Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 26 abril 2024.

La compleja situación política abre una “ventana de oportunidad” para el diálogo social y el acuerdo

“El diálogo social debería servir para revisar elementos lesivos con los derechos de los trabajadores y que distorsionan la propia negociación colectiva”

    El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha abogado hoy por la modificación de elementos de la actual regulación de la negociación colectiva, como la prevalencia del convenio de empresa o la ultraactividad, cambios en la contratación temporal y el impulso de la formación permanente, a través del diálogo social. Lo ha hecho durante su intervención en una Jornada sobre el diálogo social en Castilla y León que se ha celebrado esta mañana en el CES en la que han participado la ministra de Empleo Fátima Báñez, representantes sindicales, empresariales y del Gobierno, tanto de la Comunidad Autónoma como nacionales. En su opinión, estos cambios deberían servir de impulso al diálogo social, que en su opinión es “un elemento de cualificación democrática”.

    30/01/2018.
    Intervención de Unai Sordo en la Jornada sobre diálogo social en el CES

    Intervención de Unai Sordo en la Jornada sobre diálogo social en el CES

    Unai Sordo reivindicó el diálogo social como espacio en el que concurren legitimidades cruzadas, donde el poder público e institucional ejerce una representatividad incuestionable, pero también los agentes sociales. “Necesitamos un marco legal, reconocido y estable que situé el diálogo social, no como una potestad del Gobierno de turno, sino como un hecho consolidado”. Para el secretario general de CCOO, el modelo de Castilla-León es un referente en ese terreno pues “recoge en el propio Estatuto de Autonomía el reconocimiento del papel del diálogo social y sus actores colectivos: administración, sindicatos y organizaciones empresariales”.

    La complejidad de la situación política representa una oportunidad para el diálogo social

    Para el secretario general de CCOO, la compleja situación política del país, “el gobierno no pueda pasar el rodillo”, requiere del pacto y la transacción como forma ordinaria de gobierno. “Esto abre una “ventana de oportunidad” al diálogo social”, afirmó. Pero más allá de su importancia formal, el diálogo social se legitima también por su utilidad.

    “En nuestra opinión hay una serie de elementos importantes que debieran abordarse con ambición”, teniendo en cuenta cómo ha evolucionado nuestro modelo de Relaciones Laborales y las consecuencias de las reformas laborales, así como las viejas inercias del llamado “mercado laboral español”.

    En este sentido, Unai Sordo apostó por revisar -sin renunciar a la derogación de la reforma laboral- algunos aspectos que no solo lesivos con los derechos de los trabajadores, sino disfuncionales a la propia negociación colectiva. “La prevalencia del convenio de empresa, pensada para acelerar el proceso de devaluación salarial no tiene ningún sentido cuando (se dice) tal devaluación ya no es un objetivo de nadie. Por el contrario, supone una amenaza a las condiciones salariales de mucha gente y fomenta la competencia en base a coste laboral, un auténtico dumping salarial que casi todo el mundo reconoce en privado”, aseveró.

    La ultraactividad y su tratamiento es otro elemento que hay que modificar, ya que pone en riesgo la vigencia y el propio espacio de negociación de los convenios colectivos cuando no se alcanza un acuerdo. “Condiciona de forma negativa las negociaciones y es un lastre para la autonomía de las mismas. Es más difícil negociar con una espada de Damocles”, explicó. Además, acarrea una inseguridad jurídica que “exige volver a situar el principio de que a un convenio caducado solo le sustituye otro convenio, evitando cualquier vacío en los periodos de negociación”.

    La contratación también fue abordada por Unai Sordo. Tras denunciar que tenemos un mercado de trabajo fragmentado, donde la temporalidad vuelve a situarse a la cabeza de Europa – “Hemos superado a Polonia” -, señaló que la adopción de medidas de penalización de la contratación temporal, su encarecimiento, a favor de la causalización del contrato temporal, estando de acuerdo con ellas, “se han practicado con resultados escasos”.

    “Sabemos que el problema de fondo es que las empresas utilizan la contratación temporal como forma preventiva de flexibilidad para ajustarse al ciclo económico, y adaptar mediante el despido el volumen de trabajo”. “Se trata de una flexibilidad externa (temporalidad-despido) que además de fragmentar a la clase trabajadora, favorece dinámicas de rotación y nomadismo laboral”, explicó, que a su vez “favorece poco la implicación del trabajador o trabajadora, no incentiva los procesos de aprendizaje y cualificación permanente y, en definitiva, se acomoda mal a las necesidades de valorización que debieran tener las empresas en España si de verdad quieren promover un cambio tecnológico y de sistemas de trabajo acorde con las necesidades del futuro”.

    Todo esto tiene que ver con el tejido productivo y su composición sectorial, así como con la dimensión media de la empresa española, pero también con el marco regulatorio existente que favorece unas prácticas respecto a otras, por lo que el secretario general de CCOO propuso buscar soluciones para desincentivar este recurso a la flexibilidad externa en el marco del diálogo social.

    Finalmente, Unai Sordo señaló que el diálogo social, estatal y autonómico, tiene un papel decisivo que jugar en la apuesta por la Formación Profesional a lo largo de toda la vida, en aspectos como la detección de las necesidades de formación y cualificación permanente, para que el sistema de enseñanza (de forma integrada, Universidad, FP, formación para el empleo…) implemente los planes necesarios en tiempo y forma.