Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 19 abril 2024.

REVISTA "TRABAJADORA", N. 72 (MARZO DE 2021)

Un sindicato de hombres y mujeres/ Igualdad, cuestión de mujeres y de hombres, de Mari Cruz Vicente Peralta

    La secretaria confederal de Acción Sindical de Comisiones Obreras, Mari Cruz Vicente, es nuestra firma invitada para la sección Un sindicato de hombres y mujeres. No te pierdas su artículo Igualdad, cuestión de mujeres y de hombres.

    04/05/2021.
    Mari Cruz Vicente, fotografía de Julián Rebollo.

    Mari Cruz Vicente, fotografía de Julián Rebollo.

    RECIENTEMENTE he leído el libro de relatos Conciencia de clase. Historia de CCOO y alegra que se inicie con el relato de Petra Cuevas, una mujer de gran espíritu combativo; como bien la define Elvira Lindo: “Una mujer de aspecto frágil, pero de una fortaleza insuperable”, y que recuerda que en los primeros años del siglo pasado, en los sindicatos no había espacio para las costureras, profesión que Petra Cuevas ejercía con gran profesionalidad. Huelga decir que era un espacio de trabajo totalmente feminizado, lo cual no fue un impedimento para que organizara a las mujeres de su taller para conseguir derechos laborales elementales. Su lucha se extendió a otros talleres hasta que consiguió, como secretaria general del Sindicato de la Aguja, que un sector de obreras tuviera peso en el mundo sindical de aquellos momentos. Ella había conseguido abrir una puerta en el mundo de los hombres.

    Cuando aparece CCOO, Petra Cuevas sabe que ese es su espacio. Fue un magnífico ejemplo, en el que se pueden ver representadas a tantas mujeres que con su trabajo y su insistencia siguieron abriendo puertas y sentando las bases para que hoy otras tengan el peso que les corresponde en el sindicato. Desde mi punto de vista eso ha tenido dos consecuencias fundamentales: primero, que el sindicato perciba la desigualdad sexual existente en las sociedades formalmente igualitarias y, segundo, que se haya entendido que nada es neutral y que, por tanto, las políticas de igualdad tienen que formar parte del conjunto de las políticas sindicales de forma transversal.

    Como dice Ana de Miguel en su libro Neoliberalismo sexual: “Nadie puede negar, que a lo largo de estas décadas las mujeres nos hemos hecho visibles como sujetos con reivindicaciones específicas, y también estamos consiguiendo llevar a la agenda política ‘nuestros’ problemas, para redefinirlos como problemas de toda la sociedad”. Por ejemplo, la violencia de género, la democracia paritaria, una ley de igualdad que tiene como objetivo remover algunas de las barreras que hacen que la sociedad patriarcal se siga reproduciendo en una sociedad formalmente igualitaria, pero donde los varones siguen ocupando de forma mayoritaria y con absoluta normalidad los puestos de poder, y donde el desarrollo del Estado de bienestar no ha sufrido un cambio drástico, a pesar que desde las décadas de los 80 y 90 se viene produciendo una incorporación masiva de las mujeres a la educación superior y a la población activa.

    Esta visibilidad también se ha producido en CCOO, pues en la medida que las mujeres se han incorporado al mundo laboral, el sindicato ha sido un referente para ellas. De ahí deriva el incremento de la afiliación y la representación de mujeres, rompiendo definitivamente esa imagen de sindicato masculinizado de los primeros tiempos, reflejo de la realidad laboral existente. La realidad se ha transformado y con ella se ha conseguido introducir en la política sindical la agenda feminista, que pasa por defender el derecho a la igualdad social, laboral, económica, política y cultural entre los sexos, necesaria para configurar un verdadero Estado democrático.

    CCOO es la mejor herramienta que tienen las personas trabajadoras para defender sus derechos. Son muchos los retos que tiene por delante: los cambios que se están produciendo en el mercado de trabajo, las transiciones digitales, energéticas, su impacto en el empleo y en las condiciones laborales, pero todos los cambios tienen un impacto de género que no se pueden obviar. Al diagnóstico de la realidad ha de seguirles las reivindicaciones oportunas y plasmarlas en los ámbitos de actuación y, de forma especial, en la negociación colectiva y el diálogo social. Hay que romper los mecanismos ideológicos que reproducen la desigualdad de género y que amenazan la cohesión social. Se necesita cambiar el rumbo de las cosas y eso pasa por desarrollar las potencialidades sindicales que proporcionan herramientas, como son los planes de igualdad, asumiendo que la igualdad es cuestión de mujeres y hombres y que las políticas de igualdad no se pueden aparcar ante cualquier contratiempo.

    Mari Cruz Vicente (@MariCruzCCOO) es secretaria confederal de Acción Sindical de Comisiones Obreras.

    Revista Trabajadora, n. 72 (marzo de 2021).