Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 20 abril 2024.

“Ante la subida de los precios en marzo, es necesario asegurar y proteger los ingresos y el empleo de las personas trabajadoras”

    En marzo la subida de los precios se disparó hasta el 1,3% interanual frente al 0,0% de febrero, debido, principalmente, a la subida de los precios de la electricidad, carburantes y combustibles. También los alimentos y los servicios básicos que pesan más en la cesta de compra de las familias que tienen menores ingresos de incrementan por encima de la media. Ante esta situación, ha declarado Carlos Gutiérrez, secretario de Juventud de CCOO, “hay que asegurar protección del empleo, mediante la prórroga de los ERTE, y económica a las personas trabajadoras y las familias”, mediante la subida de los salarios y del Salario Mínimo Interprofesional y la extensión del Ingreso Mínimo Vital.

    14/04/2021.
    Carlos Gutiérrez, secretario de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo

    Carlos Gutiérrez, secretario de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo

    La subida de los precios de la electricidad, carburantes y combustibles ha elevado el IPC en marzo hasta el 1,3% interanual frente al 0,0% de febrero. Respecto al mes de febrero los precios suben 1 punto en marzo, por el fuerte efecto inflacionista del precio de la luz este mes, de los carburantes y combustibles para transporte personal y la subida del vestido y el calzado. La inflación subyacente –sin energía ni alimentos perecederos- se mantiene en el 0,3% interanual y se sitúa 1 punto porcentual por debajo del IPC general.

    A juicio de CCOO, se puede hablar de una inflación dual en el caso de los hogares con menores ingresos, ya que los bienes y servicios que concentran su cesta de la compra, especialmente alimentos y bebidas, se han encarecido desde el inicio de la pandemia acumulando subidas muy superiores a la media. Mientras, según denuncia el sindicato, el ingreso mínimo vital sigue sin llegar a la mayoría, el subsidio extraordinario de desempleo es insuficiente y aumenta la carestía de la vivienda en compra o alquiler.

    La baja inflación estructural es preocupante y refleja el bajo impulso de la demanda interna provocada por el efecto ahorro y precaución de los hogares, la insuficiente participación de las rentas del trabajo (vía empleo y salarios) en el crecimiento y el lento avance de la inversión –pública y privada- en los años anteriores, a los que se suma el impacto negativo de la pandemia. Es necesario proteger el mayor empleo posible, minimizar la pérdida de puestos de trabajo y garantizar que el empleo que se genere en este contexto sea de calidad y garantizando las condiciones de salud e higiene en el trabajo.