Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 25 abril 2024.

INFORMES SOCIOLABORALES Y DE BRECHA SALARIAL

Desigualdades y brechas de género de las mujeres en Baleares

    Eva B. Cerdeiriña Secretaria de Políticas Públicas y Salud Laboral Yolanda Calvo Secretaria de Ocupación y Política Sectorial Xisco Mellado Secretario de Comunicación de CCOO de las Islas Baleares Edita: Confederación Sindical de CCOO Illes Balears Diseño y maquetación: Tàndem Comunicació Marzo 2023

    09/03/2023.
    Desigualdades y brechas de género de las mujeres en Baleares.

    Desigualdades y brechas de género de las mujeres en Baleares.

    La inserción y la trayectoria laboral de las mujeres en el mercado de trabajo se caracteriza por una mayor explotación y desigualdad, que a su vez tiene su origen en la discriminación social, cultural y educativa, y en las tareas de cuidados que soportan las mujeres desde niñas, que les otorga el papel de cuidadoras. Esta es una constante que venimos reflejando en los informes previos realizados a la hora de analizar la inserción laboral de las mujeres en Baleares.

    El documento que hoy presentamos muestra cambios importantes en la situación de las mujeres en el empleo. Esta situación viene motivada, sin duda, por el impacto que ha tenido la aprobación del Real Decreto-ley 32/2021 de 28 de diciembre de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo. El objetivo principal de la norma era promover la estabilidad en el empleo y combatir el recurso abusivo, injustificado y desproporcionado de la contratación temporal.

    Los datos que se presentan en el informe revelan que el principal empeño de la reforma laboral, reducir la tasa de temporalidad e incrementar la contratación estable, se ha cumplido con creces. La tasa de temporalidad en el 2022 desciende de forma muy significativa con respecto al año 2021: de un 82,16% a un 36,12%; tendencia similar se produce en la tasa de parcialidad: 25,2%, casi 16 pp. menos que en el año anterior. Una reducción tan importante de la contratación temporal que no se ha traducido en pérdida de puestos de trabajo a pesar de lo que algunos estudios pronosticaban, argumentando que las empresas no estarían dispuestas a sustituir empleo temporal por indefinido al resultarles más costoso.

    Podemos hablar, por tanto, de una mejora en la estabilidad laboral y de reducciones de los indicadores de precariedad, como por ejemplo la parcialidad, que tiene mayoritariamente rostro de mujer. Ahora bien, persisten sombras, en indicadores como las brechas en la tasa de empleo, o en la tasa de paro, o el volumen de mujeres “inactivas” (69.700) por dedicarse a tareas de cuidado de menores o dependientes, un trabajo de cuidados que no solo no se ve, sino que se infravalora, calificándolas de inactivas. Por lo tanto, si bien podemos hablar de un incipiente cambio en algunos vicios estructurales en la inserción laboral de las mujeres, todavía persisten sesgos de género en el mercado de trabajo, sesgos que, no lo olvidemos, tienen repercusión en la diferencia salarial y en la persistencia de la brecha salarial.