Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 26 abril 2024.

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Entrevista: Mamen Martínez: "Las medidas de prevención deben tomarse desde el minuto uno y cumplirse", de Diana García Bujarrabal

    MAMEN MARTÍNEZ Cámara trabaja en un hipermercado de Carrefour en Madrid y es delegada de Prevención en los centros de la cadena en la región. Narra cómo las trabajadoras y trabajadores de los supermercados han vivido con angustia esta pandemia en la que se ha puesto en riesgo su salud y la de sus familias y reclama que se cumplan todas las medidas de seguridad.

    10/06/2020.
    Mamen Martínez.

    Mamen Martínez.

    ¿CÓMO FUERON los primeros momentos de la crisis sanitaria?

    Todo empezó una semana antes del estado de alarma, cuando dijeron que niños y niñas no fueran al colegio. Los centros comerciales se llenaron sin ningún tipo de medida de prevención, no teníamos mascarillas, ni geles, ni guantes, nada. Es más, se lo solicitamos a la empresa y nos dijo que no, que llevar mascarillas no daba buena presencia y que alarmábamos a la gente. El primer día que tuvimos material fue el 14 de marzo, el primero de estado de alarma. Cuando llegué al hipermercado ese día aquello era terrorífico... lleno de personas, sin distancia, ni ningún tipo de seguridad. Volví a pedir que se tomaran medidas y ya ese día empezaron a llegar las mascarillas.

    Imagino que habría cierta angustia y miedo entre la plantilla...

    Estábamos completamente asustados. La gente ha tenido cuadros de ansiedad, muchísimo miedo, mucho, no sabíamos cómo actuar, qué hacer... Veíamos que las tiendas estaban llenas y se oían cosas del virus pero no sabíamos bien de qué manera evitarlo.

    ¿Le consta que se haya producido algún contagio en su centro?

    Sí. Es verdad que una vez se pusieron las medidas preventivas el contagio se redujo muchísimo, pero sí que hemos tenido algún caso.

    ¿Luego cree que se pusieron medidas adecuadas?

    Sí, empezamos a solicitar mamparas en la línea de caja. Que nos surtieran por secciones del hidrogel, de los guantes, las mascarillas... y que se abrieran cajas alternas para que los clientes no te pasaran cerca por detrás.

    ¿Qué asuntos cree que siguen pendientes en relación a la seguridad?

    Las medidas preventivas están todas solicitadas. Otra cosa es el incumplimiento que hace la empresa. El control de aforo no es el adecuado, nunca se ha respetado que vaya una persona por familia, entran en parejas, incluso tres o cuatro personas. El control de acceso solo se activa cuando ya ven que la tienda está bastante llena... Hay un segundo control de acceso a la zona de frescos, pero tampoco hemos estado nunca de acuerdo en como se hace.

    Se ha hablado mucho la dedicación y entrega del sector y se les ha calificado de trabajo esencial, ¿siente que haya una mayor valoración social?

    No. Al principio sí veías el agradecimiento, la gente iba con más cautela, intentaban no molestar tanto... pero desde hace unas semanas ya no. Es verdad que ya no hay el mismo miedo que al principio, la plantilla lo hemos normalizado mucho. Al principio no nos atrevíamos a hablarnos, a tocarnos, a mirarnos... íbamos como zombis por las tiendas.

    ¿Cuál sería su principal reivindicación de cara al futuro como trabajadora y como delegada?

    Pues que las medidas preventivas se tomen desde el minuto uno, que se hubiesen hecho las cosas con más previsión y que una vez sobre la mesa se cumplan.

    ¿Han temido llevar el contagio a sus familias?

    Yo tengo dos hijos. No les beso y procuro no tener contacto físico con ellos. Yo no sé si lo tengo, si no, si lo he pasado o no... no tenemos ningún tipo de prueba y eso es otra cosa que nos sorprende mucho trabajando en centros comerciales. También porque somos una empresa que recibe público y nos contagian tanto como nosotros y nosotras podemos contagiar.

    ¿Cómo se han abordado los problemas de conciliación?

    Efectivamente, al trabajar y no haber colegios, escuelas infantiles, ni nada, tenemos muchísimos compañeros y, sobre todo, compañeras, que han tenido que solicitar licencias no retribuidas para cuidar de sus hijos e hijas. Al único acuerdo que pudimos llegar es que hasta ahora solo se podía pedir una licencia al año y se nos ha dado la posibilidad de que se pueda ir ampliando. Pero siempre sin nada de salario. Muchas familias han tenido que dejar a los menores de manera permanente con abuelos y abuelas para no exponerlos, reducciones de jornada para adaptar el horario a las parejas... cuando tienes pareja. Es una pérdida económica importante.

    Diana García Bujarrabal (@Dianabujarrabal) es periodista y adjunta en la Secretaría Confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras.

    Revista Trabajadora, n. 70 (junio de 2020).