Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 23 abril 2024.

REVISTA 'TRABAJADORA', N. 75 (JULIO, 2022)

Generación XXI / Las prácticas como sinónimo de precariedad en la juventud, por Adrià Junyent Martínez

    La incorporación al mundo del empleo es para la juventud trabajadora una odisea caracterizada por la precariedad: bajos salarios, temporalidad, parcialidad y prácticas interminables sin remuneración, o muy escasa, y sin derechos laborales.

    26/07/2022.
    Campaña 'Prácticas con derechos'. Diseño de Adrián Mozas.

    Campaña 'Prácticas con derechos'. Diseño de Adrián Mozas.

    La temporalidad es una de las características de la precariedad juvenil; para atajarla, la reforma laboral se está demostrando eficaz: en pocos meses ya se ha reducido del 50% al 30%. Sin embargo, la precariedad es como una hidra con muchas cabezas. Por eso es tan importante la regulación de las prácticas no laborales. Es hora de poner fin a las falsas becas en este país. La nueva normativa debe eliminar el fraude y limitar las prácticas no laborales a lo estrictamente formativo.  

    En la negociación del mal llamado Estatuto del becario buscamos diferenciar qué es formación, qué debería ser una práctica no laboral, o cuándo es trabajo y por lo tanto el uso de esta figura es fraude. Se busca de esta forma garantizar la labor formativa de las prácticas académicas y que cuando una persona esté desarrollando las funciones propias de un trabajador o trabajadora tenga una relación laboral con la empresa.  

    Una de las dificultades que nos encontramos trabajando este tema es que no es una problemática que movilice. También la falta de datos, los últimos que tenemos es que en más de un 60% de las prácticas en realidad se estaba trabajando pero sin derechos, y por lo tanto en situación de fraude, según un eurobarómetro de Eurostat de 2013.  

    Este fraude, en la mayoría de las ocasiones, se concreta en que el/la estudiante no recibe formación ni acompañamiento, sino que se le hace producir durante toda su jornada laboral como a una persona trabajadora más pero sin remuneración ni ningún derecho laboral.  

    Esto trunca las expectativas vitales de la juventud que ve cómo se van deteriorando sus derechos laborales, su remuneración, se ven en la disyuntiva de aceptar las condiciones por las promesas de algunos empresarios de que se les contratará en algún momento o porque ven que es la única manera de mejorar su currículum. Además, retrasa su inclusión en el mundo laboral de una forma normalizada y con unas condiciones que les permitan tener una vida autónoma.  

    También es importante analizar que el uso indiscriminado de prácticas para mejorar el currículum tiene un claro sesgo de clase; alguien que tiene que trabajar para llegar a final de mes no tendrá la capacidad de estar durante años con ingresos limitados o sin ellos, en contraposición de quien sí tiene ayuda por parte de la familia para estar años sin un salario o con remuneraciones por debajo del SMI.  

    Para combatir el fraude, Comisiones Obreras aboga por dotar de un papel más activo a la Inspección de Trabajo, limitar el número de estudiantes en prácticas por tamaño de empresa y una cuestión central, modificar sustancialmente los tipos de prácticas donde hay más fraude. Proponemos la eliminación de las prácticas extracurriculares, de las prácticas de títulos propios con pocas horas que no son otra cosa que una excusa para poder realizar las prácticas y aquellas sin vinculación con títulos formativos, que es donde en la actualidad se concentra más fraude.

    En este Estatuto también tiene que recogerse un catálogo de derechos que garanticen unas condiciones dignas. Una de las cuestiones que se va a incluir será la compensación de gastos que deberá  garantizar que las prácticas no les cuesten dinero a los y las estudiantes. Por otro lado, es importante garantizar la salud mientras se realizan las prácticas, por lo que se incluirán obligaciones a las empresas para evitar accidentes y preservar la salud del estudiantado. Por último también se deberían reconocer  permisos para ir a consulta médica o al especialista, por embarazo, el permiso menstrual por reglas incapacitantes o por cuidado de familiares. 

    Es importante que toda la organización sea consciente de que la lucha por unas prácticas realmente formativas y contra el fraude no se puede realizar únicamente desde la Confederación con la negociación del Estatuto del becario. La lucha contra el fraude empieza, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, con la acción sindical y el trabajo de los y las sindicalistas denunciando los casos fraudulentos que ocurran en sus empresas, como se hizo en la Universidad Autónoma de Madrid, en el ayuntamiento de Quintanar y en muchas otras empresas. 

    Es el momento de que la juventud trabajadora deje de ser sinónimo de precariedad. 

    Es el momento de seguir ganando derechos para la juventud.

    Adrià Junyent Martínez  (@adriajunyent) es secretario confederal de Juventud de Comisiones Obreras