Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 26 abril 2024.

REVISTA TRABAJADORA, N. 67 (JUNIO DE 2019)

INFORME/ La potencia de la comunicación del movimiento feminista en el Estado español y su incidencia política, de María Palomares

    Y EL 8 DE MARZO de 2018, el movimiento feminista toma las calles de pueblos y ciudades del Estado español convirtiéndose en referente mundial. María Palomares Arenas escribe sobre las conclusiones del informe La comunicación del movimiento feminista en el Estado español: cuáles fueron los discursos, las narrativas, cómo y por qué se agruparon miles de mujeres en torno a ellos, cómo se trabajó desde las redes sociales, qué influencia tiene lo testimonial, los nuevos lenguajes, etc, etc. Un informe de María Palomares Arenas.

    29/08/2019.
    Parte de una fotografía de Samuel Sánchez para "El País" y portada del informe "La comunicación del movimiento feminista en el Estado español".

    Parte de una fotografía de Samuel Sánchez para "El País" y portada del informe "La comunicación del movimiento feminista en el Estado español".

    ¿CÓMO HA PASADO? ¿Cómo se ha conseguido que el 8 de Marzo sea un día de reivindicación masivo para las mujeres del Estado español? ¿Tiene la estrategia comunicativa del movimiento feminista algo que ver con esto? Éstas eran las preguntas que queríamos responder cuando desde Calala Fondo Mujeres decidimos encargar, juntamente con Open Society Foundations, el estudio La comunicación del movimiento feminista en el Estado español a la consultora Ideograma.

    Con esta investigación se quería contar con una mirada externa, sin influencias apriorísticas que pudieran venir de la participación en el movimiento, que explicara qué contexto comunicativo y qué mensajes son los que han convencido a tantas mujeres a participar de las convocatorias de huelga feminista los 8 de Marzo de 2018 y 2019.

    Por eso se encargó la realización del estudio a Ideograma, una empresa de consultoría y asesoramiento en comunicación política. La coordinación del estudio ha corrido a cargo de Alba Hahn Utrero y Jaume Ríos, también han colaborado en su redacción María de la Fuente y Mariluz Congosto, que es además la autora de los gráficos que ilustran el estudio. Además, para su elaboración se hicieron dos focus groups en Madrid y Barcelona, a los que se invitaron a periodistas feministas y activistas del movimiento.

    Una idea clave que resume muy bien el estudio, aportada por Antoni Gómez Rubí, director de Ideograma, en la presentación de Barcelona, es la imagen de un paraguas deconstruido. Por una parte las varillas, por otra parte la lona. “¿Qué es un paraguas?”, preguntó en la presentación. Sin las varillas, no tienes la estructura que hace que el mecanismo funcione y pueda ponerse en marcha. Pero sin la lona no tienes con qué cubrirte y el paraguas no cumple su función. Esta metáfora la usó para ilustrar el papel del movimiento feminista en el desborde que se vivió en los últimos años. Sin movimiento feminista no tienes las grandes movilizaciones que se han dado los dos últimos 8 de Marzo, pero la lona son todas esas personas que se han sentido apeladas por sus mensajes y han salido a la calle a decir que todo tiene que cambiar.

    Lejos de quitar importancia al movimiento feminista, esta metáfora explica cuán hondo ha calado éste en la sociedad española, consiguiendo transformar mentalidades, valores y las formas de entender la sociedad. Y la potencialidad que tiene de transformación, potencialidad que no debe desaprovechar.

    El feminismo ya no está mal visto

    EL ESTUDIO comienza afirmando que se vive un cambio en la norma social respecto al feminismo, que ha perdido su mala imagen y ahora es una etiqueta ideológica con la que autodenominarse. La encuesta realizada por 40db para la revista Contexto sobre la percepción social sobre el feminismo descubrió que el 52% de la ciudadanía se identifica como feminista. Y el 82% considera que existen diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a derechos sociales, políticos y económicos.

