Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 24 abril 2024.

SOCIEDAD/ REVISTA TRABAJADORA

Rosa Luxemburg, llama de la revolución, de Josefina L. Martínez

    "PARA ROSA Luxemburg lo que estaba en juego era si la Humanidad podía encontrar una salida, mediante la acción emancipadora de la clase trabajadora, para no caer en la barbarie. Ese fue el combate al que dedicó toda su vida".

    20/03/2019.
    Ilustración de Fátima Valle.

    Ilustración de Fátima Valle.

    EL 15 DE ENERO de 1919 era asesinada Rosa Luxemburg. La Rosa Roja. El día anterior había sido detenida por un destacamento de los freikorps, grupos paramilitares que actuaban bajo el amparo del Estado mayor alemán y el Gobierno socialdemócrata de Ebert y Noske. Después de un brutal interrogatorio, un soldado la golpeó en la cabeza con la culata del fusil. Fue trasladada agonizando hasta un coche, donde terminaron con su vida con un tiro en la sien. Su cuerpo, arrojado a un canal de Berlín, solo aparecería cuatro meses después.

    Rosa Luxemburg había sido “una de las mentes más brillantes entre los herederos científicos de Marx y Engels”, según el socialista Franz Mehring. Que fuera una mujer la que portaba esa mente sobre sus hombros era una ofensa adicional para todos sus enemigos.

    La revolucionaria polaca llegó a Alemania en 1898, donde entró en polémica con el legendario socialista Eduard Bernstein. Para éste, el capitalismo había logrado superar sus crisis y la socialdemocracia podía dedicarse a sumar posiciones parlamentarias y sindicales, sin necesitar de la lucha de clases ni de la revolución. Pensaba que se podía llegar al socialismo mediante una acumulación de reformas graduales en el seno del capitalismo. El “debate Bernstein” tuvo muchos participantes, sin embargo, la refutación más general y aguda la hizo Rosa Luxemburg en su folleto Reforma o revolución. Ella pronosticó que el capitalismo no solo no había dejado atrás sus crisis, sino que preparaba nuevas catástrofes mundiales.

    Sus aportes teóricos y políticos son innumerables. Desde su participación valiente en la Revolución rusa de 1905 y las lecciones que escribió en su libro Huelga de masas, partido y sindicatos, las elaboraciones en el ámbito de la economía marxista, la polémica sobre la huelga general con Kautsky desde 1910, su agitación contra la guerra imperialista, la defensa de la Revolución Rusa de 1917 y finalmente su participación en la revolución de los consejos obreros en Alemania.

    Socialismo o barbarie

    EL 4 DE AGOSTO de 1914, la socialdemocracia alemana aprobó los créditos de guerra en el Reichstag, una decisión que marcó la historia de la clase obrera mundial. Las organizaciones más grandes de la clase trabajadora fueron arrastradas a la gran carnicería imperialista, para defender los intereses de la burguesía. Era una traición a todos los principios internacionalistas que se habían proclamado desde el Manifiesto Comunista.

    Rosa Luxemburg, junto a Karl Liebknecht, Clara Zetkin y otros militantes fundaron la Liga Espartaco y combatieron contra la guerra. Eso le valió ser encarcelada durante largos períodos acusada de “traición a la patria”, pasando los últimos años de su vida en cárceles alemanas. Para Rosa Luxemburg lo que estaba en juego era si la Humanidad podía encontrar una salida, mediante la acción emancipadora de la clase trabajadora, para no caer en la barbarie. Ese fue el combate al que dedicó toda su vida.

    Como escribió su gran amiga, Clara Zetkin, después de su muerte: “En el espíritu de Rosa Luxemburgo el ideal socialista era una pasión avasalladora que todo lo arrollaba; una pasión, a la par, del cerebro y del corazón, que la devoraba y la acuciaba a crear. La única ambición grande y pura de esta mujer sin par, la obra de toda su vida fue la de preparar la revolución que había de dejar el paso franco al socialismo. El poder vivir la revolución y tomar parte en sus batallas, era para ella la suprema dicha. (…) Rosa Luxemburgo simboliza la espada y la llama de la revolución, y su nombre quedará grabado en los siglos como el de una de las más grandiosas e insignes figuras del socialismo internacional.”

    Josefina L. Martínez (@josefinamar14) es historiadora y periodista y autora del libro Revolucionarias (Madrid, 2018).

    Revista Trabajadora, n. 66 (marzo de 2017).