Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 23 abril 2024.

GUÍA PARA NO PERDERSE/ REVISTA TRABAJADORA, N. 68 (NOVIEMBRE DE 2019)

La corresponsal, de Enrique Arce

    ENRIQUE ARCE escribe una vez más sobre cine, esta vez sobre el biopic de la reportera de guerra Marie Colvin. La corresponsal (A Private War), de Matthew Heineman. Estados Unidos (2018). Con Rosamund Pike interpretando a la reportera de guerra Marie Colvin.

    17/12/2019.
    Cartel de la película de Mathhew Heineman.

    Cartel de la película de Mathhew Heineman.

    SORTEANDO los peligros del biopic, el director Matthew Heineman sin caer en la hagiografía ni en la caricatura, relata los últimos once años de la célebre reportera de guerra, Marie Colvin, multipremiada y reconocida en vida, estrella de The Sunday Times, hasta su muerte en 2012 en un Homs bombardeado y masacrado por el régimen sirio. Narrando sucintamente, Heineman intercala escenas de los lugares de guerra con escenas de la vida cotidiana de la vuelta a casa, describiendo a una mujer valiente y contradictoria que ha decidido (quizás no puede hacer otra cosa) ver el horror para contarlo, estar presente en los lugares de conflicto para dar voz a las víctimas, sabiendo y aceptando sus dolorosas consecuencias. Así, vemos a la reportera arriesgada, segura, persiguiendo la verdad, escuchando y denunciando; y vemos, también a la mujer profundamente herida, alcoholizada e ingresada en una clínica por estrés post-traumático.

    Desde que perdiera un ojo, alcanzada por la metralla de una explosión en Sri Lanka, a la leyenda de sus reportajes se sumó la imagen de su rostro con un parche negro. Pero no sólo están las heridas físicas, hay otras más peligrosas: las heridas invisibles. Y no sólo hay campos de batalla exteriores, también hay batallas interiores, donde las imágenes, las violencias, las injusticias, los horrores vividos, van repitiéndose una y otra vez en el sueño: “Voces que no callan en la cabeza hasta el cuarto Martini con vodka”. Cómo olvidar, si no, a una niña palestina desangrándose sobre la propia cama. No en vano, el título original de esta película es A Private War.

    ¿Cómo informan los medios sobre las guerras? ¿Cómo conseguir que a quienes leen el periódico no se les atragante el desayuno con algunas noticias? ¿Cuál es el papel de las y los reporteros empotrados entre las tropas estadounidenses? Colvin y unos pocos deciden: “No seguir la mierda de normas” para ver con sus propios ojos.

    Para los Gobiernos la guerra no es tan mala; a ellos no los hieren, ni los matan, como a la gente corriente”, y Marie Colvin, en boca de la magnífica y conmovedora actriz Rosamund Pike, explica sus razones para, a pesar de odiar viajar a zonas de guerra, sentirse obligada a seguir haciéndolo: “La situación me preocupa tanto como para ir a esos sitios y escribir de algún modo algo que hiciera que otras personas se preocuparan tanto como me preocupaba yo”. Contar las historias de quienes sufren y no tienen voz; para que desde otros lugares –quienes no queremos mirar- tengamos que ver, aunque sea lejos, desde la comodidad de nuestras casas y televisores.

    Enrique Arce es documentalista y forma parte del Centro de Documentación de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras.