Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 19 abril 2024.

La subida de la inflación amenaza con disparar la pobreza y la desigualdad que se lograron contener durante la pandemia

  • Encuesta sobre Condiciones de Vida del INE

01/07/2022.
Inflacion

Inflacion

Según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, en 2020 aumentó la desigualdad –medida por la población en riesgo de pobreza o exclusión social– situándose en el 27,8% frente al 27% del año anterior.

Este aumento es coherente con el fuerte impacto negativo provocado por la pandemia de la COVID-19 en 2020 cuando, a pesar de sostener el empleo, se redujeron los ingresos de una parte relevante de la población, lo que les hizo caer por debajo del umbral del riesgo de pobreza (60% de la media de ingresos). El amplio abanico de medidas desplegadas logró compensar gran parte de los efectos negativos de la pandemia sobre la desigualdad, pero no todos, en parte por los problemas, retrasos y vacíos en la implementación de algunas de ellas, como el IMV.

En 2020 también aumentó con fuerza la población en situación de carencia material severa; es decir, población que no podía hacer frente a una serie de gastos y necesidades básicas, alcanzando el 7,0% del total de la población, frente al 4,7% del año anterior.

Todavía no hay datos de ingresos en la ECV referidos a 2021, pero sí de la dificultad para atender gastos diversos y necesidades básicas por parte de los hogares. A pesar de la buena evolución de los indicadores económicos y laborales durante 2021, ha seguido aumentando la población en situación de pobreza y el 7,3% del total de la población soporta ya una situación de carencia material severa, influido en gran medida por el fuerte aumento de la inflación (6,5% interanual en diciembre de 2021). En 2021 la fuerte subida de los precios en algunos bienes y servicios de primera necesidad (energía, alimentos, vivienda…) y la falta de respuesta del gobierno para frenar estas subidas y limitar los precios impactaron especialmente sobre los hogares con menos recursos, aumentando la pobreza y la desigualdad. El 14,3% de la población no pudo permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada en 2021, el doble que en 2019, y el 12,6% tuvo retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas,comunidad), un porcentaje igualmente muy superior al de 2019.

Las medidas adoptadas por el Gobierno para afrontar la crisis provocada por la pandemia, lograron sostener en la medida de lo posible los empleos y los ingresos nominales y reales de la población, consiguiendo que en 2020 la crisis coyuntural no se agudizara y enquistara en una recesión y crisis mayor, permitiendo una rápida recuperación, con un coste social, laboral y económico mucho menor que en recesiones anteriores y con un aumento coyuntural de la desigualdad y la pobreza no muy acusado.

El problema es que en 2021 y 2022 la inflación se ha disparado, impulsada inicialmente en 2021 por la subida de la energía una vez superado lo peor de la pandemia, y agudizada tras la guerra en Ucrania, generalizándose a la mayoría de los bienes y servicios. La fuerte subida de los precios (10,2% interanual provisional en junio de 2022) está deteriorando con fuerza los ingresos reales de la población, una vez descontada la inflación, y depauperando sus condiciones de vida, especialmente en el caso de los hogares con menores ingresos o menor capacidad de protegerse frente a la alta inflación.

En 2022 la población que carece de ingresos laborales (salario, pensión o prestación por desempleo) sigue por encima de los niveles anteriores a la pandemia. Según la EPA, en el primer trimestre de 2022 hay 583.000 hogares que carecen de ingresos laborales, donde residen 1.043.000 personas. Estas cifras han disminuido respecto al máximo alcanzado en 2020, pero siguen sin recuperarse los niveles pre pandemia, que ya eran muy altos, al no haberse recuperado todavía los niveles anteriores a la crisis de la burbuja inmobiliaria.

Para CCOO es imprescindible redoblar los esfuerzos para garantizar la protección y las condiciones de vida al conjunto de la población, donde la mayoría se está viendo fuertemente perjudicada por la fuerte subida de la inflación impulsada por los efectos de segunda ronda provocados por los incrementos de los precios empresariales para impulsar sus ya elevados márgenes de beneficios, mientras los salarios soportan fuertes pérdidas de poder adquisitivo.