    En los últimos años han ocurrido una serie de casos y movilizaciones que han apelado a la opinión pública. Las movilizaciones en contra del intento de reforma de la ley del aborto en 2014; los antecedentes de la vaga de totes en Catalunya; el caso de Juana Rivas; la manifestación unitaria en contra de la violencia machista del 7 de noviembre de 2017; el caso de la manada. A nivel internacional, se está viviendo una cuarta ola feminista, espoleada por la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y la Women’s March que se convocó el día de su toma de posesión; la adhesión de mujeres jóvenes y famosas al movimiento, como la actriz Emma Watson; y por supuesto, el movimiento #metoo.

    Entrando ya en aspectos comunicativos, la influencia internacional y la implicación de las periodistas y los medios de comunicación millennials con los valores feministas, ayuda a difundir los mensajes y a tratar abiertamente cuestiones de género. El #metoo, el movimiento por el derecho al aborto en Argentina y las reacciones ante el caso de la manada, sobre todo con el intercambio que generó el hashtag #cuéntalo, ayudaron a la politización de las mujeres a través de sus experiencias personales, que se convierten en colectivas y políticas al ser compartidas.

    Como demuestra el hashtag #cuéntalo, el uso de las redes sociales es clave para la participación y la politización. Donde también suma la eclosión del feminismo “pop”, marcado por el humor y las referencias culturales. Pero sobre todo ayuda a la difusión, la creación de una convocatoria paraguas, con demandas claras y acordadas y fácilmente asumibles por la sociedad, sin perder su radicalidad, en las que tienen protagonismo las narrativas sobre el cuerpo y las narrativas económicas.

    Existen además, unos actores clave que, aliados con el movimiento feminista, ayudan a amplificar la convocatoria de huelga general y aumentar su impacto en medios. Por un lado, los sindicatos, llamando a la huelga y consiguiendo que más de seis millones de trabajadoras la secundaran. Por otro lado, el grupo de Telegram Las periodistas paramos, que agrupa a profesionales de los medios con una gran diversidad ideológica, que secundan la huelga general, la visibilizan en los días anteriores al 8 de Marzo, y consiguen paralizar programas, emisiones y rotativas, transmitiendo los principios de la huelga general feminista a la sociedad a través de los medios de comunicación tradicionales.

    La conversación en redes sociales alrededor del 8 de Marzo de 2018

    EL ESTUDIO tiene un bloque dedicado a analizar las conversaciones, en analizar las redes sociales, en concreto Twitter, una red con una alta participación en el Estado español, donde se comparten principalmente mensajes de tipo político, y que es muy útil para entender por dónde van los debates en la sociedad española. En el caso del movimiento feminista, Twitter se convierte en una herramienta para la transmisión del mensaje independiente feminista, ya que no tiene elementos de control ni censura dominados por la mirada masculina, como sí ocurre en los medios tradicionales.

    El estudio ha analizado más de 2 millones de tweets, de los cuales más del 85% son retransmisiones (retweets), lo que permite evaluar las relaciones entre los grupos de usuarios. Este análisis ofrece una primera gráfica, elaborada por Mariluz Congosto, sobre los diferentes grupos que emiten mensajes relacionados con el 8M y cómo se vinculan entre ellos. (Ver imagen 1).

    Los grupos de actores identificados son: el movimiento feminista (en color lila); partidos políticos de izquierda como PSOE y Podemos; pero también partidos de derecha, (Ciudadanos, PP y VOX), muchos de los tweets se declaraban en contra de la convocatoria; perfiles vinculados a partidos independentistas y otros perfiles que suelen tuitear sobre Cataluña; medios y periodistas; tuiteros reconocidos y, la primera sorpresa del estudio, la comunidad seguidora de Operación Triunfo. También hay grupos muy relevantes que tuitean desde Argentina y otros países latinoamericanos y desde Italia.

