Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 4 mayo 2024.

REVISTA "TRABAJADORA", N. 77B (FEBRERO DE 2023)

Empleo/ Teletrabajo o la 'dulce' llamada de la lavadora, de Mentxu Gutiérrez

    La secretaria de Dones i Polítiques LGTBI+ de CCOO de Catalunya, Mentxu Gutiérrez, que alerta en este artículo sobre los peligros del teletrabajo que pueden mantener a las mujeres apartadas de los espacios de decisión y de poder.

    27/02/2023.
    Fotografía de Txefe Betancort.

    Fotografía de Txefe Betancort.

    LOS ALGORITMOS de las redes sociales, esos que ‘leen’, ‘escuchan’ y sumergen a usuarias y usuarios en una burbuja de preferencias individuales, plantificaba, hace unos días en mi móvil, el anuncio de un producto similar a una cabina telefónica para oficinas pero sin visión exterior e insonorizada. Un producto novedoso con el objetivo de aumentar la capacidad de concentración o la creatividad de la persona trabajadora, por tanto, su productividad. Me pareció un elemento de tortura para personal “alborotador” o con “bajos rendimientos”, una vuelta más de tuerca para oprimir a la clase trabajadora. Cuando lo compartí, sorprendida, en mi círculo cercano, el hecho de que una compañera se planteara comprar una cabina, me hizo plantearme la amenaza que supone un elemento de control capitalista vestido de vanguardia.

    Como siempre a los sindicatos les toca hacer de “malas agoreras”: alertar de la deriva de las políticas neoliberales que se adentran, de manera silenciosa y persuasiva en el mundo laboral y en la sociedad. A las sindicalistas nos toca liberar de la piel de cordero al lobo disfrazado. Y esto no es una tarea fácil.

    Estas cabinas evocan el mismo aislamiento social que se sufrió en el confinamiento durante la pandemia de la Covid-19 con la implantación, en muchos sectores, del teletrabajo (o trabajo a distancia). Esa modalidad contractual históricamente asociada a profesiones de prestigio y masculinizadas, de unos sectores que requieren alta capacidad de concentración, creatividad… De unos trabajos que con tranquilidad y silencio se desarrollan mejor. Donde el teletrabajador (generalmente varón) aumenta su productividad en el hogar sumándole factores como tener a hijos e hijas en el colegio, el piso recogido, la compra hecha y, en numerosas ocasiones, hasta la cena preparada.

    Nada que ver con el caos del confinamiento cuando llamábamos a los servicios de contact center del banco, de la aseguradora… y nos atendía una trabajadora con el niño en brazos en el sofá o con los cascos mientras se oían el menaje de cocina a mediodía.

    Hasta se decía aquello de que: ‘el teletrabajo ha venido para quedarse’, previendo que la pandemia traería un escenario de implantación masiva de este modelo en muchos sectores.

    Pero se falló en la previsión, por suerte: Si bien el porcentaje de personas que trabajaban más de la mitad de los jornadas en su domicilio en nuestro país pasó de 4,8% del 2019 en pre-pandemia al 10,8% durante la pandemia, en 2021 el porcentaje descendió hasta el 9,5% (según datos del INE).

    Y digo por suerte porque se podría concluir que el patriarcado, una vez más, al acecho para legitimar las desigualdades, ha introducido el caballo de Troya del teletrabajo en el mundo laboral, como supuesto favorecedor de la conciliación personal. ¿Su target? las mujeres ¿Su objetivo? Ojo spoiler: ‘la devolución de éstas a la esfera privada, a conciliar pero para atender las tareas domésticas y los cuidados. Se podría presuponer, desde el recelo, que se quiere a las mujeres aisladas y fuera del espacio físico laboral, del espacio social, cultural y político, en definitiva: de los espacios de decisión y de poder. Se podría pensar en la similitud del teletrabajo con la primera Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), esa herramienta patriarcal que originó la democracia pero que expulsó a las mujeres del espacio público, social y político. La diferencia es que Olympe de Gouges (Montauban, 1748- París, 1793) y autora de la Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana (1791), hoy estaría arropada de feminismo y sindicalismo.

    En las imágenes de la publicidad de mediados del siglo XX, se idealizaba un modelo de mujer que encontraba realización personal en la asunción de los cuidados de familiares y del hogar. Conviene cuestionar si el ideal de teletrabajo no combina con un mundo laboral habitualmente precario para las mujeres y con esa ‘satisfacción’ de poder seguir con los cuidados y tareas del hogar acudiendo a la ‘dulce’ llamada de la lavadora.

    Mentxu Gutiérrez (@MentxuGutierrez) es la secretaria de Dones i Polítiques LGTBI+ de CCOO de Catalunya (@ccoocatalunya).

    Revista Trabajadora, n. 77 (febrero de 2023).