Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 19 abril 2024.

La nueva Ley de residuos contiene mejoras pero se queda corta en algunos aspectos

    El Congreso ha aprobado la ley de residuos y suelos contaminados que ha incorporado, aunque con mucho retraso, las Directivas 2018/851 sobre residuos y 2019/904 sobre productos de plástico. La nueva ley introduce muchos aspectos que mejoraran la situación, pero aún se queda corta en otros que requerirían más ambición. 

    01/04/2022.
    Basura. Foto: Pexels

    Basura. Foto: Pexels

    La situación de la gestión de los residuos en el estado español se caracteriza porque, después de importantes avances logrados en las anteriores décadas respecto de la recogida y recuperación de materiales, se estaba produciendo un estancamiento en los últimos años que ha llevado a que no se esté consiguiendo alcanzar los objetivos europeos de reciclaje y a que estén abiertos varios expedientes por incumplimiento de directivas.

    En 2020, la tasa de reciclaje de los residuos municipales era sólo del 36% cuando el objetivo europeo era del 50%. Tampoco se avanza en prevención y reducción de residuos, sino que al contrario las nuevas formas de consumo y distribución de alimentos y de productos incrementan el volumen de residuos que se producen y que suponen un coste creciente para las administraciones locales. A ello ha contribuido la escasa ambición que ha tenido la normativa que se ha ido implementando y especialmente la ley de residuos aprobada en 2011 y su modificación de 2013.

    Es muy positiva la introducción de un impuesto al vertido y a la incineración, como ya han hecho algunas comunidades autónomas desde hace tiempo, porque va a incentivar la recuperación de los residuos para el reciclaje, en vez de su vertido o incineración. Este impuesto ya lo planteamos CCOO y diversas organizaciones sociales en 2009, y se reiteró en 2011, en el marco de una proposición de ley de fiscalidad ambiental que se presentó al Congreso, sin que entonces fuera considerado por la mayoría de los Grupos Parlamentarios. También es positivo el establecimiento de un impuesto sobre los envases plásticos de un solo uso, pero tenemos dudas de que el tipo impositivo sea suficientemente disuasorio para reducir su producción.

    Es importante que se establezca la recogida separada de bioresiduos para 2022 en los municipios de más de 5.000 habitantes, pero hubiera sido importante definir el sistema de recogida ya que la que se basa en contenedor abierto y voluntario genera muchos impropios que empeoran la calidad del compost. CCOO considera que la ley de residuos debería haber establecido reglas de armonización de los sistemas de recogida separada de los residuos de manera que los sistemas generalizados sean los de recogida “puerta a puerta” o “portal a portal” o el de “húmedo-seco” con cuatro contenedores (orgánica, papel, vidrio y resto que incluye envases) o el de 5º contenedor para orgánica cerrado con llave. 

     

    Respecto de adoptar la decisión de introducir el sistema de depósito, devolución y retorno para ciertos tipos de envases de bebidas en 2023 si no se llega a una tasa de reciclaje del 70% habrá que vigilar que la estimación de dicho porcentaje se haga con rigor. Algunas CCAA han realizado ya estimaciones de recuperación de este tipo de envases y han resultado porcentajes en torno al 30%. Mientras tanto convendría ir dando pasos para preparar los instrumentos de implantación del SDDR para que se pueda poner en marcha en el plazo más breve posible y contribuir así a incrementar las tasas de reciclaje.

    También es positiva la prohibición de plásticos de un solo uso y del bisfenol A y ftalatos en envases de alimentos, ya que son disruptores endocrinos que hace tiempo deberían haber sido eliminados. En cuanto a la obligación de que los ayuntamientos elaboren un censo municipal de instalaciones con amianto que incluya un calendario para su retirada, CCOO saluda la decisión y estima que se debería establecer un procedimiento de retirada garantista y regular obligaciones de comunicación.