Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 17 abril 2024.

REVISTA TRABAJADORA, N. 67 (JUNIO DE 2019)

Generación XXI: Precariedad, juventud y salud laboral, de Libertad Camino Alcocer y Ángel Moreno Ramos

    SI LA PRECARIEDAD es un elemento presente en las actuales relaciones de producción, en el caso de empleo de las personas jóvenes es un elemento determinante.

    04/07/2019.
    La salud laboral no es un juego

    La salud laboral no es un juego

    LOS ELEVADOS ÍNDICES de precarización del empleo de las personas jóvenes, caracterizado por una elevada temporalidad y flexibilidad y una intensa vulnerabilidad, han acabado configurando un modelo de seguridad y salud muy alejado del marco legal preventivo actual.

    No hay que olvidarse de los nuevos riesgos emergentes ligados a la utilización intensiva de nuevas tecnologías, que influyen directamente sobre la seguridad y la salud en el empleo de la gente joven.

    En 2017 la gran mayoría de la población joven asalariada (66 de cada 100 personas) tenía un contrato temporal y/o una jornada parcial, frente a solo 30 de cada 100 personas de 30 o más años.

    La tasa de temporalidad de la población joven (58%) triplica la tasa de la población de 30 o más años de edad (21%), poniéndose nuestro país a la cabeza de Europa, en la cual la tasa de temporalidad en jóvenes es del 32%. La tasa de empleo parcial entre la población joven (28%) duplica el peso que tiene entre la población de 30 o más años (14%).

    La continua eventualidad y parcialidad en los contratos, con sucesión de trabajos de cierta brevedad, impiden adquirir los conocimientos suficientes sobre los riesgos de salud laboral en cada trabajo. Esto establece serias dificultades para desarrollar dos derechos básicos para prevenir los accidentes y garantizar la salud: la formación y la información en salud laboral. En muchos casos el deber de información de las empresas se solventa con la simple presentación de un formulario que la persona trabajadora firma en el momento de incorporarse al trabajo. La formación -que es un requisito esencial para garantizar la seguridad y la salud laboral- se convierte en inexistente por la brevedad de los contratos. A esto podemos añadir la falta de EPIS (equipos de protección individual), que muchas veces no se proporcionan por la brevedad del contrato.

    La ausencia de estos derechos tiene un reflejo claro en los datos sobre accidentes que el propio Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social facilita en los datos consolidados de accidentes con baja del año 2017. Según estas cifras, el mayor número de accidentes se produce en personas con antigüedad en el puesto hasta un año (44%), y de éstos un 64% corresponde a personas jóvenes. Si se toma como referencia el índice de incidencia de accidentes de trabajo (índice relativo que es resultado del cociente del número de accidentes de trabajo por 100.000 personas trabajadoras), la población más joven, en el rango de edad entre 16 a 24 años, posee un índice de accidentes muy por encima de la media, constatando de manera objetiva la relación entre precariedad y daños a la salud.

    El objeto de la campaña La salud laboral no es un juego. La precariedad en el trabajo mata, puesta en marcha por la Federación Estatal de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras,es situar en la agenda política los efectos de la precariedad sobre la seguridad y la salud laboral en un colectivo concreto, como es el caso de las personas jóvenes, donde la precariedad de las relaciones laborales es determinante.

    La ausencia de seguridad y salud laboral no es un juego, la precariedad hace enfermar y mata, ése era el eje de la campaña. Cualquier trabajo debería ser generador de bienestar físico, psíquico y social.

    Libertad Camino (@libertadcamino) es secretaria de Juventud y Ángel Moreno (@amorenoiipp) es secretario de Salud Laboral de la Federación Estatal de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras, respectivamente.