Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 19 abril 2024.

“Fernández debe mantener su programa: no cabe otra reforma laboral en Argentina”

    La secretaria de Internacional y Cooperación de CCOO, Cristina Faciaben, entrevista a Roberto Baradel

    31/10/2019.
    Cristina Faciaben entrevista  a Roberto Baradel

    Cristina Faciaben entrevista a Roberto Baradel

    De sindicato a sindicato, una conversación muy pertinente. Cuando las elecciones presidenciales en Argentina han supuesto el fin del mandato de Mauricio Macri y la victoria del Frente de Todos, de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, Cristina Faciaben, secretaria confederal de Internacional y Cooperación de CCOO, quiso cambiar su habitual punto de vista para convertirse en entrevistadora de Roberto Baradel, secretario general de la Central de Trabajadores (CTA) de Buenos Aires. La primera parada, obligada, en el programa de gobierno progresista de Fernández y Kirchner

    Cristina Faciaben (CF): Cuando se constituya un gobierno progresista, Alberto Fernández tendrá unas dificultades enormes pata hacer sus políticas dada la situación económica y social. ¿Cómo actuarán las centrales sindicales?

    Roberto Baradel (RB): Tenemos que comprometernos, sin perder autonomía. Cuando tuvimos que salir a protestar, salimos a protestar. Con todos los gobiernos. Pero estamos en un momento en el que la dificultad es tan grande como con el primer Gobierno de Kirchner por el tema del endeudamiento. Creo que todos los sectores tenemos que asumir un compromiso que pasa, primero, por no seguir perdiendo poder adquisitivo y por salvaguardar derechos laborales. A partir de ahí, encontrar un camino para iniciar el proceso de reconstrucción. A eso estamos dispuestos, a lo que llamamos un nuevo contrato social. Y después movilizarnos por las presiones interiores y exteriores que, seguramente, habrá. Nos tranquiliza el planteamiento de Alberto Fernández: no quiero una reforma laboral. Que cada sindicato discuta lo que tenga que discutir de acuerdo a su autonomía. Por supuesto, los empresarios apuestan por una reforma laboral que Fernández ya desautorizó.

    CF: Esa reforma laboral significaría plantear ajustes, recortes, precarizar…

    RB: Sí, los empresarios siempre se refieren a la misma lógica perversa del costo laboral: para dar trabajo hay que quitar derechos. Y Alberto Fernández dijo: no hay que quitar derechos. Una sociedad que se desarrolla es una sociedad con derechos. Una sociedad que tiene menos derechos es una sociedad más violenta, desigual, peligrosa. Fernández presentó un programa contra el hambre y convocó a diferentes sectores, amplísimo, desde la Iglesia a los empresarios, los trabajadores, los sindicatos, las universidades, están todos los organismos de derechos humanos comprometidos en ese punto. La apuesta es el acuerdo y la concertación.

    Nos tranquiliza, además, que pese a que no es un momento fácil en Latinoamérica, el presidente electo ha sido muy claro en materia de política internacional. La primera visita al exterior que hizo fue a ver a Pepe Mujica y a visitar a Lula en la cárcel. Marca un camino. Y ya anunció que se retirará del Grupo de Lima cuando asuma la Presidencia y que iba a volver a convocar al Unasur. Es un posicionamiento muy claro. Y con Estados Unidos fue directo: nosotros no queremos pelearnos con los Estados Unidos, pero queremos respeto y decidir regionalmente de manera soberana.

    CF: Autonomía.

    RB: Autonomía, claro. Pero es que un Gobierno de esas características, si lleva adelante su programa, nos obliga a nosotros a acompañar ese tipo de políticas. Estaremos al lado del Gobierno y saldremos a la calle a defenderlo cuando intenten desestabilizarlo. Si no lo hacemos así, vendrán otros a aplicar una política en contra de los intereses de la mayoría. Ahora bien, nuestra autonomía nos llevará a protestar contra el Gobierno Fernández cuando no estemos de acuerdo con decisiones que pueda llegar a tomar, como es lógico y como nos corresponde.

