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Los precios bajaron (-0,3%) en media anual en 2020. En diciembre, el IPC general modera su descenso interanual hasta el -0,5%, mientras que la inflación subyacente –sin energía ni alimentos perecederos- cerraba el año con una variación interanual del 0,1%. Sin embargo, se encarecen los bienes imprescindibles para los hogares pobres: Entre marzo y diciembre se observan fuertes aumentos en los precios medios de bienes y servicios imprescindibles, como los alimentos, que impactan más en los hogares pobres por el mayor peso que tienen en su cesta de la compra.
Aunque la inflación general baja un 0,6% entre marzo y diciembre, los alimentos y las bebidas no alcohólicas han subido un 2,4%. La subida se observa en casi todas las rúbricas de alimentos y los incrementos son particularmente notables en las frutas frescas (9,5%), azúcar (7,5%), carne seca, salada o ahumada (4,7%), carne de ovino (4,4%), carne de porcino (3,9%), cereales de desayuno (3,3%), legumbres y hortalizas frescas (3,1%), pescado fresco (2,8%), pescado congelado (2,7%), otros preparados de carnes (2,6%), agua mineral (2,6%), pizza (2,5%), carne de ave (2,5%), preparados de pescado en conserva (2,5%), fruta en conserva (2,4%), otros productos lácteos (2,3%), té (2,3%), refrescos (2,2%), pasta alimenticia y cucús (2,2%), legumbres y hortalizas congeladas (2,2%).
Asimismo, se observan aumentos medios de precios entre marzo y diciembre en servicios básicos como el transporte de pasajeros en metro/tranvía (2,4%), transporte de pasajeros por mar (6,1%), seguro de vivienda (2,9%), servicios médicos (1,1%), servicios dentales (1,4%), servicios hospitalarios (2,1%), seguros de salud (4,8%), alquiler de vivienda principal (1,1%), enseñanza primaria (1,8%), enseñanza secundaria (2,1%), peluquerías para hombres y niños (1,7%) y, peluquerías para mujeres (2,5%).
Aumento de los hogares pobres durante la pandemia
Esto sucede mientras la pandemia y la crisis asociada han incrementado las cifras de paro y de hogares sin ingresos de origen laboral (salario, pensión o prestación por desempleo), que es la variable coyuntural que mejor aproxima la pobreza y que proporciona la EPA. En el segundo trimestre de 2020, durante la primera ola, el número de hogares sin ingresos se situó en 671.000 hogares, 104.000 más que antes de la pandemia. En el tercer trimestre, la recuperación de la actividad y el empleo redujeron la cifra a 599.000 hogares. No obstante, esta cifra sigue por encima del nivel previo a la pandemia que, a su vez, era muy superior al que existía antes del estallido de la burbuja inmobiliaria
Las ayudas públicas no están llegando a los hogares pobres
Las medidas de protección social extraordinarias adoptadas por el gobierno no solo no han conseguido rebajar el alto volumen de hogares pobres del que se partía antes de la pandemia, sino que tampoco han conseguido evitar su aumento de manera importante. En particular, el ingreso mínimo vital que inicialmente estaba programado que llegara a 850.000 hogares solo beneficia de momento a unos 160.000, como consecuencia del alto grado de exigencia en la justificación administrativa para conseguirlo, que contrasta con el aligeramiento de trámites burocráticos que el gobierno prepara para hacer llegar los fondos europeos a las empresas.