Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 20 mayo 2024.

PRIMERA VALORACIÓN DE LA ECES 2018

Una década perdida para reducir la brecha salarial de género

    ESTE JUEVES, 24 de septiembre, se han publicado los datos de la Encuesta Cuatrianual de Estructural Salarial 2018 (ECES 2018). La secretaría confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO, en una primera valoración, alerta sobre el carácter sistémico de la desigualdad retributiva, que apenas se ha reducido en 8 años.

    25/09/2020.
    Fotografía de Txefe Betancort.

    Fotografía de Txefe Betancort.

    LOS DATOS relativos a la EES 2018, que ya fueron analizados por CCOO al conocer el avance de resultados, ya alertaron que en un año apenas se recortó la brecha salarial de género en 0,5 puntos porcentuales. En efecto, el salario medio anual de las mujeres fue de 21.011,89 euros, mientras que el de los hombres fue de 26.738,19 euros. El salario promedio anual femenino representó el 78,6% del masculino, según el cálculo del INE. Según el cómputo que realizamos en CCOO, el salario medio anual masculino en 2018 fue un 127,25% superior al femenino, que tendría que aumentar un 27,25% para equiparse. En 2010, el salario medio anual masculino fue un 129,1% superior al femenino, que tendría que aumentar un 29,1% para equipararse.

    En 2018 las mujeres dejaron de percibir 5.726,30 euros anuales, respecto a los hombres, por trabajos iguales o de igual valor. Si lo comparamos con los datos ofrecidos por la ECES 2010, uno de los años de mayor impacto económico y en salarios de la pasada crisis económica, en que este diferencial fue de 5.745 euros, el avance es mínimo. Como observa Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO: “Analizaremos los nuevos datos con más profundidad pero una primera lectura es tremendamente alarmante. La cantidad que dejan de percibir, en cuanto a salarios medios anuales, las mujeres respecto a los hombres, por trabajos iguales o de igual valor, apenas se ha recortado en 18,7 euros, un 0,3%, en estos 8 años en que se ha salido, en términos macroeconómicos, de la crisis. Una reducción de la brecha salarial irrelevante e irrisoria, indicativa de la condición sistémica de esta desigualdad salarial que puede además agravarse por el impacto de la nueva crisis a consecuencia de la COVID-19”.

    Son muchos los factores que influyen, como desde CCOO hemos señalado innumerables veces, con informes anuales, sectoriales y territoriales. Por ejemplo, influye la segregación sectorial: en 2018, hostelería tuvo el salario medio más bajo, con 14.345,30 euros, un 40,3% inferior a la media. Un sector en el que trabaja el 9% de las mujeres, 1 de cada 10 trabajadoras. En 2010 ya desde CCOO alertamos del peso de la segregación laboral en la composición de la brecha salarial, ya que el 47% de las mujeres (prácticamente 1 de cada 2) trabajaba en sectores de actividad en los que la ganancia media anual estaba por debajo de los 15.000 euros.

    También hemos destacado la influencia del tipo de jornada. El número de mujeres a tiempo parcial fue muy superior al de hombres en prácticamente todos los niveles salariales, principalmente para los inferiores a 20.000 euros. Recordemos que el 75% del tiempo parcial lo desempeñan mujeres. Es decir, 3 de cada 4 empleos a tiempo parcial son de mujeres. Este porcentaje apenas ha variado desde 2010 (entonces suponían el 80%) y, según el análisis de CCOO, este factor es el que más influye en la brecha salarial, hasta un 46% de la misma.

    La secretaria confederal de Mujeres e Igualdad recuerda: “La brecha salarial es la consecuencia económica de una cadena de discriminaciones hacia las mujeres que comienza antes de que lleguen al empleo y continúa en su empresa. Debemos tener en cuenta factores como segregación académica y profesional, consecuencia de que aún pervive una cultura patriarcal, junto a las dificultades derivadas de la división sexual del trabajo y la falta de servicios públicos para una conciliación corresponsable. Y no olvidar el peso de la precariedad laboral, principalmente de la parcialidad involuntaria, en el empleo de las mujeres. Es necesario tener presente que la brecha salarial y la feminización de los salarios más bajos son resultado de la desigual inserción de las mujeres en el mercado laboral, como muestran la abusiva contratación a tiempo parcial, la segregación en sectores más precarizados o las barreras en la promoción laboral. Se trata de injusticias estructurales que empobrecen la vida de las mujeres. Para CCOO es una prioridad absoluta atajarla por todos los medios”.

    Valorando en una primera lectura estos resultados, Elena Blasco Martín señala: “La igualdad retributiva es una cuestión de justicia y un derecho, que se debe garantizar ya. Constatamos que apenas hay avances en una década en la que se ha salido de una fuerte crisis económica y estamos a las puertas de otra crisis igualmente preocupante. Ya hemos señalado que las mujeres no vamos a ser las eternas paganas de la crisis. Actuar para derribar esas barreras estructurales es una prioridad absoluta para CCOO”.