Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 28 abril 2024.

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Entrevista/ Paloma del Río: "He probado a hacer todos los deportes que he transmitido", de Carmen Briz Hernández

    La inconfundible voz de la periodista deportiva Paloma del Río nos traslada inmediatamente a las retransmisiones de los Juegos Olímpicos, ha cubierto muchísimos de ellos. Desde hace unos meses disfruta de su recién estrenada jubilación y sigue recogiendo, no sin abrumarse, premios, periodísticos y lgtbi+, por toda la geografía española. Carmen Briz (@MamenBriz) conversa con ella.

    04/12/2023.
    Paloma del Rio en la foto promocional para la serie "Ya no quiero esconderme" de RTVE.

    Paloma del Rio en la foto promocional para la serie "Ya no quiero esconderme" de RTVE.

    PALOMA DEL RÍO nació en Madrid en 1960. Creció viendo pasar la vida, cada fin de semana, desde la Puerta del Sol, donde sus abuelos regentaban un hotel (ahora, Hostal Americano Madrid). Lo cuenta en su libro autobiográfico Enredando en la memoria, que escribió en 2015. Aún no sabía a qué se dedicaría de mayor, pero se recuerda durmiendo con la radio encendida: “Gasté mucha pila, se apagaba cuando se consumían. Siempre tengo una radio en cada habitación, y voy pasando de una habitación a otra con el hilo de la radio por detrás. Me ha gustado estar al tanto, escuchar, aprender de la gente”. También tenía querencia por la televisión: “Nos mandaban a la cama, pero la televisión estaba puesta de tal manera que se veía si nos escondíamos debajo de la mesa del comedor. Ha sido una constante en mi vida la curiosidad, y estar al tanto de todo lo que pasaba”.

    Otra constante en su vida gira en torno al deporte: “En el colegio era lo que más me gustaba. Siempre he sido muy patosa, muy poco competitiva, pero me gustaba mucho hacer ejercicio, de hecho sigo haciéndolo”.

    Abiertamente lesbiana, declara no haber tenido nunca ningún problema: “Afortunadamente quizá ha sido mi entorno y el vivir en una gran ciudad que te permite mucha independencia. Enseguida supe lo que quería en mi vida y lo normalicé. Entendí que no tenían que juzgar mi vida privada en el trabajo y limitarse a si lo hacía bien”. Nunca imaginó que iba a convertirse en un referente LGTBI ni que iba a cosechar tantísimo premio y reconocimiento periodístico: “Me abruma mucho, tantos premios, tanto reconocimiento. La gente me dice ‘es que tú has sembrado mucho en muchos campos durante mucho tiempo y ahora estás recogiendo’. Pues, oye, será”.

    Paloma del Río colgó el micrófono hace unos meses y ahora disfrutará de su tiempo libre y de los próximos Juegos Olímpicos de París 2024 como espectadora, los primeros juegos en los que se espera una representación por géneros del 50%, quienes los sigamos la echaremos de menos.

    ¿Qué es lo que más recuerda de su paso por la facultad? ¿Ya era consciente de que quería dedicarse al periodismo deportivo?

    Me entusiasmaba la carrera, y me lo pasaba muy bien, pese a que no tenía mucho tiempo, puesto que trabajaba de noche, en la clínica Ruber, como auxiliar de clínica, pero saqué las mejores notas de mi vida. Fue muy divertido. Sin ser consciente, buscaba la excelencia siempre: en ser la mejor estudiante, en ser la mejor periodista, en ser la más informada. En mi clase estaban Vicente Vallés, Fran Llorente, Miguel Ángel Nieto, Fran Sevilla, Teresa Viejo… Desde el primer curso ya sabíamos qué queríamos hacer, quienes querían dedicarse a internacional, a cultura… y yo, que quería dedicarme al periodismo deportivo. Fuimos afortunados, porque terminamos haciendo lo que queríamos.

    Creo que un periodista se retroalimenta de todo lo que están escribiendo otros periodistas y otros conocedores de ese tema. Me preparaba, buscaba todas las fuentes de información posibles. Ahora con Internet tenemos al alcance todo, pero cuando yo empecé, no. Había deportes minoritarios y muy desconocidos en España como la gimnasia y el patinaje donde no encontrabas ni revistas ni libros ni nada. De manera que cuando viajaba a otros países me iba a librerías a documentarme sobre esos deportes.

    ¿Ha sido el aprendizaje una constante en su vida?, ¿es cierto que hizo cursos para entender ciertos deportes?

    Cuando acabas la carrera tienes que aprender muchas cosas sobre la marcha. No solo la gestión del deporte en sí sino la gestión de las federaciones nacional e internacional. Eso te lo da el oficio.

