Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 25 abril 2024.

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Trabajadoras en tiempos del COVID-19: Los cuidados en el centro de la nueva normalidad, de Alba Garcia Sanchez

    LA CRISIS derivada por el COVID-19 ha demostrado una vez más que las desigualdades estructurales existentes, clase social, género y situación migratoria, son un punto de partida para analizar la gestión de la crisis, evaluar las consecuencias y plantear las medidas necesarias para una vital recuperación.

    23/06/2020.
    Alba Gárcia Sanchez es secretaria de Dones i Polítiques LGTBI de CCOO de Catalunya.

    Alba Gárcia Sanchez es secretaria de Dones i Polítiques LGTBI de CCOO de Catalunya.

    Los cuidados en el centro de la nueva normalidad, SON DIVERSAS las voces que nos advierten que el impacto de género, como en anteriores crisis, es mayúsculo. Las mujeres acumulan discriminaciones, que desde una perspectiva interseccional evidencian diversas desigualdades sociales que afectan a sus vidas y las abocan a situaciones de especial vulnerabilidad: mujeres solas, mujeres migrantes, mujeres que tienen a cargo familias monomarentales, mujeres en situación de violencia machista, mujeres sin techo, mujeres pobres, trabajadoras del hogar y de los cuidados, mujeres mayores, mujeres trans, mujeres en situación de prostitución, mujeres con diversidad funcional…

    Por otro lado, esta crisis ha evidenciado que la vida no sería sostenible sin el trabajo de atención, de cuidados y doméstico, mayoritariamente realizado por mujeres de manera remunerada y no remunerada. La pandemia ha mostrado la fragilidad y la vulnerabilidad de la vida humana y cómo de central es ese trabajo para que todo siga, para que sigan nuestras vidas, nuestra sostenibilidad. Un trabajo de cuidados que se ha realizado de forma continuada cuando tuvimos que confinarnos. También ha quedado claro que ese trabajo cuando se convierte en profesión y se ejerce de forma remunerada es un empleo feminizado, poco valorado, poco reconocido y mal retribuido. Hablamos de sanidad, atención domiciliaria, trabajo de hogar, producción de alimentos, comercio o seguridad.

    Como señala la economía feminista, la vida y la sociedad no se entenderían ni serían viables sin ese trabajo de cuidados que garantiza la reproducción de la vida humana, una parte importante de las necesidades básicas de las personas y que, a su vez, éstas se encuentren en condiciones de participar en el empleo remunerado como fuerza de trabajo. El trabajo de cuidados es indispensable.

    Entonces, ¿Si creemos que los trabajos de cuidados, remunerados o no, son centrales y vitales, porqué no tienen el reconocimiento y el valor que les corresponde? Porque aunque son esenciales, el modelo económico, productivo y político neoliberal y patriarcal en el que vivimos, los ha negado y los ha discriminado, generando precariedad y desigualdad.

    Hasta ahora las crisis han supuesto déficits importantes en cuidados que se explican por las políticas públicas y sociales y por las grandes potencias que organizan el mundo, que no han puesto a las personas y sus necesidades en el centro de sus prioridades, como un objetivo clave.

    Claramente, el mundo cambiará a causa de esta crisis, y aquello que se considera "normalidad" también necesitará cambios. Cambios estructurales que nos permitan transformar de raíz un sistema, el capitalista y el patriarcal, que devora a las personas dejándolas sin derechos, sin dignidad, con condiciones de vida durísimas e incluso sin vida. Un sistema que también destruye la naturaleza de manera salvaje, los recursos naturales, sin tregua y en beneficio de un pequeño grupo de población que se enriquece mientras la mayoría de la gente se empobrece.

    Todos los agentes sociales, económicos y políticos deberán hacer un esfuerzo para volver a otra "normalidad". Una nueva normalidad que ponga en el centro los cuidados. Más allá de los gestos puntuales, como los aplausos o los premios en forma de paga para expresar, en la realidad del confinamiento, desde la gratitud a la generosidad y profesionalidad de las personas que garantizan nuestra salud, seguridad y alimentación, ahora será necesario dar visibilidad y centralidad a la sostenibilidad de la vida y reconocer que hay que hablar de trabajos en plural.

    Alba Garcia Sanchez es secretaria de Dones i Polítiques LGTBI de CCOO Catalunya.