Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 19 abril 2024.

Revista Trabajadora, n. 63 (febrero de 2018)

Editorial/ 2018, ¿el año del feminismo?

    ”La exigencia al Gobierno es clara: ha de situar la igualdad de género entre sus prioridades. Las políticas y medidas de igualdad no pueden esperar más tiempo y necesitan de presupuestos suficientes para garantizar su efectividad”.

    19/03/2018.
    Autorretrato de la pintora finlandesa Elin Danielson (1861-1919).

    Autorretrato de la pintora finlandesa Elin Danielson (1861-1919).

    LAS MUJERES no van a resignarse a ser las grandes perjudicadas de la crisis y los recortes. Tampoco a aguantar las violencias machistas, el acoso sexual, la discriminación laboral y la feminización de la precariedad y la pobreza. 2017 dejaba buena prueba de todo ello y no lo vamos a permitir. Nuestra exigencia al Gobierno es clara: ha de situar la igualdad de género entre sus prioridades. Las políticas y medidas de igualdad no pueden esperar más tiempo y necesitan de presupuestos suficientes para garantizar su efectividad.

    2017 deja datos demoledores: el paro femenino supera al masculino en todas las provincias, en todas las Comunidades Autónomas y se acerca a los dos millones de desempleadas. Si en 2007 el paro femenino se situaba en el 41,6%, diez años más tarde se sitúa en el 57,2%. En este tiempo también se ha mantenido inalterable la segregación: 9 de cada 10 ocupadas lo están en el sector servicios. Por si esto fuera poco, 3 de cada 4 empleos a tiempo parcial están desempeñados por mujeres, con lo que supone de menor salario, menores posibilidades de promoción y formación, menor cuantía en prestaciones sociales en periodos de desempleo y en futuras pensiones, etc... Casi el 30% de trabajadoras a tiempo parcial desearían trabajar a tiempo completo. Los agravios son interminables siendo una exigencia irrenunciable para CCOO la derogación de las reformas laborales de 2010 y 2012 en pos de recuperar derechos laborales perdidos a través de la acción sindical y la negociación colectiva.

    La peleada subida salarial del SMI para el 2018 es un pequeño paso (hasta alcanzar en 2020 los 850€ en 14 pagas) y tendrá un impacto directo sobre quienes viven en situaciones de mayor precariedad en sectores feminizados como hostelería, comercio, turismo, limpieza, ayuda a domicilio, trabajo del hogar, atención a mayores, operadoras de call center, ocio y tiempo libre o el campo. Y en un futuro sus porcentajes de cotización se incrementarán, tanto en el desempleo como en las pensiones.

    La lucha contra la precariedad supone exigir al Gobierno la penalización de la contratación temporal y el uso abusivo del tiempo parcial y poder atajar tanto la discriminación salarial como la segregación profesional. Y en el ámbito de las empresas apostar por el desarrollo de medidas positivas en los convenios colectivos (generales y sectoriales) y por los planes de igualdad.

    Además, sigue recayendo fundamentalmente en las mujeres la tarea de cuidados de menores y personas dependientes de las familias a coste cero para los Gobiernos. Una medida indispensable para atajar esta situación sería la de apostar por la educación en igualdad y corresponsabilidad en todos los niveles educativos desarrollándose con asignaturas específicas en Educación Primaria y Secundaria que hagan saltar por los aires los trasnochados estereotipos de género en futuras generaciones.

    Prevención, protección y derechos, ésta ruta es la única posible para acabar con las violencias machistas. El insuficiente Pacto de Estado en materia de Violencia de Género ha de aplicarse y ha de contar con recursos y presupuestos suficientes para que sea eficaz.

    El acoso sexual en el trabajo, en todas sus formas, supone una de las manifestaciones de violencia de género más invisibilizadas porque aún existen pocas denuncias. Y porque culturalmente aún falta mucho para terminar con comportamientos y actitudes sexistas en los centros de trabajo. Las empresas han de evitar su aparición, sensibilizar a las plantillas e informarles de las consecuencias personales y profesionales que pueden acarrear, poniendo en marcha protocolos adecuados. Las trabajadoras deben saber que no están solas frente al acoso sexual; ese el compromiso de Comisiones Obreras.