    Y con respecto a las transmisiones, he probado a hacer todos los deportes que he transmitido. Muy mal, claro. He nadado, he montado a caballo, he hecho patinaje, gimnasia, gimnasia rítmica, voleibol, tenis… Intenté aprender a patinar, nada; intenté aprender a esquiar, nada, un desastre. Pero sí por tener la sensación de qué se siente cuando tienes unos patines. Tengo que entenderlo porque se lo tengo que explicar a la gente.

    La gimnasia rítmica tiene la peculiaridad de que en cada ciclo olímpico cambian el código y no es estanco, se van añadiendo actualizaciones. Y sí, pedí a la Real Federación Española de Gimnasia la posibilidad de inscribirme como oyente en algunos cursos. Cuando te pones con un micrófono delante tienes que ser lo más rigurosa posible.

    En RTVE encuentra a mujeres que estaban haciendo deportes, ¿cómo se las recibe, entonces y ahora?

    Solo había una televisión y dos canales (UHF y VHF). Le dije al tutor de becarios que quería hacer deportes y estaban ya Mari Carmen Izquierdo, Elena Sánchez, (presidenta ahora de Radiotelevisión Española), María Escario, María Antonia Martínez y en Barcelona Olga Viza y Mercedes Milà. En televisión había unas cuantas caras conocidas. En radio y en prensa también, pero tenían menos visibilidad.

    Con respecto a los compañeros de nuestra edad, no teníamos problemas, era natural y normal. Pero los veteranos estaban anclados en esa posición de ‘el deporte es cosa de hombres’, como decía la publicidad del coñac, hecho por hombres, consumido por hombres y con un lenguaje muy masculino. La aparición de las mujeres que, vocacionalmente, quieren hacer periodismo deportivo, para estos veteranos fue una sorpresa. Hubo algunos que lo llevaron regular nada más, sí tuvimos la sensación de que para ellos éramos una molestia, intrusas en un campo que era suyo. Tuvieron que asumirlo.

    Ya no hay esa división, ahora no se ve esa segregación que se veía entonces. Creo que con el paso del tiempo se ha normalizado, casi todas van por elección propia. Hace 38 años sí, se veía raro que una mujer quisiera dedicarse al periodismo deportivo, pero ahora no.

    Decide apostar por el periodismo deportivo, ¿también decide trabajar en los deportes minoritarios? ¿Cómo llega a ellos?

    No, no elegí. Llego inducida. La redacción ya tiene una serie de deportes asignados a diferentes personas: balonmano, motos, voleibol y hay una serie de deportes que salen menos, pero que hay que hacer. Lo primero que hago es el tenis de mesa, y después gimnasia artística, porque Olga Viza presentaba el programa Estadio 2, que se hacía en Barcelona; y María Escario presentaba en Madrid, y el director de deportes me encargó la retransmisión.

    La gimnasta y ahora comentarista Almudena Cid la describe como alguien que “Reivindica lo justo con elegancia" ¿Cómo ha sido su relación con las deportistas a lo largo de su vida profesional?

    Cuando las deportistas han estado en activo, no he tenido más vínculo que lo que es una cobertura televisiva o una entrevista. Cuando se han retirado, sí que han aparecido los vínculos más personales. Fue así porque quería preservar esa independencia emocional con respecto a ellas, para que no influyera en mi objetividad a la hora de valorarlas cuando estuvieran haciendo sus competiciones.

    Pero sí que es verdad que cuando eres conocedora de esa desventaja que históricamente han tenido las mujeres en el mundo del deporte en cuanto a medios materiales, a equipación, nutrición, servicios, horarios… me pareció que era muy injusto, y a mí las cosas injustas me activan, me provocan el intentar echar un cable.

    El deporte femenino comienza, como casi todas las disciplinas en las que las mujeres históricamente desean iniciarse, con una “rebelión” y en 1922 se organizan los Juegos Mundiales Femeninos, ¿es ésta la historia continua del deporte femenino?

    La francesa Alice Milliat empieza con una organización pequeña a nivel local, luego nacional y luego internacional. Era una mujer leída, viajada, con solvencia económica y reivindicativa. Consideraba muy injusto que el Comité Olímpico Internacional (COI), no permitiera a las mujeres participar en determinadas pruebas de los Juegos Olímpicos.

    Ante la negativa de los dos organismos, especialmente del COI -que era bastante misógino, por aquel entonces, con Pierre de Coubertin de presidente (entre 1896 y 1925)-, organiza una primera edición de unos Juegos Olímpicos en la que eran nueve países; hubo hasta cuatro ediciones de Juegos Olímpicos Femeninos.

    El COI no se encontraba con un reto semejante hasta entonces, y al cabo de los años deciden integrarlas, porque, de alguna manera, vieron peligrar su situación. Fueron incorporando pruebas, pero con mucha resistencia.

