Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 19 abril 2024.

#LAMIRADAVIOLETA

La cara oculta del tiempo parcial feminizado

    HACE UNOS días el INE daba a conocer el aumento del número de mujeres que en 2018 se han visto obligadas a trabajar a tiempo parcial por las obligaciones de cuidado derivadas de una cultura patriarcal, de la ausencia de corresponsabilidad y de falta de servicios públicos de cuidado. Para Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO: “Es inadmisible que las obligaciones de cuidadosigan recayendo en las mujeres de manera exclusiva. Es una flagrante injusticia en una sociedad democrática porque lastra las oportunidades laborales y empeora las condiciones de vida y autonomía para las mujeres. Los cuidados son fundamentales y deben ser compartidos: de la reproducción social depende la sostenibilidad de las sociedades. Es una tarea común que implica, de manera corresponsable, a hombres y mujeres, a la sociedad y al Estado. Los poderes públicos deben poner su parte, de manera inmediata, con políticas de corresponsabilidad y con servicios públicos accesibles y de calidad”.

    29/03/2019.
    La cara oculta del tiempo parcial feminizado.

    La cara oculta del tiempo parcial feminizado.

    LOS DATOS de la Encuesta de Población Activa (EPA). Variables de submuestra. Año 2018 que el INE ha dado ha conocer el pasado 22 de marzo, demuestran, una vez más, la persistencia de desigualdades laborales para las mujeres que CCOO viene denunciando y combatiendo.

    El tiempo parcial está feminizado. En 2018, el 74,5% de los empleos a tiempo parcial fueron desempeñados por mujeres. Dicho de otra forma: de los 2.830,7 mil personas con contrato a tiempo parcial, 2.109,6 mil fueron mujeres y 721,1 mil, hombres. De cada 4 empleos a tiempo parcial, 3 son desempeñados por mujeres.

    Es destacable que el aumento del tiempo parcial desde el último año ha recaído en exclusiva en las mujeres, ya que ha descendido para los hombres. En 2018 hay casi medio millón de mujeres (427 mil) más trabajando a tiempo parcial y 31 mil hombres menos. Es relevante que para la mayoría de mujeres y de hombres, el principal motivo de trabajar a tiempo parcial es no haber conseguido un trabajo a tiempo completo. Es, por tanto, un tiempo parcial claramente involuntario.

    Pero interesa indagar en los otros motivos señalados, que podrían inducir a pensar que es un trabajo elegido voluntariamente. En esta ocasión centramos la mirada violeta en la desigualdad que se oculta tras la elección “voluntaria” del tiempo parcial debido a obligaciones de cuidado de personas dependientes. El INE destaca que 358.200 personas trabajaron en 2018 a tiempo parcial para atender sus obligaciones de cuidado. De ellas, el 96% fueron mujeres. Y, señala el INE, este número aumentó respecto al año anterior, pero solo entre las mujeres (80.900 mujeres más que en 2017, un 31% más, y 700 hombres menos).

    ¿Las causas? Es evidente que confluyen una serie de factores, ya conocidos y recurrentes. De manera principal, la persistencia de una mentalidad patriarcal que adjudica a las mujeres las obligaciones familiares de cuidado (en general, las adscribe a las tareas y trabajos de reproducción social), de manera “voluntaria”, al socializarlas en el cuidado, al tiempo que inhibe de estas responsabilidades a los hombres y a la sociedad (empresas, Administraciones Públicas, Estado).

    A ello se unen las consecuencias de una política de recortes en servicios de cuidados que todavía no ha sido revertida. La cobertura de servicios públicos de cuidado de menores (especialmente en la franja de 0 a 3 años), personas enfermas y dependientes, que nunca llegó a ser universal, fue una de las dianas de la política austericidas del gobierno del PP, con las consecuencias de aumentar la sobrecarga de trabajo a las mujeres, obligadas a cubrir estos déficits de manera sobrevenida.

    Las barreras del cuidado afectan de manera desproporcionada a las mujeres, constituyen una barrera estructural que genera desigualdad y es un muro infranqueable para miles de ellas. Y hay edades en las que el impacto de género es especialmente significativo. Cuando la razón principal es no haber podido costear los servicios públicos de cuidado de niños/niñas, en la franja de edades 35 a 44 años, el número de mujeres multiplica por 80 al de hombres que optan por esta respuesta: 110,1 mil mujeres y 1,4 mil hombres. A destacar también que, respecto al 2017, han aumentado las mujeres obligadas por esta razón en estas edades y, en cambio, se ha reducido a la mitad la de los hombres en la misma situación.

    Además de los señalados, llama la atención los motivos que no se explicitan, que permiten sospechar la intervención de otros factores de género ocultos. Las mujeres responden que trabajan a tiempo parcial por “otros motivos” en una proporción 20 veces mayor que la de los hombres (146.800 mujeres y 7.700 hombres), y que ha aumentado significativamente en el caso de las mujeres en el último año (38.900 más). ¿Qué barrera de género se oculta tras estos datos? ¿Empeoramiento de condiciones laborales, consecuencia de la reforma laboral?

    La secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO, Elena Blasco Martín, señala: “A estas alturas, nadie pone en duda la incorporación de las mujeres en el mundo del trabajo, pero por el contrario si parece necesario seguir insistiendo en la importancia y valor de esa aportación laboral. Las tareas de cuidado y atención deben profesionalizarse, cualificarse y valorarse, así como tener bien claro el papel social que estas tareas y profesiones tienen en la construcción de un Estado de Bienestar”.

    Y añade, dirigiéndose a la patronal: “Es imperativo que se cumplan los compromisos adquiridos en el Marco del IV AENC, que incluía diversas medidas efectivas de fomento de la corresponsabilidad, para que se extiendan y normalicen los permisos y las obligaciones de cuidado entre hombres y mujeres de forma equitativa e igualitaria”.