Confederación Sindical de Comisiones Obreras | 19 abril 2024.

REVISTA 'TRABAJADORA', N. 75 (JULIO, 2022)

Editorial / Igualdad, derechos, cuidados… Nos jugamos el futuro

    Estamos en un momento crítico, nos jugamos cuáles serán las nuevas reglas del juego en nuestra Sociedad, cómo forjamos la convivencia intergeneracional futura. 

    22/07/2022.
    Lake George Reflection, de Georgia O’Keffe (1921-22). Wikimedia Commons.

    Lake George Reflection, de Georgia O’Keffe (1921-22). Wikimedia Commons.

    LOS AVANCES de los últimos años sobre la piedra angular de la Igualdad han sido más tímidos de lo que nos hubiera gustado, pero no olvidemos que frente a ellos se alza una ola reaccionaria que es preciso combatir para no dar un solo paso atrás. 

    Advirtió el siglo pasado la filósofa feminista Simone de Beauvoir, “no olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados”; alertar así desde el sindicalismo feminista de CCOO sobre el riesgo que para la Igualdad supone en este momento la guerra en Ucrania, la urgencia que provoca la subida de precios y la inflación o el retroceso político reaccionario en EEUU en relación al aborto; mención especial para el desarrollo programático de la ultraderecha en nuestro país, que atenta descaradamente contra cualquier ideario que suene a expansión de derechos y libertades. 

    La histórica división sexual del trabajo ha impuesto los trabajos propios del “cuidado de la vida” a las Mujeres, que como quienes nacen con un cromosoma destinado a tal fin hemos venido realizando de forma innata (en teoría), convirtiendo en histórica también la lucha de las Mujeres contra semejante designio. La incorporación de las Mujeres a las carreras laborales ha ido profesionalizando lentamente tales tareas, convirtiendo en “mal menor” la precarización de la condiciones de trabajo de quienes cuidan, y generando más que brechas sociales, simas insondables con claras diferencias de clase. Se ha producido una evidente re-feminización de las tareas de cuidados hacia mujeres más pobres. Es el momento por ello de combatir desde el feminismo de clase las diferencias económicas, sociales, políticas y culturales que ha provocado la externalización de las tareas de cuidados. No podemos romper los techos de cristal aupadas sobre bolsas de mujeres precarias en suelos pegajosos. 

    Proponemos así desde CCOO un nuevo contrato social, un nuevo pacto por la vida que integre la dignidad de las personas en todos sus ámbitos, con autonomía sobre lo más importante que puede manejar el ser humano: su tiempo. Comprometiendo así a los poderes públicos para hacer reales todas las medidas necesarias que promuevan la igualdad y hacer así efectivo el poderoso art. 9.2 de la CE. Desde la Secretaría de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo apostamos por un Pacto de Estado por los Cuidados desde la cooperación como alternativa al patriarcado imperante; frente al patriarcado de la dominación, sociedades de cooperación, tal y como Riane Eisler definía en ‘El cáliz y la espada’. 

    De acuerdo con este objetivo, este número 75 de la Revista Trabajadora dedica nada menos que 10 páginas de Informe a los cuidados; y hemos tenido la suerte de contar con la colaboración y las firmas de la directora del departamento Condiciones de Trabajo e Igualdad de la OIT en Ginebra, Manuela Tomei, y de la eurodiputada y vicepresidenta primera de la Comisión para los Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento Europeo, María Eugenia Rodríguez Palop. Termina nuestro informe con un repaso a algunos de los conflictos relacionados con los cuidados y protagonizados por mujeres de CCOO. 