    El gráfico sitúa a los diferentes grupos según la interrelación entre ellos, es decir, cuánto más juntos están en el gráfico, más interactúan. La distribución de los grupos da a entender que la movilización fue global y que todos los grupos estuvieron conectados entre sí, ya que todos aparecen muy juntos en el gráfico, aunque la barrera del idioma se hizo notar en Italia, donde las conexiones con el resto de actores fueron menos densas.

    Los datos sobre los diferentes tweets de la jornada muestran que los mensajes que tuvieron mayor difusión (13,5% de los mensajes analizados provenían de estas fuentes) fueron los lanzados desde la comunidad de Operación Triunfo, en concreto, el tweet más retuiteado fue el de Aitana, una concursante de OT, que decía “Hoy, ayer y mañana. No somos inferiores a ninguno de ellos. Porque ojalá ‘desigual’ solo fuera una marca. Por la igualdad #8deMarzo”. Otra comunidad, muy activa siempre en Twitter, que ayudó a difundir y dar seguimiento a la jornada fue la comunidad de Podemos (9,50%). Otra comunidad que ha surgido sorpresivamente como muy seguidora de los mensajes feministas es la que se articula alrededor de la literatura fantástica (7,31%). Hay que entender la relevancia de estos actores y darle su lugar en el debate político, sobre todo al ver que el movimiento feminista solo movilizó el 3,98% de los mensajes en Twitter de la jornada. Hasta los partidos de derecha fueron más activos (con una participación del 6,38%).

    El segundo gráfico que se presenta, también realizado por Mariluz Congosto, muestra como los diferentes grupos identificados se alinean en torno a la política o salen de su ámbito de influencia. El gráfico muestra dos comunidades que actúan de manera autónoma y que interactúan muy poco entre ellas. Dentro del sector politizado están los grupos de los medios de comunicación, los simpatizantes con los partidos políticos, y el movimiento feminista. Es la parte organizada, con líderes claros, consignas y campañas. Fuera de la política, se agrupan perfiles feministas sin filiación política, fans de perfiles populares del mundo de la canción o de concursantes de espacios de televisión y seguidores de literatura y series fantásticas (ver imagen 2).

    Existe un tercer gráfico que se dibuja sobre el anterior, esta vez intentando identificar el género y la edad de los perfiles que interactúan en una y otra comunidad. La conclusión a la que llega es que el grupo más alejado de la política es principalmente joven y femenino, mientras que los perfiles que actúan en los grupos más politizados están más mezclados y cuentan con mayor participación masculina, sobre todo los perfiles de partidos de derecha que se declaran abiertamente en contra de la convocatoria del 8 de Marzo.

    Este primer bloque del estudio, deja una serie de hallazgos con una gran potencialidad para el movimiento feminista, sobre todo a la hora de hacer difundir sus mensajes, y conseguir apoyo para hacer crecer los mensajes más radicales y alejados del feminismo liberal. El movimiento feminista tiene que saber dónde están sus aliadas y dónde están las futuras generaciones, ésas que han venido a las manifestaciones en masa. Y por qué no, como se dijo en uno de los focus group del estudio, si Ylenia (personaje televisivo) es feminista, bienvenida al movimiento.

    Un cambio en el marco discursivo del feminismo

    EL SEGUNDO bloque del estudio se centra en el cambio que se ha producido en los mensajes feministas, un cambio tanto sobre lo qué se habla, sobre quién lo emite, y cómo lo hace. Esta parte del estudio es la elaborada por María de la Fuente.

    De la Fuente afirma que ha habido un cambio en el marco discursivo de los mensajes que se emiten desde y alrededor del movimiento feminista. Se ha pasado de la igualdad al poder. A la tradicional visión centrada en la justicia (distributiva, de reconocimiento), se unen mensajes que hablan de quién tiene el poder y para qué. Así, se señalan las limitaciones de las opciones vitales de las mujeres y se cuestionan las reglas del juego. Esto coincide con una crisis de legitimidad del sistema, crisis política, económica y de medios de comunicación, ante la cual, el movimiento feminista se presenta como uno de las opciones de cambio sistémico más potentes.

