Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 29 marzo 2024.

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COVID-19: Mucho más que una crisis sanitaria y económica, de Elena Blasco Martín

    EL SIGUIENTE artículo de opinión COVID-19: Mucho más que una crisis sanitaria y económica, de Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras, fue publicado el 15 de abril en Contrainformación. Periodismo incómodo

    20/04/2020.
    Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras.

    Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras.

    LA CRISIS del COVID-19 tendrá importantes consecuencias económicas sobre las que ya se está hablando, pero no podemos olvidar sus efectos sociales, que pueden llegar a ser incalculables.

    En el estudio y tratamiento de la pandemia hasta el momento solo se distingue una segregación por sexo en datos sanitarios, especialmente en los de mortalidad. Las tasas son mayores en el caso de los hombres, según apuntan los expertos, como consecuencia de la mayor presencia a lo largo de su vida de hábitos nocivos que les generan mayor número de patologías y enfermedades cardiovasculares.

    Pero está claro que, desde el punto de vista humano, nadie se ha puesto a investigar las consecuencias sociales y económicas que este virus va a tener en la otra mitad de la población.

    Los últimos datos parecen demostrar que, efectivamente bajo las desastrosas consecuencias en el ámbito laboral y económico, las mujeres serán las más damnificadas de esta pandemia. Su coste es especialmente alto, son la mayoría de las trabajadoras en el ámbito sanitario y por tanto están más expuestas al contagio y a la enfermedad.

    Muchas de ellas además son madres y cuidadoras que seguirán asumiendo la falta de corresponsabilidad en sus familias, que ahora se ve aumentada con el cierre de colegios, centros educativos y centros asistenciales, lo cual agrava aún más sus niveles de estrés, con mayor carga de trabajo.

    Por si esto fuera poco, también está en muchos casos la informalidad de sus tareas y ocupaciones (empleo doméstico, ayuda a domicilio, agroalimentación, etc.) que las expone a un mayor riesgo de contagio, ante la imposibilidad de contar con equipación preventiva suficiente para hacer frente a la pandemia, sin olvidar la inexistencia de la cobertura sanitaria y el miedo a enfrentarse, a perder el salario o directamente el empleo.

    Está claro que, en esta crisis, como en todas… las mujeres están en primera línea de batalla, son el 85 % del personal sanitario entre enfermeras, farmacéuticas y o auxiliares; el 90 % de las limpiadoras de hospitales, hoteles u hogares y el 85% de las cajeras de supermercados, por poner solo algunos ejemplos.

    Su labor, sus tareas, repercuten directamente en el mantenimiento de los servicios básicos esenciales vinculados al mantenimiento del empleo que ahora está dañado por las medidas de reducción de movilidad de la ciudadanía. También en las destinadas al confinamiento y aislamiento que provocan que existan grandes pérdidas económicas en actividades y sectores que pasan a engrosar el trabajo no remunerado de cuidado y atención por la falta de conciliación y corresponsabilidad.

    Nadie puede ignorar que si efectivamente, la situación de desigualdad y discriminación laboral de las mujeres en España antes del COVID-19 ya era importante, ahora, como dijo Simone de Beauvoir “No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados…”; con esta crisis sanitaria, de nuevo, los derechos de las mujeres ni ahora ni nunca se pueden dar por adquiridos, y como añade la filósofa feminista francesa, debemos permanecer vigilantes toda nuestra vida, pues aumentará la desigualdad si no analizamos el impacto de esta crisis con perspectiva de género.

    La pérdida de trabajo y el cese de la actividad, la precariedad, la desigualdad y el empobrecimiento generalizado, irán acompañados de un aumento de las discriminaciones provocando, si no ponemos solución, un incremento considerable de las brechas estructurales de género que ya existían antes de esta crisis del COVID-19.

    Es evidente que las medidas tomadas por el Gobierno hasta el momento, aunque busquen reducir el impacto económico y social, están dejando de lado a una parte de la ciudadanía. Es de esperar que, a partir de ahora, se diseñen las estrategias necesarias para el después de la crisis sanitaria, y se formule con perspectiva de género la reconstrucción de toda una economía dañada, buscando ampliar las coberturas de los sectores que sufren mayor precariedad, facilitando recursos para atender las necesidades de cuidado y atención y fomentando así una mayor corresponsabilidad real de hombres, mujeres, Estado y sociedad.

    Habrá que hacer un estudio de las repercusiones de los ERTEs: qué sectores se están acogiendo a ellos, cuánta población trabajadora está involucrada y qué porcentaje de mujeres se sitúan en el desempleo, sabiendo de antemano que los sectores más afectados están claramente feminizados y que ellas sufren también mayor parcialidad y precariedad en las relaciones laborales.

    A todo ello, hay que sumar el asilamiento y el confinamiento de las víctimas de violencias machistas que conviven con maltratadores, lo que reduce sus posibilidades para pedir ayuda, y aumenta, si ya existía antes, su dependencia económica y psicológica.

    Ahora, más que nunca, no podemos dejar de lado la agenda internacional feminista, ni los derechos y libertades de las mujeres. Muchas mujeres no solo se enfrentan a la enfermedad, sino también a la violencia, a la falta de corresponsabilidad. Y todas nosotras, nos enfrentamos a la ausencia de la transversalidad de género en el tratamiento de esta pandemia. Tenemos la oportunidad de corregir esta situación y superar esta crisis con mayores niveles de equidad que favorezcan la destrucción de esos estereotipos de género que nos condenan a la vulnerabilidad, la invisibilidad y la pobreza.

    Elena Blasco Martín (@EBlascoMartin) es secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras.