Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 10 junio 2025.

REVISTA "TRABAJADORA"

Sindicato de Hombres y Mujeres / En el pasado, presente y futuro, de Garbiñe Espejo Jairo

    Hace unas semanas tuve el honor de participar en la presentación del libro 18 de octubre de 1971: La ocupación de Seat. En él, entre otras, encontramos las voces de quienes fueron protagonistas de este capítulo de nuestra historia. 

    18/04/2022.
    Garbiñe Espejo Jairo es Secretaria General de Industria de CCOO. Fotografía de Nuria Silván.

    Garbiñe Espejo Jairo es Secretaria General de Industria de CCOO. Fotografía de Nuria Silván.

    Nos narran los diferentes hechos que les empujó a la decisión final de ocupar la fábrica, el asesinato del compañero Antonio Ruíz Villalba. En definitiva, un conflicto que se desató en un contexto sociopolítico donde la clase trabajadora había perdido por completo el miedo y cuestionaba las duras condiciones de vida y de trabajo. La falta de libertad. Voces que expresaban la voluntad colectiva de derrumbar el Régimen. Una de esas voces protagonistas es la de Pedro López Provencio. 

    Pedro López fue uno de los sindicalistas de la candidatura de la comisión obrera de la fábrica que venció las elecciones sindicales de mayo de 1971 y que posteriormente lideró la ocupación cinco meses después. Pero Pedro, como otros tantos, no llegó por sí solo a formar parte de la comisión obrera y tal y como él mismo lo recuerda, fue una mujer quien le puso en contacto con los demás y le informó de las reuniones clandestinas, la compañera Conchita Vila. Podemos decir que dentro de la propia clandestinidad existía otro papel clandestino liderado por las propias mujeres. El papel de Conchita Vila (como el de otras tantas compañeras), es un claro ejemplo de ello. Su trabajo como asistenta social de la Seat le permitió recibir a muchos trabajadores y trabajadoras en su despacho y así poder hablarles sobre las clandestinas reuniones.

    También fue fundamental en la gran Industria el papel de las trabajadoras y/o mujeres de trabajadores tanto para vencer el Régimen como para fijar los cimientos de CCOO como sindicato de mujeres y hombres.  

    La ocupación del sindicato vertical en Bilbao por las mujeres de los huelguistas de la empresa Laminación de Bandas en Frío, conocida como la huelga de Bandas, supuso el conflicto laboral más largo,163 días, en pleno franquismo. Otro ejemplo es el de la movilización de las mujeres de Motor Ibérica, liderada por Maruja Ruíz, ocupando la iglesia de Sant Andreu de Palomar (sin olvidar que esta decisión fue tomada a regañadientes por algunos de los trabajadores que no vieron con buenos ojos que sus mujeres diesen ese paso). Todas ellas, en estos y otros episodios, fueron las responsables de extender y mantener los diferentes conflictos laborales, informando sobre ellos a través de asambleas, octavillas, recogiendo aportaciones voluntarias, extendiendo la solidaridad entre otras fabricas que no se encontraban en huelga etc. En definitiva, fueron también pieza clave de los logros de las diferentes comisiones obreras.

    Las diferentes movilizaciones de las mujeres reivindicando la mejora de las condiciones de vida y laborales iban acompañadas de las reivindicaciones feministas, del empoderamiento de las mujeres. Ello obtuvo respuesta con la creación de las primeras Secretarías ó Comisiones de Trabajo de la Mujer en el año 1977.

    Y es que precisamente, si hoy tenemos un sindicato donde se consolida el crecimiento afiliativo de las mujeres de un 43.4 % en el 2017 al 46.6 % actual, o donde hemos pasado de tener un 12% de mujeres en las secretarías generales en el anterior Congreso, a finalizar el 12º Congreso Confederal con el 35% de mujeres liderando diferentes niveles y ámbitos de la Organización, es sin duda al trabajo y esfuerzo colectivo de todas y cada una de nuestras secretarías de las mujeres, además de ser una consecuencia natural del contexto sociopolítico.

    Pero no debemos caer en la autocomplacencia. Para seguir siendo un sindicato de hombres y mujeres, para avanzar en igualdad, debemos seguir reconociendo y visibilizando el trabajo de las mujeres en y para la organización, obtener cada vez una mayor incorporación de mujeres tanto en afiliación como en representación y por qué no, seguir ganando peso en los órganos de dirección. El liderazgo feminista de quienes ostentamos una responsabilidad es condición sine qua non para el empoderamiento de las mujeres también en CCOO.