    Y además, la violencia machista se erige como la principal denuncia por parte del movimiento feminista. El caso máximo que ejemplifica la existencia de un poder desigual, y se contrapone a la libertad, no a la igualdad. La violencia machista ha sido el eje principal de las movilizaciones del movimiento feminista desde 2017, con la manifestación del 7 de noviembre en Madrid, que ha tomado fuerza con el caso de la Manada. Desde entonces, se explica la violencia de una nueva manera, haciendo un arduo trabajo con medios de comunicación e instituciones para que entiendan que no se trata de casos aislados, sino que hay un sistema que tolera y permite la violencia, que no son solo los feminicidios. Esto no aparece en el estudio, pero se puede afirmar que no es casual que VOX y la nueva derecha se hayan dedicado a cuestionar la ley de violencia de género y estén tratando de combatir el concepto, volviendo a hablar de violencia intrafamiliar o de pareja, cuando el concepto de violencia machista ya estaba instalado hasta en los medios de comunicación.

    Pero los relatos sobre el poder no hablan solo del poder masculino que se impone, sino del poder que tienen las mujeres cuando se unen. La convocatoria de la huelga afirma que “Si nosotras paramos, se para el mundo”. Y se generan espacios de empoderamiento tanto en los momentos de la manifestación como en los espacios de organización feminista. Al darse poder unas a las otras, al reconocerse. Y junto con el empoderamiento, la voz. El reclamo de una voz propia para las mujeres y el movimiento. Y la denuncia de los espacios donde la voz de las mujeres no está presente, con iniciativas como On són les dones, que denuncia la falta de participación de las mujeres en los espacios de opinión de los medios de comunicación.

    De la Fuente apunta el cambio en quién emite los discursos, en el movimiento feminista. Hay autoras que afirman que se está viviendo una cuarta ola del feminismo, que va más allá de la llegada de nuevas generaciones al movimiento. De la Fuente lo llama un feminismo queer, que amplía los límites de los discursos para incluir como concepto el heteropatriarcado. Frente a la tradicional identidad binaria de género, se reivindican la existencia de identidades y orientaciones diversas y fluidas. Y reivindicando la participación de las personas trans dentro del movimiento.

    Es también el momento de los feminismos interseccionales y decoloniales, como se ha podido vivir en la convocatoria de huelga de 2019. Los discursos de las mujeres negras, musulmanas, gitanas y migrantes van tomando poco a poco posiciones, no sin conflictos, tensiones y experiencias dolorosas en el interno del movimiento. Desde el feminismo se intenta dar explicación al sistema socioeconómico de opresión global, aunque se reconoce que el feminismo blanco tampoco se escapa de la visión colonial del mundo. La agenda del movimiento feminista se amplía y se incluye la lucha antirracista.

    En el cómo se comunica, destaca el estudio el uso del humor, la ironía y el sarcasmo. Las miles de pancartas espontáneas que se pasearon por las manifestaciones del 8 de Marzo son clara prueba de ello. Mensajes como Disculpen las molestias, nos están asesinando, son ya lemas clásicos. En redes sociales, el uso de memes y vídeos humorísticos demuestran la capacidad creativa vinculada al feminismo. El uso del humor empodera a las protagonistas del movimiento, ya que las coloca en una situación diferente a la de víctima.

    También empodera el uso del testimonio personal para compartir las experiencias de discriminación y violencia que viven las mujeres en el sistema heteropatriarcal. Se rompe de esta manera el abismo existente entre las teorías y los análisis sociales y la experiencia personal. No se trata de teoría de género, sino de cuerpos encarnados viviendo el día a día, de experiencia vital. Los testimonios personales se consideran una fuente legítima de información, se les da valor y credibilidad, y así se empodera a sus emisoras. Experiencias como el #cuéntalo contribuyeron a visibilizar públicamente la importancia del feminismo. Y de nuevo, el compartir las experiencias personales y ver que no es un problema individual sino la violencia sistémica ayuda a deconstruir el rol de víctima, y de nuevo a empoderar a las mujeres que la sufren.

