Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 29 abril 2024.

INVESTIGACIONES

"El feminismo en las políticas de las centrales sindicales en España", de Mayka Muñoz, Eva Antón y Diana García

    Edita: Instituto de las Mujeres Subdirección General de Estudios y Cooperación Secretaría de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género Ministerio de Igualdad. Autoras. Primer y segundo bloque: Mayka Muñoz Ruiz, de la Fundación 1º de Mayo; Tercer bloque: Eva Antón Fernández y Diana García Bujarrabal, de la Secretaría Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO. Índice. Primer bloque: La división sexual del trabajo y los sindicatos: del siglo XIX a la Guerra Civil. Segundo bloque: De la participación en el nuevo movimiento obrero a la lucha contra las discriminaciones directas: 1962-1993. Tercer bloque: Tres décadas de feminismo institucional, feminismo sindical y movimiento feminista: influencias y confluencias (1993-2023).

    05/01/2024.
    "El feminismo en las políticas de las centrales sindicales en España, de Mayka Muñoz, Eva Antón y Diana García.

    "El feminismo en las políticas de las centrales sindicales en España, de Mayka Muñoz, Eva Antón y Diana García.

    EN EL AÑO 2023 se asiste a un escenario en el que se están negociando miles de planes de igualdad en las empresas, se está luchando contra la brecha salarial y las discriminaciones indirectas, no se acepta el acoso sexual en el trabajo, las mujeres casadas y con hijos se mantienen en su empleo asalariado. Recientemente se ha firmado el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) entre las organizaciones empresariales y sindicales, que incluye un capítulo sobre la igualdad entre hombres y mujeres en el empleo, aunque ya desde el año 2002 se viene trabajando en esta línea. La asunción de este principio ya es significativa, pero además se implementan una serie de herramientas en la negociación colectiva:

    Para conseguir este objetivo, es preciso seguir avanzando en medidas que contribuyan a eliminar las desigualdades que se producen en el ámbito de las empresas, así como profundizar en medidas de conciliación corresponsable de la vida personal, laboral y familiar, que se deben compatibilizar con las necesidades organizativas y productivas de las empresas. La negociación colectiva es el ámbito adecuado para avanzar en las medidas legalmente establecidas y adaptarlas a las realidades de las empresas y centros de trabajo y a las de las personas trabajadoras

    Todo esto puede parecer normal a las personas que viven en la actualidad, pero no lo era hace menos de 50 años, y no fue hasta el año 1975 que se anuló la exigencia de que las trabajadoras casadas estuvieran autorizadas por sus esposos para ejercer ese trabajo.

    Los derechos que se han ganado en este periodo son importantes, pero aún no se ha conseguido la igualdad real y siempre puede haber retrocesos, tal y como se ha visto históricamente. Los derechos de las mujeres son derechos ganados y su mantenimiento y ampliación implica que se siga manteniendo la tensión. Ahora bien, ¿cómo se ha llegado a este momento? Esta es la pregunta que se ha tratado de responder con esta investigación. En las páginas siguientes se ha analizado el trayecto que se inicia con la ausencia de derechos democráticos durante el franquismo hasta el momento actual, donde por lo menos en el ámbito legal, se puede decir que se ha alcanzado la igualdad. Dentro de este largo proceso ha sido fundamental el papel ejercido por las centrales sindicales, cuyo protagonismo se recoge ya en la Constitución de 1978, y en especial sus áreas de la mujer. En este sentido, se ha analizado el feminismo como parte integrante de la ideología de muchas de las mujeres de las centrales sindicales y cómo éste ha avanzado desde los márgenes hasta el centro del debate y la práctica de la acción sindical.

    En el contexto actual de conflicto de relatos en torno a aspectos que tienen que ver con la consecución de la igualdad entre varones y mujeres, consideramos que es fundamental contar con herramientas conceptuales claras y definidas para defender las políticas de igualdad, especialmente en el ámbito laboral puesto que en momentos de crisis tradicionalmente se ha puesto en cuestión el trabajo extradoméstico de las mujeres.