    Cuando llega Juan Antonio Samaranch en 1980 a la presidencia, después de sanear a nivel económico, favorece la inclusión de las mujeres dentro del mundo del deporte. Y empieza a activar una serie de políticas que se van poniendo en marcha durante los años de su mandato (1980-2001). Desde los Juegos Olímpicos de Sidney 2000, ya no se puede incluir ninguna especialidad deportiva que no pueda ser practicada por hombres y mujeres. De hecho, crea la Comisión Mujer y Deporte (en la actualidad Comisión de Igualdad de Género, Diversidad e Inclusión), incentiva la participación de las mujeres, a nivel administrativo y en el mundo de la gobernanza. Todo lo que se va avanzando es muy difícil que se eche para atrás porque se montaría un escándalo. Hay que reconocerle a Samaranch toda esa labor a favor de las mujeres.

    ¿Qué responsabilidad tienen tanto medios como periodistas con respecto al tratamiento que se hace del deporte femenino?

    Todas las iniciativas de igualdad, de equidad y de trato respecto al lenguaje, sin sesgos, sin estereotipos y sin clichés dependen del trabajo particular de hombres y mujeres comprometidos, no depende de los propios medios. Me gustaría que hubiera un libro de estilo en cada medio de comunicación (algunos ya hay) y que cuidara todos estos aspectos.

    Hay que hacer un esfuerzo todos los días por emitir, por escribir o por hablar del deporte femenino, no solo dar el resultado de un partido. La información femenina no se prolonga en el tiempo, no se le da espacio ni en prensa, ni en radio, ni en los programas de entretenimiento. Hay programas de radio larguísimos y la atención no llega ni al 5%. Hay más deportes, además del fútbol, pero no se profundiza. En los periódicos, por ejemplo, habría que cuidar el tratamiento de las fotografías, que a veces son muy dañinas; y en la televisión ya no es admisible una retransmisión donde el realizador se dedique a sacar los culos de las atletas.

    Hay que darle el mismo espacio a las pruebas mixtas; por ejemplo, la foto principal es masculina y el titular es masculino y la información femenina queda relegada a breves. Está estudiado. Susana Guerrero, catedrática en la Universidad de Málaga, escribe sobre el lenguaje ñoño que suele utilizarse. El Consejo Superior de Deportes, para el 8 de Marzo de 2023 publicó un estudio, en el que también participó Clara Sainz de Baranda, doctora en la Universidad Juan Carlos I, sobre el tratamiento de casi 7.000 noticias en televisión y 5.000 noticias en radio, y quién las escribe, cómo las escribe, cuál es el tratamiento que se da. La radiografía la tenemos, lo que pasa es que tenemos que ponerle el tratamiento para evitarlo, y el tratamiento no llega.

    Ya se están firmando algunos convenios colectivos para las deportistas profesionales e incluyen que puedan ser madres, si lo desean, sin perjuicios en sus carreras ¿Qué otros cambios tendrían que darse?

    Tenemos que empezar a trabajar en la conciliación. Es muy activa la nadadora Ona Carbonell que preside la Comisión de Maternidad y Deporte del Comité Olímpico Español (COE), precisamente porque no pudo conciliar su vida de madre y de deportista durante los últimos juegos. Tiene que haber los medios suficientes para que cuando una deportista quiera ser madre no pierda ni ranking, ni patrocinadores como le pasó a la tenista norteamericana Serena Williams. Hay que acabar con todas las cláusulas antimaternidad, en donde se especificaba claramente que en el momento en el que te quedabas embarazada se rescindía el contrato. Es inadmisible.

    Desde el punto de vista de los medios económicos, no se puede consentir que un mismo club envíe a sus jugadores en avión y a sus jugadoras en autobús –esto ha ocurrido hasta en la selección nacional-. Dori Ruano en su época de ciclista contaba que a ellos les daban chuletón y a ellas filetes empanados cuando iban a disputar exactamente el mismo mundial con los mismos kilómetros y los mismos esfuerzos.

    He hecho con algunas federaciones un ejercicio de educación, haciéndoles ver que algunas cuestiones no son admisibles. En la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel Villar rompía despreciativamente los comunicados que le enviaban las jugadoras y decía “esto son cosas de las niñas”. Las “niñas” que acaban de ganar en ocho años un mundial, que a los chicos les ha costado casi cien años.

    Este verano, Luis Rubiales es protagonista de un caso de acoso sexual en el trabajo y es televisado, sin embargo es incapaz de asumir su responsabilidad desde el minuto uno, ¿Cuál es su opinión?

