Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 19 abril 2024.

OPINIÓN

De lo macro a lo micro, o viceversa, de Elena Blasco Martín

    EL SIGUIENTE artículo de opinión, de Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras, fue publicado el día 4 de mayo en la revista El Siglo de Europa.

    11/05/2020.
    Elena Blasco.

    Elena Blasco.

    EN ESTOS CASI 50 días de confinamiento, no paro de escuchar, leer, ver y repasar estadísticas, esquemas, interpretaciones de tablas, curvas y números que, de alguna manera, nos insensibilizan con la realidad de la pandemia mundial. Tal vez con el objetivo de superar, en la medida de lo posible, las consecuencias de la crisis sanitaria.

    Este escenario terrible ha provocado, entre muchas otras cosas, una crisis económica y social sin precedentes: se calcula un aumento real del paro EPA (Encuesta de Población Activa), en torno a las 240.000 personas en este primer trimestre del año y se han disparado los niveles de pobreza y vulnerabilidad con un millón de hogares con todos sus miembros activos en paro.

    En apenas mes y medio se han visto aumentadas las tasas de desempleo como nunca en la historia de nuestro país, y para hacer frente a este problema se han diseñado junto con la participación sindical y patronal toda una batería de medidas y acciones encaminadas a reducir las consecuencias laborales a través de fórmulas de flexibilidad interna pactadas con un instrumento clave: los expedientes de regulación temporal de empleo. Éstos facilitan el mantenimiento de la liquidez de las empresas (exonerándolas de las cotizaciones a la Seguridad Social) y al mismo tiempo permiten mantener millones de empleos.

    Estas medidas se acompañan de otras destinadas a proteger al mayor volumen de población trabajadora en el desempleo, o extendiendo la protección y prestaciones a ciertos grupos de personas más vulnerables con medidas económicas y habitacionales, etc.

    Pero, ¿somos conscientes de la realidad? Dejemos de hablar de lo macro, de lo analizable, de lo que se puede medir y cuantificar, y pasemos a lo micro, bajemos a lo más concreto.

    Es en ese escenario donde la actividad sindical y la acción de CC OO participa, trabaja y lucha cada día. A los teléfonos gratuitos 900 y correos disponibles de nuestra organización nos llega una media de unas 400 consultas al día, donde la casuística es tan brutal y al mismo tiempo tan desgarradora, que a muchas de las personas que se encuentran tras las mismas atendiendo, asesorando e incluso consolando, les resulta imposible desligar la atención profesional de la personal, y se termina compartiendo la desesperación, el miedo, la inseguridad y la tristeza que se esconde tras cada testimonio.

    Una labor que está destinada a que cada trabajador y trabajadora, afiliada o no, pueda tener la seguridad de estar atendida e informada ante cualquier duda de carácter laboral, aunque la mayor parte de esas consultas tienen una alta carga de contenido personal. A eso me refiero con “pisar el barro” con tratar lo “micro”. Conocer de primera mano cómo afecta esta crisis a los millones de personas que de una manera u otra sufren la pandemia y al mismo tiempo sienten la impotencia, el desasosiego, la inseguridad y la ansiedad que provoca el no saber qué pasará.

    Volvamos a lo “macro”. Tras la fase más profunda de aislamiento y reducción del riesgo de contagio, todos los informes nos hablan de vuelta a la actividad, de desconfinamiento, de mitigación de efectos y retorno a la “normalidad”.

    Y de nuevo me planteo lo “micro”.

    Es esta fase de recuperación y de activación económica la que debe diseñarse conociendo y analizando esa realidad, no diré yo pequeña, pero sí singular de esta crisis. Un escenario que hace imprescindible tener en cuenta que, si queremos, no ya volver a la normalidad, sino mejorarla, debemos actuar sobre:

    . Un modelo o sistema de protección y prestación social e ingresos mínimos que atienda a los hogares con rentas más bajas, que proporcione seguridad y fiabilidad en el sistema de pensiones públicas y su financiación a largo plazo. Que se acompañe con un planteamiento económico, que garantice unos ingresos mínimos para aquellas personas que, aun siendo solicitantes de empleo, no acceden al mismo y no cuentan con recursos económicos suficientes para hacer frente a su día a día.
    Concluyente, un sistema con doble enfoque: generar y aumentar la protección de las personas más vulnerables y al mismo tiempo, mejorar las prestaciones existentes.

    . Un nuevo sistema de productividad, de industrialización, capaz de hacer frente a los retos de la sostenibilidad del planeta, de la digitalización, de la dependencia energética, etc., al mismo tiempo que de responder ante una crisis sanitaria como el Covid-19, con una producción propia de recursos y bienes sanitarios y farmacéuticos.

    . Y, por supuesto, un nuevo modelo laboral que deje de estar basado en esa dinámica abusiva de contratación temporal, de excesiva parcialidad y de rotación laboral, causante de altos niveles de precariedad, discriminación y desigualdad en sectores, tareas y ocupaciones. Un nuevo modelo laboral que garantice la valoración de las profesiones que esta crisis nos ha revelado como actividades esenciales, y que permita elevar el salario y la estabilidad en el empleo.
    Un escenario laboral fortalecido por el papel vertebrador de la negoción colectiva y que fomente la igualdad, la solidaridad, los derechos y condiciones laborales dignas.

    En definitiva, un proyecto “macro” desde lo “micro”, que escuche, que diseñe, que responda.