Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 23 abril 2024.

OPINIÓN

Qué se contará de 2020, de Elena Blasco Martín

    EL SIGUIENTE artículo de opinión de Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO, ha sido publicado el viernes 4 de septiembre de 2020 en la revista El Siglo de Europa.

    07/09/2020.
    Elena Blasco.

    Elena Blasco.

    HAN PASADO casi seis meses desde que la OMS declarara la pandemia mundial del Covid-19. En la actualidad, hay más de 25 millones de personas afectadas en el mundo, y si esta escalofriante cifra aún pudiera dejar indiferente a alguien, veremos cómo 2020, si todo sigue así, se convertirá en uno de los años más aciagos de nuestra historia universal.

    Una historia a la que cada país ha contribuido y de la que sale adelante a su manera, con mayor o menor éxito, con mayor o menor repercusión sobre acontecimientos subyacentes a la epidemia o hechos que el destino hizo que coincidieran en tiempo con esta crisis sanitaria, económica y social.

    Nuestra situación de partida como país era complicada. Si hacemos memoria de estos últimos ocho meses está claro que nadie pudo imaginar ni mucho menos predecir lo que este 2020 terminaría marcando nuestras vidas.

    Sin salir ni siquiera de nuestras fronteras, comenzamos el año con el primer Gobierno de coalición de la historia de nuestra democracia, el juicio del procés, el derrumbamiento del vertedero de Zaldívar, el primer fallecido de coronavirus aunque fuera conocido 20 días después, las manifestaciones del 8 de Marzo, la declaración de pandemia por la OMS y la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno, la renuncia de Felipe VI a la herencia de su padre y la retirada de su asignación, las prórrogas del estado de alarma, el desconfinamiento y la desescalada en diferentes fases y CC AA, el fin del estado de alarma, el abandono de España del Rey emérito… Como parece ser que dijo John Lennon en una ocasión: “La vida es aquello que pasa mientras estás ocupada en hacer otros planes”.

    Uno de estos últimos sucesos, la salida, huida, exilio, abandono del país o como quieran llamarlo del Rey emérito ante el proceso de investigación judicial sobre corrupción, delitos fiscales y financieros ha ocupado buena parte de la prensa escrita y visual del mundo, mientras que nuestros medios de comunicación han decidido dedicarse a fenómenos conocidos con ‘palabros’ anglosajones como la lawfare o guerra jurídica, fake news o noticias falsas, en vez de acercar a la ciudadanía la realidad de lo que sucede a su alrededor o al menos lo que realmente le interesa saber.

    Para este 2020, merecedor de ocupar un hueco en los libros de historia, debemos pensar en cómo será escrito, qué dirán de nosotras, de nuestros éxitos o de nuestros fracasos, pero sobre todo debemos pensar en qué es lo que queremos contar.

    Y más allá de la lista ya enunciada, creo que es razonable que ocupe un espacio y habrá que recordar también la subida del Salario Mínimo Interprofesional, la derogación del despido objetivo por acumulación de bajas médicas, la puesta en marcha de los Expedientes de Regulación de Empleo de fuerza mayor por el Covid-19 para salvaguardar los puestos de trabajo, la creación del subsidio extraordinario para el empleo del hogar, la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, el acuerdo para el desarrollo de la igualdad efectiva y retributiva entre mujeres y hombres en el ámbito laboral, la puesta en marcha de una ley para regular el teletrabajo, la negociación de una prestación adicional para personas que hayan agotado el desempleo entre el 14 de marzo y el 30 de septiembre…

    Está claro que la historia dependerá de quién la escriba, pero como bien narra Bruno Estrada en su libro 20 razones para que no te roben la historia de España, se tardó más de 21 años en reconocer a las Cuevas de Altamira como “La Real Academia del Arte Rupestre”. Esperemos que no se tarde lo mismo en reconocer la contribución social, política y económica de las organizaciones sindicales en la salida de esta crisis. Si fuera así, espero que haya quien, de nuevo, desvele esas historias perdidas o no contadas.