Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 19 abril 2024.

REVISTA 'TRABAJADORA', N. 75 (JULIO, 2022)

Salud / De pasos adelante y pasos atrás de los derechos sexuales y reproductivos, por Silvia Espinosa López

    Nada en la vida es tan doloroso como perder algo por lo que has luchado incansablemente, algo que crees que es justo y necesario. Nada como sentir que de repente no sólo se para el avance, sino que se comienzan a dar peligrosos pasos atrás y, con cada paso, ver cómo se pierden derechos y libertades. 

    28/07/2022.
    Dos mujeres portan una pancarta reivindicativa durante la manifestación del 8M en 2019 en Madrid. Fotografía de Fran Lorente.

    Dos mujeres portan una pancarta reivindicativa durante la manifestación del 8M en 2019 en Madrid. Fotografía de Fran Lorente.

    Ese dolor es el que debe de estar sintiendo gran parte de la sociedad estadounidense, sobre todo las mujeres feministas, ahora que han perdido, después de  50 años, el derecho al aborto. 

    Y es que, aunque ningún derecho está conquistado para siempre, los derechos sexuales y reproductivos, muy especialmente los de las mujeres, están eternamente amenazados y son el primer blanco a abatir por la extrema derecha. Nuestro cuerpo fue, es y será campo de batalla.

    Nosotras también sentimos dolor ante este desenlace que significa el triunfo y la imposición de la ideología retrógrada de una minoría sobre la mayoría. Significa volver a querer controlar el cuerpo de las mujeres, volver a la consideración de que somos seres con el único fin de procrear y cuidar, volver a poner la vida y la salud de las mujeres por detrás de la de un cigoto o un feto. Estar muy por la vida, pero sin bajarse de la Asociación Nacional del Rifle ni de mandar adolescentes al colegio con un arma en la mochila por si acaso. Evidentemente este desenlace no ha sido fortuito, sino que se ha ido urdiendo desde hace tiempo. Como ya recogimos en nuestra Revista Trabajadora, la sustitución por parte de Trump en la Corte Suprema de la gran defensora de los derechos de las mujeres, Ruth Bader Ginsburg, por otra jueza con una ideología contraria, muy religiosa y manifiestamente en contra del aborto, Amy Coney Barret, ya fue toda una declaración de intenciones. Y a pesar de que había muchas luces de alarma y pistas de lo que venía, este gran paso hacia la involución ha dejado atónito al mundo, y a nosotras.

    En nuestro país la situación es totalmente distinta, aunque no hay que olvidar que está pendiente de ser resuelto el recurso que el PP presentó ante el Tribunal Constitucional contra la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y del IVE 2/2010. Parece que no es nada probable que una sentencia del alto Tribunal pudiera acabar con lo que es una conquista consolidada y el sentir de la mayoría social. Pero visto lo visto en EEUU y ante el auge que lamentablemente está teniendo la extrema derecha en España, habrá que estar muy atentas y listas para teñir de morado las calles. Ya tuvimos en 2015 un ataque directo por parte del ministro Gallardón, y ya le hicimos frente ganando esa batalla y acabando con su carrera política. Pero hay que tener en cuenta que el discurso machista de la extrema derecha va ganando influencia, y que ya están en nuestras instituciones. Sin querer ser agorera, creo que el mensaje está muy claro y la consigna también: ¡Ni un paso atrás! ¡Ni para coger impulso!

    En España, los derechos sexuales y reproductivos se comenzaron a regular en la  Segunda República, quedando despenalizado el aborto hasta las 12 semanas durante los años 36 y 37. Después, la nada hasta 1985 con la ley de supuestos 9/1985; y en 2010 la vigente Ley 2/2010, que ya es de plazos y supone un gran avance porque además de regular el IVE también es “de salud sexual y reproductiva”, integral y mucho más completa. En 2015 el PP reforma la ley para dejar sin derecho a decidir a las menores de 16 y 17 años. 