    Este estudio ha analizado el papel del feminismo en las políticas de las centrales sindicales mayoritarias en España, CCOO y UGT. Se ha partido de los inicios del sindicalismo femenino durante el primer tercio del siglo XX, articulado fundamentalmente en torno a la UGT. Es relevante remontarnos al siglo XIX porque es cuando se ponen las bases de la división sexual del trabajo, que aún hoy tiene gran influencia en el mercado laboral. Por otro lado, se pretende destacar los inicios de la actividad sindical femenina y su desarrollo en el primer tercio del siglo XX, para destacar las líneas de continuidad con el sindicalismo de los años setenta y cómo el franquismo significó una ruptura y una época nefasta para la igualdad en todos los sentidos. A las mujeres nacidas en esta época se les hurtó el conocimiento de la genealogía feminista que las precedió, y en muchos casos tuvieron que iniciar un camino que ya había sido abierto por otras mujeres, pero fue cerrado a cal y canto durante la dictadura franquista.

    No obstante, durante este largo periodo se creó y desarrolló un movimiento obrero que se articuló en torno a las Comisiones Obreras (CCOO), del que las trabajadoras también formaron parte. Tenemos que tener en cuenta que durante la dictadura franquista los derechos de las mujeres estuvieron muy mermados (así como los de toda la población, pero las mujeres tuvieron una represión específica). En el ámbito civil estaban supeditadas a la autoridad marital, y en el laboral también, además de sufrir una legislación específica que las expulsaba del empleo cuando se casaban, les impedía acceder a muchas profesiones y cargos de responsabilidad y les pagaban menos que a los varones.

    El final del franquismo y el inicio a la transición democrática arrastró obviamente muchos comportamientos aprendidos en los años de la dictadura respecto al papel de las mujeres en el espacio público y también, en el espacio laboral. Además, en esos años se inicia una crisis económica que debilita la posición de las trabajadoras, pues en épocas de contracción del mercado laboral, históricamente se echa mano de la flexibilización de la mano de obra femenina y se da prioridad al trabajo del varón sustentador del hogar familiar, debido a la ideología patriarcal dominante.

    Este es el contexto en el que las mujeres de los sindicatos tuvieron que empezar a organizarse y luchar por los derechos de las trabajadoras, en cuestiones como las siguientes: la exigencia de salario igual para trabajo igual, una formación profesional no segregada, creación de guarderías, planificación familiar, jubilación a la misma edad que los hombres, regulación de las categorías laborales, supresión de los “trabajos femeninos”, penalización a las empresas que no permitieran la promoción de las mujeres a categorías superiores, etcétera.

    Conforme se avanza en el tiempo y los derechos básicos se van consiguiendo, la lucha laboral feminista va abarcando más cuestiones como la elaboración de plataformas reivindicativas, la denuncia de discriminaciones y el desarrollo de planes de igualdad.

    Mientras que en CCOO desde el principio se organiza una estructura específica para articular las demandas de las trabajadoras, integrándose la Secretaría de la Mujer en la organización confederal desde el primer Congreso celebrado en 1978; en UGT no se desarrolla el Departamento Confederal de la Mujer Trabajadora hasta 1984. Asimismo, desde el 1º Congreso Confederal, en CCOO se asume el reconocimiento de la discriminación de las mujeres en la sociedad y en el trabajo, así como el compromiso de trabajar a favor de la igualdad entre hombres y mujeres. La integración de la igualdad de género en los Congresos confederales va avanzando hasta la celebración de la 1ª Conferencia Confederal “CCOO, un espacio sindical para hombres y mujeres”, celebrada en Madrid, en junio de 1993, que concluyó con compromiso para la adopción de estrategias para alcanzar la plena igualdad entre hombres y mujeres, en el sindicato y en la sociedad.

    Ahora bien, las sindicalistas también formaron parte del movimiento feminista que se desarrolla en el tardofranquismo y la transición, y que logró grandes avances en materia de derechos políticos y civiles para las mujeres, como el divorcio o el aborto.

