Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 26 abril 2024.

OPINIÓN

Coalición: una democracia en madurez, de Elena Blasco Martín

    EL SIGUIENTE artículo de Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de Comisiones Obreras, bajo el título "Coalición: una democracia en madurez", fue publicado en la revista digital El Siglo de Europa el 14 de enero de 2020.

    23/01/2020.
    Elena Blasco, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO.

    Elena Blasco, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO.

    LA INVESTIDURA del nuevo presidente de Gobierno nos conduce a bosquejar un nuevo párrafo en los libros como el primer Gobierno de coalición en la historia de nuestra democracia.

    Las “patologías obsesivas personales” de las que hablaba Casado en su discurso de esa segunda investidura de Sánchez es, a todas luces, un mal endémico de muchas personas presentes en la Cámara bBaja, olvidándose de la ciudadanía y dedicando sus minutos de intervención al reproche, al insulto y las descalificaciones, como si esto fuera lo realmente importante.

    Debemos recordar que son ya 28 los países europeos dirigidos en coalición, algo más de 500 millones de habitantes gobernados bajo un ideario multicolor, demasiados países para estar equivocados y demasiadas personas que, sinceramente, no parecen ser producto ni víctimas de plagas bíblicas.

    Y ahora, los cincuenta folios de un acuerdo de coalición progresista que desgrana medidas sociales, fiscales y políticas que pretenden una verdadera regeneración democrática, basada en la redistribución de la riqueza, la racionalización de los recursos y la igualdad en derechos y libertades, son anunciadas por la oposición como si se tratara de la llegada de los cuatro jinetes del apocalipsis.

    Y, aun a la espera de su aplicación en la vida de millones de trabajadoras y trabajadores, lo que sí conocemos que sucederá son los constantes ataques a esa tan deseada subida del SMI, el bloqueo a la reversión de las reformas laborales que tanta precariedad han provocado, la alarma de inviabilidad de mejorar la estructura de ingresos de la Seguridad Social, o la imposibilidad de afrontar de manera equitativa los retos demográficos, tecnológicos y medioambientales.

    Esperemos que a medida que se conforme este Gobierno, se acepten y, sobre todo, se respeten los resultados de las elecciones, y que esos 167 votos de la investidura nos permitan pasar de profecías, ‘armagedones’ y maldiciones a lo que se conoce como cambio, progreso o evolución.

    Ya es tiempo de que el bloqueo desaparezca y, aunque no sea un programa de gobierno común, las medidas que se desarrollen sí sean con un objetivo unánime de avanzar en libertad, derechos e igualdad. Que ésa sea la nueva línea de unificación y acción colectiva.

    La urgencia de solucionar los problemas que de verdad atenazan a nuestra sociedad hace ineludible pensar que, aun sin un gran consenso, desde luego es la única opción viable de Gobierno. Los totalitarismos, las faltas de respeto, los argumentos para deslegitimar la aplicación democrática, el lenguaje tóxico, mal intencionado y nada resolutivo, no ayudan a todo un país estancado en la precariedad, la desigualdad, con una espada de Damocles fascista amenazando los derechos y libertades.

    Si vamos hacer Historia, que ésta no quede sólo en las páginas de la hemeroteca política, sino que transcienda el papel y sean las acciones realizadas las que nos permitan salir del cerco político en el que llevamos inmersos estos últimos ocho meses y de un bloqueo económico de dos años. Demasiado tiempo para no exigir ahora que esta nueva formación de Gobierno no tenga altura de miras y se dirija a impulsar políticas que afronten los grandes retos que tienen por delante.

    Si algo fracciona a este país es la desigualdad… y si existe una verdadera muestra de temeridad e irresponsabilidad, es seguir sin un Gobierno efectivo, con la imprudencia de no dar una verdadera solución a esa división interna, asumiendo que es la desigualdad en su más amplio sentido, el objetivo a superar.

    Justicia, progreso, equidad, evolución, prosperidad y feminismo… Esperemos que ésas sean las nuevas palabras que permitan desarrollarse en los once desafíos que se esconden en las 50 esperanzadoras páginas de un texto programático que se presenta con la intención de unir la experiencia de lo político al entusiasmo y la necesidad de lo social.

    Porque, aun a la espera de que sea real, y sin la certeza de que salga bien, lo que no puede ocurrir es que el miedo y el desconocimiento nos paralicen.

    Con el primer Gobierno en coalición nuestra democracia se hace adulta, es un cambio tan necesario como imprescindible para moverse, para avanzar con firmeza. Decía Rosa Luxemburgo que quien no se mueve, no siente las cadenas. Hagámoslo, movámonos todas y todos a una, para sentirlas y romperlas.

    Permitámonos escribir una verdadera Historia convirtiendo, por fin, el miedo en ganas.