    Por todo ello, las mujeres de todos los ámbitos, países, culturas y edades decimos “basta”, ha terminado el tiempo de ser relegadas y ninguneadas. Somos la mitad de la población y hemos de participar en paridad en todos los espacios públicos: instituciones políticas, académicas, culturales, aportando talento y capacidades, superando incluso un lenguaje que no nos nombra, sino que nos excluye y oculta, pretendiendo subordinarnos.

    Prioridades para la igualdad

    ESTE va a ser un año clave para las mujeres y para la igualdad y Comisiones Obreras pondrá toda su fuerza en la reivindicación y la movilización incidiendo en las empresas con propuestas y medidas de negociación desde el diálogo social bipartito y tripartito, en aras a conseguir los mejores resultados para la colectividad, la clase trabajadora y, en definitiva, para toda la sociedad. Una lucha que se concretará en 8 objetivos prioritarios, que centrarán la agenda sindical, siendo el primero de ellos, acabar con las brechas de género en el acceso al empleo, en la actividad, en la ocupación y en la segregación sectorial y ocupacional.

    De manera principal, debe afrontarse la primera y más invisible barrera que impide a las mujeres acceder al empleo: derribar la estructura que permite la precariedad, el tiempo parcial, la excesiva temporalidad y la discriminación salarial.

    El tercer objetivo es atajar las violencias machistas en sus distintas manifestaciones, de modo que ninguna mujer tenga que abandonar su puesto de trabajo cansada y sola ante el acoso sexual o el acoso por razón de sexo

    Acabar con la división sexual del trabajo solo es posible mediante la corresponsabilidad de hombres y mujeres y la puesta en marcha de servicios públicos de conciliación. Atender a las tareas del hogar y cuidar de menores y personas dependientes no puede seguir siendo exclusivo de las mujeres de la familia. Es necesario, igualmente, acabar con la desvalorización social de estas ocupaciones cuando se profesionalizan.

    El quinto objetivo es conseguir un sistema de protección social solidario, sostenible e igualitario. A la brecha salarial se añade el que las mujeres son mayoría entre quienes reciben los salarios más bajos y, por tanto, están menos protegidas en las prestaciones por desempleo, recibiendo menos pensiones contributivas y, cuando las obtienen, lo son de cuantías más bajas.

    El sexto objetivo es lograr la igualdad en reconocimiento y representación, porque la igualdad en lo laboral y lo económico solo se podrá alcanzar cuando se consolide la igualdad en lo cultural, lo emblemático y lo político, hoy ya está ocurriendo, las mujeres exigen su merecido protagonismo en todas las esferas de la vida pública.

    Es imprescindible igualmente universalizar una educación basada en igualdad y el respeto a la diversidad. Hay que apostar por una educación pública, laica, coeducativa, de calidad, que incluya a las mujeres como referentes, que integre materiales no sexistas, educando en corresponsabilidad, en la diversidad social, en el respeto y la prevención de las violencias machistas, combatiendo de raíz el sexismo y la lgtbifobia, orientando académica y vitalmente sin sexismo ni estereotipos, con un lenguaje inclusivo e igualitario.

    Y, por último, concienciar sobre un consumo sostenible que respete derechos y condiciones laborales, porque el cuidado medioambiental también atañe al sindicalismo.

    8 de Marzo de 2018

    ESTE 8 de Marzo debe pasar a la Historia, y Comisiones Obreras pondrá todo su tesón en contribuir a ello. Porque pese a las violencias, aquí estamos, “vivas”, luchando por mantener y alcanzar mayores cotas de “libertad” y buscando la “unidad” de acción con el movimiento feminista del que formamos parte junto con otras fuerzas sindicales.