    Situamos la centralidad del trabajo en el epicentro de una vida digna para todas y todos, con buenas condiciones laborales también para las Mujeres, siendo intransferible para la negociación colectiva la importancia de los Planes de Igualdad, para los que el trabajo de la organización está siendo titánico, no sólo en cuanto al conflicto que encarna la fijación de las condiciones de trabajo a cada relación laboral, sino también por el cambio, no menor, que se está produciendo en la cultura sindical al adscribir la Igualdad a los derechos colectivos. Hicimos visible el pasado 8 de Marzo nuestro salto de las palabras a los hechos, desde la creatividad negociadora y colaborativa a una perspectiva de género transversal que cambie las formas de organización y convivencia en las empresas. Los Planes de Igualdad son el instrumento feminista para, desde  la corresponsabilidad, negociar la presencia en el puesto de trabajo, no las ausencias que tanto perjudican laboral y vitalmente a las Mujeres. Además de situar la importancia de esta herramienta, hemos de agradecer la colaboración desinteresada del profesor Antonio Baylos en este número de la revista con un artículo en el que comenta la sentencia del Tribunal Supremo al respecto.  

    Sólo cabe por tanto hacer diagnósticos laborales certeros que nos permitan disponer de nuestro tiempo con un doble objetivo: el primero, vivir conforme a nuestras decisiones, el segundo, ordenar los cuidados de forma corresponsable, con políticas positivas de los poderes públicos en todas las extensiones posibles y en las que siempre encontrarán a las CCOO. Ganamos así más democracia, en la que no penalice la maternidad o las convirtamos en necesariamente “precarias” para poder sobrevivirla, en palabras de la escritora Diana Oliver, con quien dialogamos en este número de Trabajadora.

     El feminismo ha sido a lo largo de los tiempos aglutinador de movimientos sociales, raíz en la lucha contra las discriminaciones, marea embrionaria de cambios revolucionarios. Y no es casual el ataque de la ultraderecha rancia y no tan rancia contra el mismo, conscientes de la fuerza que motiva pasar de las palabras a los hechos posibilitando cambios culturales y económicos importantes. Las organizaciones sindicales de clase conocemos bien los envites de la derecha que pierde su hegemonía poderosa y patriarcal. Sin embargo, la segmentación de las luchas feministas puede hacer perder el protagonismo movilizador y simbólico en España de los últimos años si no es capaza de tender puentes, abrirse al diálogo y construir consensos; si no lo logramos desafiaremos a un futuro prometedor, y negaremos a todas las Mujeres que desde la izquierda se pusieron su vida tras la palabra Libertad. 

    En la Revolución Social que Ya se está produciendo las personas LGTBI+ tienen un papel central en la configuración de la Igualdad, especialmente en este momento histórico en el que los discursos de odio y la LGTBIfobia acechan. Por eso, y tras la masiva manifestación del pasado 9J en Madrid, nos parecía importante visibilizar esta lucha, que es la de todas, en nuestra portada. Tal y como ha subrayado nuestro lema para el 28 de Junio, reivindicamos nuestros “Años de Lucha y #OrgulloDeSer en el Trabajo”, nuestro compromiso con una vida diversa que no convierta las empresas en burbujas sin derechos, en universos paralelos en los que no somos quien queremos y deseamos Ser. La Constitución Española llevó la igualdad de trato y no discriminación a las puertas de los centros de trabajo, pero es hora ya de intervenir sindicalmente desde una perspectiva global y transformadora, haciendo posibles conquistas laborales desde la negociación colectiva que den importancia a utopías más o menos cotidianas. En este sentido, presentamos el documento ‘Igualdad y diversidad en los convenios colectivos’, con propuestas concretas de cláusulas para incluir en los convenios. Tanto del documento en sí como de la jornada de presentación en el Palacio de Cibeles de Madrid se ofrece más información en nuestras páginas de ‘Diversidad Sexual y de género’. 

    Quedan, por supuesto, tantos otros contenidos de empleo, de cultura, de cooperación, etc. que hemos incluido en este número de Trabajadora también con el ánimo de contribuir a construir ese horizonte mejor. Esperamos que los disfrutéis y que nos ayuden a reflexionar conjuntamente. Porque nos jugamos el futuro.