Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 16 abril 2024.

“Fast & Precarios. A todo Riesgo”, campaña de CCOO para denunciar la situación de las plantillas de los restaurantes de comida rápida

    Velocidad y precariedad son dos términos que caracterizan el trabajo en el sector de comida rápida. En un sector donde el contrato medio es de 16 horas por las que se perciben 394, 88€ al mes, y en el que correr es una condición para ganar dinero. Más información: Manifiesto y material de campaña.

     

    11/11/2019.
    iders y repartidores nos jugamos la vida cada día, trabajamos con unas condiciones de seguridad pésimas

    iders y repartidores nos jugamos la vida cada día, trabajamos con unas condiciones de seguridad pésimas

    Falta de seguridad

    El personal de reparto está obligado a realizar un mínimo de pedidos por hora, lo que les obliga a correr con unos equipos de protección poco adecuados, muchos incluso compartidos. Algunos llevan el GPS en el brazo y tienen que mirarlo sin parar de circular. Además, este personal está obligado a trabajar sean cuales sean las condiciones meteorológicas.

    Estrés, Ansiedad

    El ritmo de trabajo es muy alto, falta personal y tienen que trabajar a gran velocidad (característica inherente al sector). El estrés y la ansiedad que esta mala organización del trabajo supone, hace que los y las trabajadoras se expongan más a los riesgos. Accidentes de tráfico, resbalones, cortes, quemaduras…

    Contratos basura y salarios de miseria El contrato tipo en el sector es temporal a tiempo parcial de muy pocas horas a los que se añaden horas complementarias que no se consolidan en contrato. Este recurso de las horas complementarias se utiliza de forma excesiva y con una flexibilidad total en beneficio de la empresa. Esto se traduce en grandes tasas de rotación en los centros de trabajo e inestabilidad e inseguridad laboral y económica para las plantillas.

    El sector de comida rápida se caracteriza por una gran rotación del personal, pero que estén poco tiempo en el puesto de trabajo, aunque sea voluntariamente, no justifica ni que sean trabajadores y trabajadoras pobres, ni que las empresas se adueñen de su tiempo, ni que se jueguen la vida.