    Ahora asistimos a un nuevo avance:  el 17 de mayo pasado, fue aprobado en el Consejo de Ministros el Proyecto de Reforma de la Ley Orgánica 2/2010 de derechos sexuales y reproductivos. Esta iniciativa supone el reconocimiento de las muchas inequidades, carencias e inaplicaciones que han minado la andadura de la Ley. Con ella se quieren garantizar y ampliar los derechos, así como eliminar los palos en las ruedas que han obstaculizado su aplicación plena. 

    En la gestación de este Proyecto hemos sido el único sindicato presente en las varias reuniones consultivas que ha habido con el Ministerio de Igualdad, donde hemos llevado nuestras propuestas, muchas de las cuales están recogidas en el texto.  

    Esta reforma será otra ocasión, esperamos que esta vez bien aprovechada, para la implantación de una educación afectivo-sexual en igualdad, obligatoria en todas las etapas educativas, partiendo del reconocimiento del derecho que niños y niñas, adolescentes y jóvenes tienen a la misma. Dicha educación es piedra angular e imprescindible para que los derechos sexuales y reproductivos sean una realidad en nuestra sociedad. La extrema derecha lo sabe muy bien, por lo que ha venido atacando hasta ahora fuertemente cualquier avance en este sentido. 

    En cuanto a la anticoncepción, destaca la importancia que quiere darse a los métodos barrera, en detrimento de los hormonales, tanto por ser más saludables como para conseguir una mayor corresponsabilidad de los hombres en la anticoncepción. Estos métodos además se distribuirán de manera gratuita en institutos, centros penitenciarios y centros de servicios sociales y se ampliará su financiación pública. La píldora del día después se tendrá que dispensar en todas las farmacias (no cabrá objeción de conciencia), y se dispensará gratis en los centros de salud y futuros centros especializados en derechos sexuales y reproductivos. 

    En cuanto a la interrupción voluntaria del embarazo, un tema central en esta reforma ha sido remediar la desigualdad del acceso al derecho dependiendo del territorio donde se viva. La herramienta ha sido blindar que esta prestación se dispense dentro de nuestro sistema público de salud, como cualquier otra prestación. La idea es que ninguna mujer tenga que desplazarse como hasta ahora para abortar. Para conseguirlo se va a regular la objeción de consciencia, que hasta ahora ha sido la llave para sacar el aborto de los centros sanitarios públicos, con la creación de un registro como herramienta para montar los departamentos, respetando el derecho individual sin obstaculizar la funcionalidad de los mismos. Quedará eliminado el periodo de reflexión de tres días y la información previa y las menores de 16 y 17 años podrán volver a abortar sin el consentimiento parental. 

    Por primera vez una ley habla del derecho a la salud menstrual, atrayendo la atención de muchos países vecinos por considerarse una medida vanguardista y positiva. Aunque también ha atraído todo el sarcasmo, el desprecio y la mala leche del mismo sector de siempre. Se regula una incapacidad temporal pagada por el Estado, reconociéndose así las reglas dolorosas como una dificultad que afecta a las mujeres en la integración al ámbito laboral, además de un problema de salud que ha sido históricamente invisible. 

    A nuestros ojos el anteproyecto mejora sin duda la ley, aunque hay dos temas importantes que se han quedado por el camino. Uno es la tan demandada bajada del IVA en los productos de higiene femenina, que continuará siendo del 10% a pesar de ser productos de primera necesidad. Otro es la violencia obstétrica, que ni tan siquiera se nombra ni se reconoce, quedando sustituida por “el parto respetado”, concepto en positivo que creemos es insuficiente. 

    El proyecto no ha hecho más que comenzar su andadura por el trámite legal, aunque dice el Gobierno que quiere que sea aprobado antes de que acabe la legislatura. El 29 de junio queda aprobado en reunión de Pleno del Comité Económico y Social (CES) Dictamen sobre la Ley, en el que hemos estado participando de manera muy activa. Ya queda menos para que el texto vuelva al Consejo de Ministros y de ahí pase al Congreso, y de ahí al Senado. Crucemos los dedos para que todo este periplo pueda tener lugar antes de que acabe la legislatura, antes de que comience un tiempo de preocupante incerteza. 

     Silvia Espinosa López (@silviaFSSCCOO) es responsable de Mujeres, Políticas LGTBI+ e Igualdad