañeras de CCOO de Euskadi que militan en el movimiento feminista y en las que han sido mis compañeras en Paz y Solidaridad. También algún compañero, pocos, a decir verdad.

    Quizá ese sea un primer indicador de en qué medida, los hombres sindicalistas nos sentimos interpelados con respecto a la lucha por la igualdad.

    Quiero referenciar, como segundo indicador, la reacción de mis compañeros sindicalistas a determinados discursos en los que les he interpelado directamente en asambleas del 8 de Marzo, o del 25 de Noviembre, o en la formación sindical.

    La primera vez que me dirigí a ellos, lo hice señalando las consecuencias negativas del modelo de masculinidad hegemónico que provoca, entre otras consecuencias, que no nos cuidemos (ni entre nosotros ni a los demás), que seamos la gran mayoría de la población penitenciaria, que muramos antes o que nos perdamos el ejercicio real de la paternidad. La reacción a esta intervención fue muy positiva entre el aforo masculino.

    En una segunda ocasión, en una jornada contra las violencias machistas, hicimos el ejercicio de mirar más allá de la violencia contra las mujeres y revisamos comportamientos machistas generadores de violencias en las que, los protagonistas, los opresores, somos los hombres. Este paso para situarnos como parte del sujeto opresor tuvo una buena receptividad aún reconociendo que a los hombres nos costaba ubicarnos en ese rol. “Suena demasiado fuerte” se comentó.

    La última vez que tuve la oportunidad de dirigirme a mis compañeros hablamos de los privilegios que tenemos los hombres por el hecho de serlo. Hablamos de privilegios familiares, sexuales, sociales y laborales. En este espacio, la receptividad de algunos compañeros no fue tan positiva.

    Supongo que caer en la cuenta de que combatir nuestros privilegios supone ocupar espacios en los que no estamos, para que nuestras compañeras ocupen espacios en los que estamos sobrerrepresentados, es algo mucho menos cómodo que el mensaje autocomplaciente del principio (como “víctimas” de la forma en que nos enseñaron a ser hombres) o el mensaje evidente de que tenemos que posicionarnos contra las violencias machistas.

    En este itinerario de mensajes dirigidos a mis compañeros he percibido que, si se generan incomodidades, si nos revuelve lo que nos dicen, si la invitación a dar el paso es una interpelación, generaremos las oportunidades de cambiar lo político. Y ese paso, de lo personal a lo político debe trascender hacia nuestra propia organización.

    Trabajamos y militamos en un espacio sindical mixto pero masculinizado y en el que se han reproducido los privilegios que tenemos los hombres, por el hecho de serlo, en una sociedad machista como la nuestra. Reconocer estos privilegios y combatirlos tiene que ser parte de nuestra acción sindical cotidiana, dentro y fuera del sindicato, pero con un anclaje real con nuestras vidas, nuestra forma de cuidar, nuestra ocupación en lo doméstico y nuestra desocupación de lo público.

    Los hombres que quieren ser feministas no necesitan tener espacio en el feminismo. Necesitan tomar el espacio que tienen en la sociedad y hacerlo feminista.” Esta frase de Kelley Temple, activista feminista del Reino Unido, me parece una invitación que no podemos desaprovechar, ni como hombres que militamos en un espacio sindical mixto, que debe contar con el feminismo como aliado y como referencia, ni como hombres en el resto de espacios en el que nos movemos, el familiar, el de amistad, el social o el político.

    Como hombres sindicalistas, y como hombres, os invito a ser esquiroles de nuestro género.

    Hay otra forma de estar en el mundo y de ser hombres. Así mejoraremos el sindicato como herramienta de transformación hacia un mundo más justo e igualitario.

    Santiago Martínez (smartinez@euskadi.ccoo.es) forma parte de la Secretaría de Acción Socio Política y Comunicación de CCOO de Euskadi.