    Como se comprueba en el primer bloque del estudio, la cultura popular está cada vez más impregnada de valores feministas, y a su vez, es utilizada para explicar qué es el feminismo. Así, se alude a personajes de ficción claramente feministas como referentes, o se releen obras con las gafas violetas. Hay una importante comunidad seguidora de literatura fantástica que está claramente del lado del feminismo, uno de sus lemas más conocidos y que resume perfectamente esa mirada violeta es: “Sin Hermione, Harry hubiera muerto en el primer libro”.

    Y por último, De la Fuente destaca como una de las formas más rupturistas de comunicar y de plantarse ante la sociedad ha sido la convocatoria de la huelga. Una huelga laboral, de cuidados, de estudio y de consumo. El movimiento feminista se apropia de una forma de lucha tradicionalmente masculina y la plantea con nuevos mecanismos que faciliten la participación de todas, entendiendo también la realidad de aquellas mujeres que no pueden hacer huelga y solidarizándose con ellas. La huelga ayuda a visibilizar todos los ámbitos de la sociedad donde el trabajo de las mujeres está presente, y dónde muchas veces no se ha reconocido.

    ¿Y ahora qué?

    HACE AÑOS que el movimiento viene constatando que el feminismo está de moda, se ha visto en campañas publicitarias y en tiendas de ropa low cost. Hay un debate sobre si esto es perjudicial o no para el feminismo. Y parece claro que hay una batalla discursiva por la apropiación del término. Es tarea del movimiento feminista hacer llegar su definición. El feminismo es sororidad, otro término que comienza a resonar y ser usado ampliamente. El feminismo es relación entre mujeres, es política, el feminismo es un sujeto político que plantea propuestas de cambio para toda la sociedad.

    El estudio encargado por Calala habla de esa transversalidad conseguida por el feminismo, analiza cómo no ha sido solamente el movimiento feminista quien ha convocado a la huelga, y que hay amplias capas de la sociedad española que se siente interpeladas por sus demandas. Otro aprendizaje clave que se puede extraer del estudio es que las nuevas generaciones de feministas, que están convencidas de la necesidad del feminismo y comprometidas en salvaguardar los cambios conseguidos por las mujeres y emprender otros nuevos, se organizan es otros espacios que no son solo los de la militancia. Hay que ir a buscarlas y aprender cómo conectarlas. Lo que sí está claro, es que todas esas jóvenes que llegan al feminismo desde espacios no politizados, se han cruzado en algún momento de sus vidas con una feminista. Han tenido una maestra feminista en la escuela, una prima activista, una abuela visionaria. Alguna mujer les ha dejado la semilla para que germinara.

    El movimiento feminista se encuentra ante la disyuntiva de si el feminismo se diluirá y perderá su significado o si los valores feministas conseguirán finalmente impregnar la cultura popular y así generar sociedades más justas. Se trata de una gran responsabilidad que no debe eludir, y ahora es el momento de ampliar reivindicaciones y elevar el conflicto para conseguir cambios reales. Hay que trabajar con el capital que se tiene, que no es poco, capacidad de impregnar los marcos discursivos públicos y nuevas generaciones sumándose al movimiento.

    El movimiento feminista está en ello. En 2018 se generó una nueva estrategia comunicativa que también ha contribuido a hacer llegar los mensajes más allá de los círculos politizados. Y ya está pensando cómo ampliar la movilización en 2019. También está pensando como materializar en mejoras prácticas para las mujeres la fuerza conseguida. Pero esa es otra historia que no cuenta este estudio. En Calala Fondo de Mujeres nos gustaría poder contribuir a esos procesos de aprendizaje y análisis que ya están abiertos, y que ayudarán al movimiento a seguir creciendo.

    María Palomares Arenas es directora ejecutiva de Calala Fondo Mujeres (@FondoCalala).

    Revista Trabajadora, n. 67 (junio de 2019).