    Me parece un despropósito desde el pitido final del partido hasta hoy. Se ha visto también la mentalidad de quienes le asesoran. Cuando en esas primeras declaraciones en radio dice ‘estos son los tontos de siempre, tenemos que centrarnos’, no contó con la respuesta de los periódicos nacionales e internacionales (L'Equipe, The New York Times, CNN, The Times). Pero esto que ocurre en la federación de fútbol viene de atrás. Hay que ver el documental Romper el silencio. La lucha de las futbolistas de la selección, cómo Ignacio Querda, el anterior seleccionador, coge a las jugadoras, cómo las maltrata, cómo les dice a las jugadoras lesbianas que no compartan habitación…

    Hay que agradecerles el zapatazo encima de la mesa que han dado estas jugadoras y, gracias a Jenny Hermoso, no se han callado y se les ha tenido que dar la razón, a pesar de ser tachadas de niñatas, caprichosas, irresponsables...

    Fue curioso que algunas periodistas deportivas aprovecharan la ocasión para hablar también de su propia situación en los medios, ¿has sufrido alguna experiencia de acoso sexual en el trabajo?

    Sí, cuando estaba en la tele, en 1986. Uno de los popes de la redacción quería estar a solas conmigo. Un día pasó por detrás de mí, me puso las manos en el pecho y me dijo ‘¡ay!, ¿qué tienes aquí?’. Me di la vuelta y le dije: ‘¿Esto, te gustaría que le pasara a tu hija?’. Y se marchó. ¿Por qué tenemos que pasar las mujeres por ese tipo de situaciones?

    El caso de Jenny Hermoso ha dejado otra pregunta: ¿en manos de quién está la gestión deportiva?

    Es una cuestión de organización federativa, lo que hay que hacer es sanear desde abajo. La responsabilidad máxima es la del presidente, y es quien tiene que organizar de una manera correcta, decente, honrada, no solo la federación nacional, sino para que no permita, como tutelador, determinados comportamientos, porque entonces se corrompe todo.

    ¿Para cuándo más entrenadoras de equipos masculinos?

    Ya las hay, por ejemplo, Toña Is en Asturias, que fue seleccionadora de la selección sub-19, que se encargaron de quitar de en medio Jorge Vilda y Montse Tomé; la apartaron, porque sus resultados como entrenadora eran muy buenos. Ahora está Montse Tomé como solución inmediata de entrenadora de la selección nacional femenina. No sé lo que va a durar, porque ella forma parte también del entramado que durante los últimos cuatro años les ha condicionado la vida.

    Muchas deportistas son abiertamente lesbianas y visibles, tal vez porque el machismo se encargó de recordárselo siempre que jugaban (lo fueran o no), ¿piensa que el sexismo imperante es también el causante de que esto no sea así en el caso de los hombres? y ¿qué pasa con la gimnasia artística masculina?

    El último trabajo que hice para la tele, además del mundial de rítmica, fue la serie Ya no quiero esconderme, que toca el deporte del colectivo LGTBI. Tiene tres capítulos: uno de olimpismo, otro de deporte base, y otro de fútbol. En el olimpismo y en el deporte base tuvimos que quitar invitados porque no nos cabían; en el de fútbol, en la categoría masculina fue un horror, nadie quería hablar, ni entrenadores ni jugadores ni personas del entorno del mundo futbolístico. Las futbolistas se quitan de en medio la presión. En el mundial, Irene Paredes fue con su mujer y con su hijo y es liberador porque se dedican a lo que tienen que hacer y se olvidan de estar viviendo una doble vida.

    Pero ellos no, si acaso lo han hechoa posteriori, nunca en activo. Y los que lo han hecho en activo, como el inglés Justin Fashanu, en 1990, pues luego al final terminó suicidándose por todas las presiones y lo mal que se lo hicieron pasar. Entiendo que para ellos es complicado. reo que el sexismo hacia los hombres se da más en el patinaje artístico, el ballet, la gimnasia artística o la natación sincronizada, que por cierto ya se ha autorizado en la categoría masculina para los próximos juegos olímpicos. Almudena Cid y yo somos muy peleonas con la historia de que en la gimnasia rítmica pueden participar los hombres. Hay cada vez más niños que quieren hacer gimnasia rítmica. La semana pasada estuvimos en el Euskalgym y salieron cuatro chicos, que están integrados dentro de los conjuntos, y no pasa nada. Queremos que haya igualdad también para esos deportes que tradicionalmente han sido de mujeres.

    ¿Qué desea en esta nueva etapa de la vida que estrena?

    Ahora tengo la oportunidad de decir que no a muchas cosas. Mi mundo es el del deporte, el del feminismo, el del colectivo LGTBI, el de los Juegos Olímpicos. Participaré en mesas redondas con estas temáticas.

    Sentarme a escribir tampoco me compensa, ya he escrito una biografía y dos libros técnicos: El papel de las mujeres en el deporte (2019) y Más que olímpicas (2021).Y hasta una novela en 1982: Nunca tendrás los ojos de la serpiente.

    Carmen Briz (@MamenBriz) es periodista y forma parte del equipo de la Secretaría Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO.

    Revista Trabajadora, n. 80 (noviembre de 2023).