    CF: En otro orden de cosas… ¿Por qué habéis dado el paso de decidir trabajar para la unidad, de nuevo, con CGT, después de 28 años de separación?

    RB: En la Argentina vivimos un momento complejo estos cuatro años de avance del neoliberalismo. Hemos entendido, después de debatir y reflexionar dentro de la CTA, que es necesario unificar a los trabajadores en una central para poder defender los derechos, las conquistas sociales y acompañar un Gobierno de raigambre popular que va a ser seguramente presionado muy fuertemente por el capitalismo financiero internacional y los organismos internacionales. Estos cuatro años hicimos un proceso de lucha en la calle, inclusive con la estructura tradicional de CGT en algunos momentos. Lo que nosotros expresamos en el congreso de la CTA es la voluntad de un camino de unidad. Hemos dado un paso que debe impulsar a otras organizaciones a debatir sobre ese camino de unificación.

    CF: El proceso no será sencillo, ¿cómo planteáis el objetivo final: refundar la CGT o mantener un espacio de unidad, de trabajo conjunto, a pesar de que continúen existiendo dentro de la CGT algunos sectores lejanos, digamos, a vuestra ideología?

    RB: Ójala pudiéramos refundar todo el movimiento obrero, pero es un objetivo. Bueno, el movimiento obrero no, de manera más certera, las centrales sindicales y sus dinámicas.

    CF: La ley argentina, ¿facilita un cambio radical del sistema sindical?

    RB: Hay un debate en Argentina con el tema del modelo sindical. Nosotros creemos en procesos más abiertos. De hecho, en nuestras paritarias docentes ocurre así. A esto hay resistencias por parte de la CGT, que plantea un modelo sindical con exclusividad para algunos sindicatos. De todos modos, debo recordar que, en términos de resultados, el movimiento obrero argentino es el que más afiliaciones tiene en el mundo, el 35%. Y, a pesar de la dictadura y los sucesivos programas económicos neoliberales, hemos garantizado los derechos laborales. Por ello, hay muchos sindicalistas que opinan que el modelo sindical argentino tiene que continuar tal y como lo conocemos. Nosotros creemos que tiene que ser un mix: hay que cuidar y fortalecer el tema del modelo sindical dando participación a otros sectores, mientras garantizamos la proporcionalidad, es decir, quien tiene el 80 por ciento, vota por el 80 por ciento. Así son las reglas de la democracia.

    CF: Una unidad de centrales tiene sus dificultades pero se puede andar, pero… ¿qué ocurre a nivel de los gremios de CTA y CGT, respectivamente, que compiten en las mismas empresas, en los mismos sectores?

    RB: Hay empresas y sectores en los que hay mucho conflicto. En otros, no tanto. Nosotros, por ejemplo, en provincia de Buenos Aires, en el Frente de Unidad Docente bonaerense somos cuatro miembros compitiendo por la misma afiliación y, sin embargo, constituimos hace 15 años un frente de unidad en la que se respeta la proporcionalidad en la paritaria. Una vez sola en todos estos años recurrimos al voto. Siempre fue por consenso. Tenemos una competencia que es legítima, pero anteponemos los derechos de los trabajadores de la educación ante las diferencias con el contrario.

    CF: ¿Llegaríais por ejemplo a ser una única central? ¿es posible que hubiera una única central de los docentes públicos, por aprovechar el ejemplo?

    RB: Una sola central sería posible si hubiera voluntad en otros sectores. El problema es que cuando una central tiene tanta diferencia numérica como, por ejemplo, la CTERA, eso significa perder cuota de poder. Es el ejemplo perfecto: uno de los problemas que plantean algunos cuando dialogamos sobre la entrada en la CGT es, precisamente, que si entra la CTERA desequilibra. Sería el segundo sindicato con más afiliación del país.