Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 30 abril 2024.

Análisis de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales

“Reclamamos al Gobierno que dé prioridad a la mesa de diálogo social y coloque en el centro las políticas de prevención”

    17/04/2024.
    Carmen Mancheño y Mariano Sanz

    Carmen Mancheño y Mariano Sanz

    Mariano Sanz, secretario confederal de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental de CCOO, y Carmen Mancheño, médica especialista en medicina del trabajo y adjunta de la secretaría, han presentado en rueda de prensa un análisis de las estadísticas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en España en 2023.

    Accidentes de trabajo

    En 2023 se han producido un total de 1.194.907 accidentes de trabajo, de ellos 590.293 con baja (4.706 de ellos graves y 721 mortales) Esto supone un descenso con respecto a 2022 y más considerando que en el último año se han incorporado 730.000 personas al mundo laboral. No obstante, este descenso, como ha advertido Mariano Sanz, debe matizarse porque en 2022 los casos de COVID aún computaban en los sectores sociosanitarios como accidente de trabajo, y estos sectores han visto reducido el número en un 39,4%. Es preocupante, por ejemplo, el incremento de accidentes de trabajo en sectores como el comercio; suministro de agua, saneamiento y gestión de residuos; hostelería e industria manufacturera.

    Un dato significativo, asimismo, es que la población trabajadora masculina es la que tiene mayor incidencia en cuanto a accidentes de trabajo en jornada, alcanzando el 71%; cifra que se dispara hasta el 94% en cuanto a accidentes mortales en jornada. Solo se invierte la cifra en aquellos sectores mayoritariamente femeninos (actividades sanitarias, educación, cuidados).

    Por el contrario, en lo que se refiere a los accidentes in itinere, el 54% los sufren las mujeres. Este fenómeno, en aumento desde 2009, Mariano Sanz lo ha achacado “a la especial incidencia de la contratación a tiempo parcial entre las mujeres y a que son todavía las mujeres trabajadoras las que asumen mayoritariamente las tareas domésticas y de cuidado familiar, aumentando el número de desplazamientos”.

    “La mejor noticia, ha destacado el responsable de Salud Laboral, es la significativa reducción de accidentes mortales respecto de años anteriores”. En estos accidentes el perfil masculino está muy marcado, tanto en los accidentes en el trabajo como in itinere, algo que también tiene que ver con los sectores mayoritariamente masculinos o femeninos.

    Un factor importante a la hora de materializarse el riesgo de sufrir un accidente es el de la ocupación, “el factor más asociado a la clase social”, como ha señalado Sanz. Las ocupaciones que corresponden a estratos sociales más bajos, con trabajos manuales y menor remuneración son las que tienen un índice de incidencia superior a la media, de manera que el sector de peones de agricultura, pesca, construcción, industrias manufactureras y transportes multiplica por 41 el del más bajo, que corresponde a técnicos y profesionales científicos e intelectuales.

    La precariedad y la nacionalidad también son factores de desigualdad.

    Enfermedades profesionales

    En cuanto a las enfermedades profesionales, la gran asignatura pendiente de la salud laboral, “seguimos manteniendo la misma regulación desde hace años y son necesarios cambios en la definición de enfermedad profesional”. El cuadro de enfermedades profesionales necesita una actualización urgente, de acuerdo con la evidencia científica disponible.

    Existe en España un subregistro de las enfermedades de origen laboral, especialmente en lo que se refiere al cáncer, algo en lo que CCOO lleva insistiendo desde hace años. El sindicato ha propuesto una serie de medidas, desde la ampliación del cuadro de enfermedades profesionales incorporando los agentes cancerígenos con probadas evidencias científicas, la declaración de sospecha en los servicios públicos de salud, a, especialmente, la creación de un registro de personas trabajadoras expuestas a agentes cancerígenos.

    Carmen Mancheño ha señalado asimismo la importancia de incorporar las patologías relacionadas con los riesgos psicosociales, los daños referidos a la salud mental y cardiovascular. “La enfermedad mental no se considera una contingencia profesional, en contradicción con los estudios científicos que establecen una correlación cierta”, ha insistido.

    La legislación en materia de riesgos psicosociales debería tener en cuenta el proceso de transición digital del mundo del trabajo. “La gestión algorítmica de la organización del trabajo y otros elementos relacionados con la digitalización, ha advertido Carmen Mancheño, impactan sobre trabajadores y trabajadoras en forma de intensificación de las tareas, altas exigencias y bajo control del trabajo, factores de riesgo psicosocial y relacionados directamente con la salud mental”.

    Mancheño también ha puesto de manifiesto el sesgo de género que existe en la declaración de enfermedades profesionales. “No se reconocen enfermedades profesionales específicas de las mujeres”, ha advertido. “El RD 1299/2006 que regula el cuadro de enfermedades profesionales, debería modificarse incorporando patologías propias y ocupaciones feminizadas”.

    Sílice cristalina

    Un anexo especial del estudio está dedicado al elevado incremento de la silicosis en los últimos años, producida por la exposición al polvo de la sílice cristalina. Esta enfermedad, conocida desde hace tiempo, ha estado tradicionalmente asociada a la minería, pero actualmente afecta a muchas otras actividades productivas y con un periodo de latencia sensiblemente menor. Afecta a trabajadores más jóvenes y que presentan formas más aceleradas y graves de la enfermedad.

    Cambio climático

    El cambio climático es otro factor a tener en cuenta en el desarrollo de las políticas de prevención de riesgos laborales. Los accidentes de trabajo se incrementan en los días posteriores a las olas de calor.

    Pero además, Mariano Sanz ha advertido que el cambio climático no solo afecta a las temperaturas, sino también a la calidad del aire, a la escasez de agua, o a los vectores (enfermedades transmitidas por insectos).

    Evaluar los riesgos y eliminarlos en el origen

    Mariano Sanz ha insistido en la necesidad de que exista una evaluación de riesgos en la empresa, que aunque es una obligación empresarial desde la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, no se cumple en muchas de ellas.

    “Para CCOO, ha afirmado el secretario de Salud Laboral, la prevención debe ser una prioridad de las empresas y de las administraciones públicas” y hay que avanzar en la legislación para proteger a los trabajadores y trabajadoras con medidas preventivas, “poniendo la salud en el centro de todas las políticas”.

    “Hay que aumentar la internalización e integración de la prevención de riesgos en las empresas, ha señalado, revirtiendo la figura del Servicio de Prevención Ajeno, que se ha convertido en la más extendida de organización de la prevención de las empresas”.

    El documento detalla en su parte final una serie de propuestas sindicales para mejorar la situación de los accidentes laborales y sobre todo de la prevención de los riesgos laborales.

    Mariano Sanz ha terminado su intervención subrayando, por un lado la necesidad de que las empresas tengan en cuenta que “la prevención de riesgos laborales está ligada a la actividad profesional, no es un gasto extra”, y que “hay que avanzar en la legislación para proteger a los trabajadores con medidas preventivas”, reclamando al Gobierno que “impulse la mesa de diálogo social, colocando en el centro las políticas de prevención”.

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