Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 21 junio 2025.

SOCIEDAD

Espacios de y para el empoderamiento colectivo, de Alba García

    LA VOLUNTAD de tener, crear y compartir espacios propios de mujeres se ha dado a lo largo de la Historia de la humanidad en diversos momentos. Ahora bien, recuperarlos, crearlos, reivindicarlos, conquistarlos y convertirlos en objetivo y práctica política ha sido una de las características de los movimientos feministas contemporáneos en todo el mundo. Hablar de espacios de mujeres en el ámbito local es hablar desde la mediación entre los movimientos feministas, las mujeres y las instituciones.

    27/11/2018.
    Ca la Dona (Barcelona).

    Ca la Dona (Barcelona).

    VIRGINIA WOOLF en su ensayo Una habitación propia (1929) –arquetipo, por otra parte, de la emancipación del feminismo de los años 60- ya escribe sobre la necesidad de un espacio propio que -más allá de la igualdad de derechos y de oportunidades- es imprescindible para alcanzar una nueva subjetividad como mujeres, un nuevo y diferente lugar en el mundo. Simone de Beauvoir, veinte años después, propuso también una nueva subjetividad ante la ofensiva patriarcal de lo que después Betty Friedan nombró como La mística de la feminidad. Y, lo hace en primera persona a partir de su propia experiencia, es decir, habla desde un espacio propio, el individual, para entenderse y definirse como mujer en un mundo de hombres.

    En Catalunya, desde los oscuros años de la dictadura de Franco las mujeres han sabido lo importante que era contar con espacios propios. Hace ya más de 40 años que se instauró la democracia y el relato feminista sigue apostando por ellos.

    Ha habido espacios feministas creados a partir de la suma de deseos compartidos, transformados en lugares de relación por los que circula la auctoritas femenina. Espacios de mujeres donde circula el saber, el pensamiento y la creatividad y que pasan a ser patrimonio de toda la sociedad, como por ejemplo, el Institut de Cultura i Biblioteca Popular per a la Dona creado en Barcelona en 1909. La primera Llibreria Les Dones en Barcelona abrió sus puertas en 1977; además están las actuales Librería Próleg (en Barcelona), el primer Centre d’Investigació Històrica de la Dona (CIHD)(1987) y el actual DUODA o Centro de Investigación de Mujeres de la Universidad de Barcelona, el actualLa Bonne o Centre de Cultura de Dones Francesca Bonnemaison; el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Género (CEIG) de la Universidad de Vic; el Seminario de Estudios de la Mujer de la Universidad Autónoma o de Filosofía y Género de la Universidad de Barcelona, ​​etc., por citar sólo algunos de los que se han creado.

    En otras ocasiones, la consecución de espacios se ha convertido en objetivo prioritario en la agenda de los movimientos feministas y de mujeres y han sido la causa de movilizaciones y acciones reivindicativas emblemáticas a lo largo de las últimas décadas. La reivindicación de espacios físicos, de acción y reflexión política, "casas" para meter la diversidad y la pluralidad del movimiento, ha sido una constante.

    A finales de los 80, el Movimiento Feminista de Barcelona reivindicaba un espacio propio para la práctica y la acción y ocupó un edificio municipal en el 87. Más tarde, después de numerosas reivindicaciones, conversaciones y, finalmente, contando con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona consiguió abrir Ca la Dona en 1988: “Un ‘espacio físico y simbólico’ que en sus inicios se autodefinía como "(...) este espacio, que está abierto a las mujeres y que, al fin, podemos compartir, sea un polo de referencia, tanto para las mujeres del Movimiento, como para las que aún no nos conocen, pero que tienen intereses comunes y quieren acercarse. Que sea un espacio donde la heterogeneidad sirva de enriquecimiento colectivo gracias al debate y la reflexión conjunta. Un espacio donde cada grupo pueda organizar y desarrollar sus actividades: donde se puedan hacer actos culturales, encuentros, manifiestos... Un espacio que queremos que sea tu, que sea el de las mujeres que nos movemos para hacer tambalearse todo lo que nos oprime”.

    Desde hace siglos ha habido espacios elegidos libremente por las mujeres, donde no existía mediación masculina, como fueron las comunidades beguinas en la Europa de la Edad Media; lugares escogidos a partir de la toma de conciencia y de la libertad en tanto que mujeres. También ha habido espacios que el patriarcado ha asignado a las mujeres y que éstas han hecho "suyos". Públicos y privados, son espacios de relación, de encuentro, de intercambio, de comunicación, de vínculo, de recreo y de mucha, mucha solidaridad.

    En las ciudades y pueblos ha habido espacios de mujeres de transgresión, pero también ha habido de reclusión y de sufrimiento (donde se ejerce la violencia).

    No se pueden dejar de mencionar también los espacios simbólicos, los imaginarios, los inventados (como La Ciudad de las damas, escrito por la poeta francesa Christine de Pizan en 1405). En la actualidad, los espacios virtuales también se convierten en espacios significativos, que abren una nueva dimensión de la comunicación y la participación.

    En general, se podría decir que hay espacios diversos, igual que existe la diversidad entre las mujeres, espacios individuales y colectivos, elegidos libremente, físicos y virtuales, reales y simbólicos, políticos, sociales, de autoayuda, de relación, de autoridad, de práctica de la libertad, de espiritualidad, de fe, de creencias, espacios de sacrificio y de violencia, espacios de saber, de amor, de cuidado, de sororidad, de descubrimiento, de transgresión, de reclusión, lúdicos, de evasión, de intercambio, de solidaridad, de red, íntimos, públicos, imaginarios, simbólicos, inventados, creados, reivindicados y reivindicables.

    Europa asiste al auge y repunte de las tesis conservadoras neoliberales que ponen en peligro, entre otros, los avances de los derechos sociales y políticos de la mitad de la población y como consecuencia de su empoderamiento. Es por ello que, desde hace un tiempo, mujeres diversas -procedentes de ámbitos y organizaciones también diversas- están en #AlertaFeminista porque ven con mucha preocupación que todo aquello que nuestras antecesoras han conseguido, con mucho sacrificio y de manera pacífica, ahora corre el riesgo de desaparecer.

    Solo con la solidaridad, la sororidad y el empoderamiento colectivo de las mujeres se llegará a superar el muro del patriarcado. Se necesita la complicidad de toda la sociedad y muy especialmente de las instituciones y administraciones. Se necesitan servicios, recursos y políticas públicas valientes y decididas. Se necesitan aún acciones positivas, valientes y generosas, para garantizar el avance de toda la sociedad por medio del avance de las mujeres.

    Alba Garcia (@AlbagarciaSAL) es secretaria de Dones i Polítiques LGTBI de CCOO de Catalunya.

    Revista Trabajadora, n. 65 (noviembre de 2018).