    Paralelamente, desde los gobiernos socialistas, se va definiendo un proyecto político que vaya eliminando la discriminación de las mujeres. De tal manera que en 1983 se crearía el Instituto de la Mujer. Seguidamente se desarrollaría el primer Plan de Oportunidades PIOM (1988-90) que sentará las bases para analizar la discriminación y sus consecuencias. En este proceso fue determinante la política europea en el ámbito de la igualdad de género, especialmente en el ámbito legislativo. De tal manera que, por ejemplo, la ley 42/1994 de 30 de diciembre aplicó a la regulación española la directiva europea 92/85/EEC sobre la protección a las trabajadoras embarazadas y el derecho a la lactancia. En 1999 se aprobaba la Ley para la conciliación entre la vida familiar y la laboral, que trasponía en parte la directiva europea 96/34/CE sobre permisos parentales.

    No obstante, el gran avance en igualdad se dará a partir del año 2000. En 2004, dentro del Ministerio de Empleo y Asuntos Sociales se crea una Secretaría General de Políticas de Igualdad, y en 2008 por primera vez hay un Ministerio de Igualdad en España. En 2004 se aprueba la Ley Orgánica de medidas de protección integral contra la violencia de género y en 2007 la Ley para la Promoción efectiva de la igualdad entre mujeres y hombres (Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo), conocida como Ley de Igualdad.

    La crisis económica que sacude Europa a partir de 2008 y que deja sus rastros más evidentes en España a partir de 2010 es un momento de ‘coyuntura crítica’ para las políticas de igualdad en España, con claros retrocesos durante los gobiernos encabezados por el PP. Finalmente, en los últimos años se ha producido una reactivación legislativa en temas de género. Podemos destacar dos reales decretos (901 y 902), de 13 de octubre de 2020, el de igualdad retributiva entre mujeres y hombres y el que regula los planes de igualdad y modifica el Real Decreto 713/2010, de 28 de mayo, sobre registro y depósito de convenios y acuerdos colectivos de trabajo.

    Para obtener todos estos logros se ha ido desarrollando un trabajo con distintos actores, destacando entre ellos tanto las centrales sindicales como el movimiento feminista, que canalizaban las demandas de la ciudanía. En todo este largo proceso se han producido avances, paralizaciones, luchas, negociaciones y retroalimentaciones entre las políticas públicas y las políticas sindicales.

    Con esta investigación se han alcanzado unos objetivos principales:

    • La realización de un análisis del papel de las reivindicaciones de las sindicalistas sobre temas referentes a las especificidades del trabajo de las mujeres.

    • La visibilización de la relaciones de las sindicalistas con el movimiento feminista, y con el feminismo institucional a partir de los años 80, lo que ha posibilitado que las reivindicaciones de las mujeres transcendieran ámbitos restringidos y se trasladaran al conjunto de la sociedad.

    • El análisis del papel que las Secretarías y comisiones de la Mujer de las centrales sindicales, han realizado en su lucha por mejorar los derechos laborales y civiles de las trabajadoras.

    • La puesta en valor de una genealogía colectiva feminista que reivindica el trabajo sindical de las feministas sindicalistas.

    Esta investigación se ha desarrollado desde diferentes enfoques y disciplinas académicas por lo que las metodologías empleadas no son iguales. Ahora bien, esta diversidad está puesta a favor de la propia investigación, puesto que los dos primeros bloques, que se refieren a acontecimientos más alejados en el pasado, han sido elaborados desde una perspectiva historiográfica, mientras que el último bloque, que trata de la época más actual, cuenta con un enfoque más sociológico. En relación con la metodología se encuentra también la elección de fuentes documentales. En los dos primeros bloques se han utilizado en mayor medida monografías, artículos de investigación y documentos de archivo. Mientras que en el último bloque abundan los informes y las fuentes hemerográficas.

    De esta manera se ha podido abordar un estudio que prácticamente abarca dos siglos de reivindicaciones feministas en el ámbito laboral, con muchos temas que se entretejen y que aluden tanto al espacio privado, como al público, que nos ofrece un panorama de conjunto de la implementación de las reivindicaciones feministas en las políticas de las centrales sindicales en España.