Boletín Prensa Sindical 97
En los sucesivos números de Gaceta Sindical (núms. 420-425), tenemos una buena muestra de algunos de los temas que ha ido provocando la crisis por el coronavirus en nuestra sociedad y economía. Desde sus páginas (electrónicas) Comisiones Obreras ha analizado, apoyado o criticado -si era necesario- las diferentes políticas y decretos del Gobierno; pero, también, ha propuesto la necesidad de adoptar otras muchas medidas. En el número 422, hacía un llamamiento a la unidad frente al coronavirus, dejando claro que lo primero es Salvar vidas, después el empleo. En el número 423, reclamaba una mayor protección social para los trabajadores y trabajadoras afectadas por el coronavirus. Y en el número 425, pedía con urgencia la aprobación de una prestación para las personas que se han quedado sin ingresos, ya sea un ingreso mínimo vital o una prestación de emergencia.
En este nuevo boletín de Prensa Sindical abundan los artículos sobre la defensa de las condiciones de empleo y la seguridad de los diversos colectivos de trabajadores, sobre la necesidad de recuperar la economía y la actividad laboral sin perder empleos, sobre la articulación de prestaciones y ayudas sociales, sobre las consecuencias de la epidemia en los trabajadores sanitarios, etc. También algunos artículos se refieren a otros temas que quedan un poco más en el olvido: Llu!ta Digital, en su número 343 (marzo 2020), señala como CCOO denunciarà els ERTO fraudulents a les empreses auxiliars de la petroquímica; Galicia Sindical Dixital, número 3 (abril 2020), se ocupa de O novo permiso retribuído; y de las residencias, el sector de la dependencia y la ayuda a domicilio, trata el número 792 (abril 2020) del Correo Sanitario.
Está claro que esta pandemia no plantea únicamente preguntas científicas, sino que deja al descubierto muchos debates sociales y políticos, muchas preguntas. ¿Queremos seguir conformando una sociedad en la que gobierne el dinero y los intereses económicos por encima de la vida de las personas? ¿Preferimos ahorrar dinero (para gastarlo en cualquier estupidez) a dotar a nuestro sistema sanitario y educativo público? ¿Nos da igual que los profesionales a los que ahora calificamos de imprescindibles y llamamos “héroes” tengan sueldos, condiciones de trabajo y contratos precarios? ¿De verdad nos importa que haya personas que no tengan lo básico para vivir en nuestra “solidaria” sociedad? ¿Por qué no nos entra en la cabeza que todo es más simple, que las bases de nuestro mundo son –deberían ser- la justicia, la igualdad y la dignidad, y a partir de aquí todo lo demás?
Algunos dicen que de esta crisis sanitaria, social y económica, con su largo confinamiento, saldrá una nueva sociedad y un nuevo ciudadano. No parece que vaya a ser así, cuando muchos niegan todavía la justicia de una renta mínima vital, y muchos de los que están a favor lo único que hacen es dar vueltas y retrasarla. Quizás no valga con salir a aplaudir cada tarde…
